Capitulo 54

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En ese momento, un gemido suave se escuchó desde los asientos traseros. Emily se había despertado, totalmente desorientada.


- Hey, tranquila. – le susurró Travis, estirando su brazo izquierdo hacia los asientos traseros. Con un suave tacto, acarició la pierna derecha de Emily.
Justin observó por el retrovisor.

- ¿Estás bien? – le preguntó a Emily. - ¿Sofia ha despertado?

- No. Y es mejor así. – contestó la chica, incorporándose en el asiento. Miró a los tres hombres que tenía al frente, bastante concentrados en el edificio que estaba frente a los cuatro. Ella también se inclinó para observar por el parabrisas. El ambiente que envolvía aquel edificio solo le provocó arcadas. No podía creer que ya estuvieran ahí.

- Esto es lo que haremos. – habló Justin en voz alta. – Necesito que me cubran la espalda, es probable que el número de hombres ahí adentro sea el triple que nosotros. – indicó Justin a Chaz y Travis. – Chaz, ve por las armas. – este accedió, abriendo la puerta del Mustang y saliendo en dirección al maletero. – Y tú… - Justin volteó su rostro hacia Emily, pero sus ojos cayeron rendidos ante Elisabeth, que dormía y respiraba suavemente. Tragó saliva. – Quiero que te quedes en el auto con ella.

- ¿Qué? – Emily se alarmó, abriendo los ojos.

- Si las cosas empiezan a ponerse en nuestra contra, llama a la policía. – le indicó Justin, rápidamente, mientras recibía la Glock que Chaz le ofrecía por la ventanilla. – Y escúchame bien. – la mirada de Justin cambió de tonalidad, al igual que su voz. Emily le miraba asustada, sabiendo que lo que escucharía sería aún peor: - Si no regresamos, vete de aquí, desaparece, que ellos nunca te encuentren.

Los ojos de Emily se humedecieron, sintiendo la desesperación hundirse en su cuerpo como cuando la aguja se introduce en tu piel antes de un tatuaje. Intentó hablar, pero ni siquiera las palabras le salían de la boca. Observó a Justin darle una última mirada a Sofia y salir del auto, mientras Travis hacía lo mismo, pero antes de irse, se volvió a hacia ella.

- Prométeme que te irás si no salimos vivos de aquí. – le forzó él, mirándola a los ojos, supo entonces que se encontraba totalmente asustada.

- Travis yo…

Pero se quedó callada al sentir los labios de Travis moviéndose sobre los suyos. La dejó sin aliento en un par de segundos, en los que su lengua se convirtió en cómplice de los dos. Al separársele, él sonreía de una manera detestablemente irritante. Era tan guapo, joder. Ella en cambio, estaba llorando. Sin decir ninguna palabra, los dos se quedaron callados mirándose el uno al otro. Emily daba vistazos hacia afuera, echando una mirada hacia Justin y Chaz, que escondían sus armas entre los bolsillos de su ropa.
Travis sonrió una vez más.

- Bienvenida a mi mundo. – le dijo él, antes de poder irse, con esa sonrisa cautivadora en los labios, a unirse con los demás.

+++

___________ despertó.

Había despertado desorientada por lo menos unas cinco veces. Seguía sentada en el mismo lugar, con los brazos arropando sus piernas encogidas. Ahora mismo sentía frío. ¿Cuánto tiempo había pasado? Había dejado de haber tanta oscuridad, tanto que le hizo pensar que de pronto se podía encontrar en otro lugar. Pero no era así. Podía sentir el mismo olor que había sentido cuando llegó ahí. Estaba en la misma habitación, solo que ahora podía notar que había una pequeña ventana en lo alto de una pared, que daba hacia las afueras del edifico y que le proporcionaba algo de luz.

Los rayos de luz le hicieron ver algo que de inmediato despertó su interés. Se puso de pie y se acercó hacia el objeto que colgaba de una pared. Lo tocó con sus dedos. Se trataba de un arma, la boca de un fusil. Siguió tocándolo, hasta que a medida que avanzaba, su pierna izquierda rozó con un objeto que le proporcionó la misma sensación.

Con desesperación y muchas ideas en la cabeza, buscó un interruptor que le permitiera encender las luces. Tuvieron que pasar algunos minutos para que pudiera hallarlo, y al hacerlo su mirada se perdió entre todo lo que ahí adentro había.

Miles de armas de todos los tipos. Fusiles, Revolvers, Glock’s, escopetas, rifles, pistolas, ametralladoras, incluso columnas de provisiones y bombas de todo tamaño. En cada pared. Estaba rodeada de todos ellos. Su boca se abrió, quedándose completamente perpleja. Un instinto fuerte se instaló en _____________, obligándola a coger dos armas de sobre la pared y colocarlas entre sus manos. Pudo sentir el poder que aquello le proporcionaba. Tener un arma mortal en sus propias manos había dejado de ser una sorpresa para ella desde que había estado en Tentation.

Con el par de armas entre sus manos, bajó la mirada y observó su vientre.

- Tú y yo tenemos algo que hacer.

+++

- ¿Papá? – preguntó Sofia, mirando de un lado para otro. Había despertado de un momento a otro, incluso asustando a Emily.

- Soy yo preciosa, él no tardará en venir por nosotras. – le dijo ella, tratando de tranquilizarla. Pero la niña estaba bastante perdida, buscando a Justin con la mirada, fuera y dentro del auto.

- ¿Dónde está papá? – preguntó, esta vez un poco más calmada que antes. Se sentó sobre los asientos traseros, cogió su mochila en forma de elefante y la puso sobre su regazo.

- Ha ido en busca de mami. – contestó Emily, logrando adquirir un tono tranquilizador en su voz.

La niña asintió, incorporándose en el asiento y sin decir nada más. Poco después pasó a abrir aquella mochila de elefante que antes no había tocado y buscó entre su ropa y cosas de aseo. Emily la observó sin objetarle nada, pero… ¿qué estaba haciendo?

La niña terminó por sacar aquella muñeca rubia y de vestido de colores que Max Nichols le había obsequiado en un acto desesperado por caerle bien. La observó entre sus manos, completamente callada.

- ¿Qué sucede? – le preguntó Emily.

- Quiero darle esto a papá. – susurro Sofia, como si aquello se tratara de un secreto. – Brilla. – le indicó con el dedo índice, la parte trasera de la muñeca, donde se encontraban las baterías. Emily frunció el ceño.

- ¿Me la prestas un segundo? Necesito ver algo. – Eli asintió y le tendió la muñeca a Emily, que la cogió entre sus manos y pasó a revisar el orificio cuadrado que tapaba las baterías. Movió un poco los dedos y desabrochó la seguridad. Al quitar la tapa, no encontró baterías, no encontró nada que pudiera asemejarse a eso, sino más bien, un reloj que avanzaba en retroceso. Los minutos se perdían. El tiempo pasaba. Y un dispositivo soltaba sonidos perturbadores de vez en cuando.

Emily se mordió un labio, Sofia la miraba con curiosidad.

Una bomba.

Antes de que Emily pudiera reaccionar, Sofia cogió su muñeca en el estado en el que se encontraba y abrió la puerta del Mustang. Tuvo que dar un gran salto para tocar el suelo, y al hacerlo, corrió y corrió hasta perderse en medio de los árboles.

- ¡No, Sofia! – Emily gritó fuerte y claro, pero ni siquiera sus gritos pudieron detener a aquella niña de tres años que corría en dirección al lugar que pronto se convertiría en un infierno.


Tentation 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora