La respiración de Emily se escuchaba entrecortada y solo aquel sonido podía acompasarse con los latidos de su corazón. Su móvil empezó a vibrar una vez más en el bolsillo trasero de su pantalón. Lo sacó rápido y verificó que se tratase de ___________.
- ¿Dónde estás? – preguntó ___________ en la otra línea. Su voz era dura y decidida.
- Acabo de llegar al hospital, iré por información. – respondió Emily, observando de un lado para otro los carteles que se esparcían por todo el pasillo del hospital. Leyó en voz baja hasta encontrar a una enfermera que sostenía una tabla metálica en sus manos. - ___________ ¿estás ahí?
Y esa era una muy buena pregunta, contando con cada sentimiento que sentía ___________ en ese momento. Sus pies habían dejado de tocar tierra desde que la noticia sobre Sofia había llegado a sus oídos. En ese momento, dejó de pensar, de actuar, de tratar de buscar una solución y solo se dedicó a llorar largas horas, maldiciendo duramente el momento en el que había intercedido unirse a Tentation. Ahora mismo, seguía maldiciendo en su cabeza, pero poco a poco había llegado a entender que como siempre, las lágrimas nunca le devolverían a su hija ni resolverían absolutamente nada. Sabía que la única solución, ahora que no contaba más con la ayuda de Justin, era buscar a su hija por sí sola y aguantar hasta el último abuso que Tentation obviamente tendría sobre ella.
- Sí. – respondió ___________, volviendo a la tierra. Sin darse cuenta, una lágrima pesada había empezado a viajar por su mejilla. – haz lo que te pedí ¿vale? Cuando sepas como está, llámame.
Emily guardó silencio. Parte de todo este lío también la entrometía a ella. Desde hace horas había empezado a armar rompecabezas en su mente, con piezas que de pronto había encontrado en el camino y que le daban un resultado bastante inesperado.
- ¿Qué está pasando? – preguntó Emily, afligida. Su voz estuvo a punto de quebrarse al recordar el momento en el que hombres tatuados y llenos de músculos habían irrumpido en su departamento para llevarse a Sofia. Tenía cada escena guardada en su memoria y necesitaba saber el porqué… de dantas cosas. – necesito saber qué está pasando ____________.
- Mierda, no es el momento ¿vale? Necesito buscar a Sofia y necesito saber cómo está Travis.
- ¿Por qué necesitas a Travis? ¿Por qué mierda está en coma? ¿Por qué mierda se han llevado a Sofia y por qué estás en Paris? ¿Me has mentido? ¿Dónde está Justin?
- ¡No es el maldito momento para contártelo! – gritó _________, apretando el móvil con las manos. Sus lágrimas salpicaron al sentirse exaltada por sus palabras. Cada pregunta que Emily había formulado, resumía cada uno de sus problemas. – ve por Travis, dime como está y te lo explicaré todo cuando vuelva a verte. Por favor Emily, te necesito, no habrán más favores después de este. – rogó contra el teléfono.
Sin embargo a Emily aún le quedaba una duda. Y no sabía con exactitud si aquello sonaría egoísta o no. Al fin y al cabo, todos estaríamos formulando la misma pregunta si de Tentation se trataba.
- ¿Me harán daño? – preguntó envuelta en miedo y desesperación. Su mente volvió a nublarse de recuerdos negros en los que ella solo gritaba y observaba sin poder hacer nada como Sofia desaparecía por el pasillo del edificio. Y vaya, cuanto dolía recordar saber que no había podido hacer nada contra eso.
- No, por Dios… no te pasará nada. – farfulló ________, sobándose la nariz y dejando caer algunas lágrimas. – haz lo que te he pedido, por favor.
Emily asintió, sintiendo con detenimiento cada palabra que su mejor amiga iba diciéndole. Deseaba tanto poder estar en sus zapatos para al menos poder sentir un poco de su desesperación, pero sabía que había muchas cosas que no le había contado, por lo que jamás podría entenderle del todo. Por ahora solo podía contribuir. Colgó la llamada y guardó el móvil en el bolsillo trasero de sus jeans. Trató de recomponerse, limpiando sus lágrimas y sobándose la nariz. Como si nada hubiera pasado y caminó en dirección a la enfermera que había visto hace minutos.
- Hola, ¿usted podría darme información sobre un paciente al que he venido a visitar? – preguntó una Emily Precott totalmente renovada. Hasta parecía realmente ella.
- Sí, claro, solo necesito verificar el nombre. – respondió la enfermera, extendiendo los folios que traía en los brazos.
- Uhm… Travis Maslow. – pronunciar su hombre hizo que otra vez las ganas de llorar se acumularan en su garganta. No sabía qué demonios tenía con ese hombre que parecía que lo conocía de toda la vida. Se contuvo y miró fijamente a la enfermera, mientras esta buscaba en la papeles que puestos en su tabla metálica. Pasó una hoja, después otra y así hasta llegar a la última. La enfermera frunció el ceño, hundiendo el rostro, y repitió el proceso, buscando otra vez el nombre de Travis en cada una de las hojas. Después de unos minutos, como si estuviera viendo un fantasma, se detuvo.
- ¿Es usted pariente del paciente Maslow?
- Soy solo una amiga.
- Oh… - la enfermera empalideció. – uhm… es… la primera vez que sucede algo así en este centro. – dijo, totalmente sofocada. – no sabemos cómo ha pasado, tenemos muchísima seguridad en cada una de las salidas de este lugar y… mnh… el paciente no está. – bajó la mirada, acariciando sus dedos contra los folios. – creemos que probablemente él… se haya fugado de aquí.
Emily abrió los ojos.
- ¿Se… qué?
- Él despertó. Mágicamente recobró el habla y podía moverse excelentemente bien, pero tenía ciertos hematomas y necesitábamos internarlo por unos días más. Se lo dijimos, pero el paciente no parecía estar a gusto con lo que escuchaba. En todo momento estuvo quejándose, amenazando con que se iría de aquí sin autorización… así que…
- Mierda. – se quejó Emily. La enfermera se quedó callada. Había pasado de estar pálida a estar completamente ruborizada de vergüenza.
- Lo sentimos. De verdad.
Emily se dio vuelta, sin saber que decir. No sabía si estaba cabreada porque el jodido hospital había dejado que Travis se fugara sin permiso, o porque no había logrado verlo como tanto, en el fondo, quería. Corrió fuera del hospital, buscando con los dedos el móvil. Al tenerlo en la mano, esperó unos minutos para poder procesar la información poco a poco, mientras afuera caía la lluvia fuerte. Y joder, ¿esto podía estar peor? Su preocupación por Travis era inmensa y el hecho le molesta bastante. ¿Dónde podría estar?
- ¿Cómo está Travis? – preguntó __________ contra el teléfono.
- Travis ha despertado del coma y… el… él no está. – Emily cerró los ojos, recostando su espalda en la pared de ladrillos del hospital. Poco a poco fue cayendo, hasta tocar el trasero con el piso.
_____________ enmudeció. Su mente empezó a volar y de pronto… de pronto algo le dijo que ella ya esperaba que su mejor amigo se hubiera ido de ahí, en caso que despertara. Su preocupación disminuyó, al saber dónde podría estar Travis en ese momento. Conociéndolo tan bien como lo conocía, podía deducir que volvería a verlo muy pronto. Más de lo que imaginaba. Así que su plan, para recuperar a su hija, podría resultar con éxito después de todo. Planeando en su cabeza, solo le quedaba algo por hacer.
- No quiero que preguntes, ni me digas que no, solo ve y coge el primer vuelo a Paris. Te quiero aquí a primera hora.