— CAPÍTULO 24: JUEGO RECREATIVO —
En el reino de Camelot existía una familia de dos personas; la cazadora Kara El y su hija Alexandra. La joven aspiraba a ser una cazadora de brujos, cazadora de la hechicería, contando con ansias el llegar de sus años para ser mayor de edad.
— Hija, ve por algo de comida al pueblo —Le dijo la cazadora a la joven sentada con su... —¡Alexandra! ¡No existían los teléfonos en la edad media! — Regañó arrebatándole el objeto.
— Ni tampoco la magia y los brujos, simplemente eran personas inteligentes que los cristianos los llamaron así para quemarlos al no obedecer sus reglas. — Respondió levantándose de la camilla. Ambas llevaban vestuarios hechos por costureros buenos cerca de ahí, vestuario relacionado al tema medieval como lo que llevaba encima Melissa; una camisa café de manga larga, pantalones, cinto y botas de cuero. — ¿En serio tengo que hacerlo?
— Ajá. Ahora ve y has lo que te digo. — Señaló la puerta.
La joven con un último suspiro de frustración obedeció a su madre. Salió de la casa aún viéndose con el ceño fruncido. La casa era una colonial con un gran patio y un corral de ovejas. La hija de la cazadora se fue al pueblo, uno grande para su gusto con dos caminos para ir directo a las puertas del castillo allá en la alta colina.
Al llegar al pueblo se acercó a uno de los tantos puestos de verdura para comprar, primero observando la calidad de las cosechas y luego escoger el mejor recurso.
A la lejanía se podía ver a su primo Noah, un joven y valiente muchacho que escondía un secreto que sólo su madre sabía.
— Esta cosa me queda ajustada — Se quejó en voz baja mientras acomodaba su camisa acercándose a la hija de la cazadora. — ¿Qué tal tu día, aldeana promedio y que es mi prima?
La joven lo miró con seriedad.
— ¿Mi día? ¡Mi día inicio en una cama que no podría ser llamada cama como tal! — Exclamó. — Amanecí en un catre y con el canto de un gallo.
— ¡Yo también! — Sonrió. — Jamás me había sentido tan campirano — El chico inhaló fuertemente para después exhalar. — ¿Hueles eso? Huele a aire puro y sin contaminación.
— Yo huelo a estiércol.
Un par de vacas pasaron por ahí haciendo su desastre.
Mientras tanto dentro del castillo en la cima de la colina, la hechicera más cruel se encontraba postrada en el trono junto a sus seguidores más leales:
La hechicera y, a la vez, guerrera Reign con su típico traje y capa negra, además de que nadie sabía su identidad por la máscara que portaba. Sólo se sabía que era la reencarnación de la maldad misma ¡Y la destrucción! Y un ser que adoraba la justicia que se hacia por su propia mano.
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UNA NUEVA SERIE [MELTIE]
FanfictionSupergirl se renueva, los fans lo esperaron, esperaron ver a una Supergirl que se identificara con el público femenino, que ese personaje no estuviera a la sombra de un hombre... Se equivocaron. Todo fue de mal en peor. Los escritores pensaron e int...