Capitulo 25

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- No quiero que ____________ lo sepa.
Justin fumaba un Marlboro. Hace mucho tiempo que no descargaba su frustración en un cigarrillo. Con __________ en su vida no podía darse esos gustos, y es que con ella no se sentía en la necesidad de desahogarse de esa forma. Pero ahora mismo, con lo que acababa de enterarse, sentía que tal vez nadie podría hacerlo sentir más aliviado que el jodido cigarro.

Soltó humo. Una y otra vez. Y encendió otro y otro.

- Ella va a enterarse de todas formas.

A su lado, Chaz miraba por el parabrisas. Su mirada estaba fija, con muchos pensamientos en la cabeza que necesitaba aclarar. Todavía no tenía mucho conocimiento sobre lo que había pasado la última noche en la que Justin se había encargado de desaparecer Tentation. Si lo había hecho… ¿Qué había salido mal? Justin se había encargado incluso de terminar con la vida de ese hombre que insinuaba ser su padre, solo para proteger a ________ y a Sofia. Y Nicholas Bieber siempre había sido el jefe de todo ese gremio. Y no estaba más, entonces… ¿Quién podría estar detrás de todo esto?

- No la conoces. – Justin negó con la cabeza. El humo le envolvió el rostro.

- ¿De qué tienes miedo? Ha estado contigo tanto tiempo, aún sabiendo todo tu pasado. Esto no es culpa tuya.

- Las cosas están muy bien como para arruinarlas de esa forma.

Chaz se atrevió a negar con la cabeza, soltando aire en expresión irritada.

- ¿Crees que no va a llegar a enterarse? La noticia de la muerte de su madre está en las noticias y seguramente lo estará por un tiempo más.

Justin guardó silencio. Su mirada estaba clavada en el humo saliendo del cigarrillo, le llenaba de paz y nunca comprendería porqué. En su cabeza solo empezaban a aparecer imágenes de la última noche en el edifico Tentation, y su piel se erizó ante el primer contacto con el primer recuerdo. Jamás lo olvidaría.

- De eso ya me he encargado.

Estaba dispuesto a impedir que _________ supiera sobre Tentation una vez más. Esa mafia había terminado para ella el mismo día en el que recuperó a Sofia y no volvería a revivirla, porque sabía que las cosas se pondrían de cabeza una vez más. Y porque sabía todo el mal que le hacía a ________ el solo hecho de mencionársela. Tenía todavía ciertos traumas que llevaría consigo toda su vida; como las pesadillas en medio de la madrugada.

El último cigarrillo había sido consumido, ahora solo podía fijarse en el letrero que estaba frente a sus ojos. Justin tragó saliva, no sabía con exactitud el sentimiento que estaba aflorando en él, y quizá jamás terminaría de comprenderlo.

- Ya vuelvo. – le dijo a Chaz, que solo asintió ante sus palabras, igual de tenso que Justin. Este abrió las puertas de su Mustang y bajó del auto, desapareciendo minutos después.

La cárcel de New York estaba aislada de la ciudad, por lo que Justin y Chaz habían tenido que hacer un viaje de una hora y media. El lugar era tranquilo, parecía más bien un pequeño pueblo con una prisión gigantesca que la adornaba.

Las puertas le fueron abiertas y él entró, sin ningún remordimiento. Sentía la mirada de todas las reclusas sobre él, murmullando cosas que no podía llegar a escuchar. Pudo cruzar miradas con un par de mujeres ahí adentro, que no les causaba para nada repulsión. Si no más bien todo lo contrario. Era un hombre guapo, que con los años había aumentado todavía más aquel adjetivo, y podía notar que tenía el mismo efecto con las mujeres que le miraban en ese momento. Todas llenas de tatuajes, droga en los bolsillos y criminales como él. Al terminar el pasillo estrecho entre una celda y otra, el oficial que le había ayudado a entrar se detuvo.

- El primer pasillo a la derecha. – le indicó a Justin. Este asintió y tuvo que caminar un poco más para llegar al lugar que estaba buscando. Sin embargo el camino no fue más largo que el tiempo que él necesitaba para pensar las cosas.

Llegó y el corazón le dio un vuelco. Su madre estaba sentada frente a una mesa con un traje naranja que le cubría todo el cuerpo. Su aspecto era totalmente distinto al que había visto en ella hace un año atrás, donde había encontrado a una mujer llena de lujosos collares y una mirada déspota. Ahora no podía decirse lo mismo, estaba demacrada y con el cabello gastado. Subía y bajaba los dedos sobre la mesa, haciendo sonar sus uñas sobre la madera y su mirada estaba perdida quién sabe dónde.

Justin tomó asiento en la butaca que estaba frente a la de Luisa de Bieber.

Los segundos siguientes estuvieron reinados de silencio y varios pensamientos que solo podían escucharse en la mente de cada uno.

- ¿Por qué estás aquí? – le preguntó Luisa. Justin levantó la mirada y se atrevió a mirarla de la misma manera que ella. Se sintió indefenso al hacerlo.
Él se quedó callado por unos segundos, buscando la manera de decírselo.

- ¿Acaso querías visitarme? – Luisa ladeó la cabeza, con diversión. Su cabello despeinado le cubrió la frente.

- Creo que sabes por qué estoy aquí.

- Supongo, pero quiero escucharte hablar. – le sonrió. Y esa sonrisa perversa no hizo más que hacerlo pensar. ¿Acaso ella sabía algo más que él debía saber sobre Tentation? - Vamos, habla.

- ¿Qué sabes sobre Tentation?

Ella se rio descaradamente sobre su silla, disfrutando del momento.

- ¿Qué debería saber? – preguntó ella, ladeando la cabeza de nuevo. Volvió a hacer sonar sus uñas sobre la mesa una vez más, repitiendo el proceso.

- La madre de __________ está muerta. – soltó Justin. El sonido de la uñas contra la madera solo le hacía tensarse más. – Estaba en un banco, cuando entraron criminales y le asesinaron.

- ¿Cómo está tu novia? – Luisa sonrió. Una sonrisa burlona que calentó la sangre de Justin y que solo le hizo desear salir de ahí.

- No estoy jugando.

- Ni yo, hijo.

- Y no me llames así.

Luisa levantó ambas manos, en demostración de defensa.

- Como tú quieras.

- ¿Vas a decirme lo que busco? – le preguntó él, antes si quiera de que ella terminara de hablar. Luisa soltó otra risa victoriosa y se acostó sobre el respaldo de la silla. Sus uñas no dejaban de resonar una y otra vez.

- Estando aquí en esta mierda yo no puedo hacer nada. – miró a Justin, aturdiéndole. –Si han asesinado a la madre de tu chica, puedo asegurarte que no sé nada al respecto. – bajó la mirada, dedicándose a pensar… porque en ella sabía que había algo más que debía decirle.

- ¿Entonces qué está pasando? – él mismo pudo reconocer su voz desesperada. Sabía que la única persona que le quedaba y que podría ayudarle a armar todo este rompecabezas, era su madre. – Necesito tu ayuda. – dijo sin poder mirarla. Y ella guardó silencio, era la primera vez que veía a Justin tan desesperado por algo. Dentro de ella aquello le hacía estremecer, nunca le había visto de esa manera solo por proteger a una persona o por hacer algo por alguien. Era diferente a como hace varios años atrás él había sido. Tan prepotente, rebelde, grosero y egoísta. Hoy era algo que jamás pensó que Justin Bieber sería.

- Yo… no sé nada ¿vale? No estoy mintiendo en lo absoluto. Lo único que sé es que el día en el que tu padre murió, un grupo de personas estaba realizando un robo en otra ciudad. Ellos están vivos, por lo tanto… Tentation también.

Tentation 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora