Capitulo 46

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Elisabeth tenía el control de la televisión entre sus manos. Veía las caricaturas y reía de vez en cuando. Entre sus brazos apretaba fuerte la muñeca rubia que Max, amablemente, le había obsequiado hace unos días. Soltó una carcajada, pendiente de la televisión, mientras aguantaba sus ganas de ir al baño. Sin poder hacerlo más, se puso de pie, dejando caer la rubia muñeca sobre el control del televisor. Dos números se presionaron accidentalmente y las caricaturas desaparecieron, en cambio ahora estaba el noticiero nocturno que acababa de empezar.

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La presentadora era bastante guapa. Tenía el pelo atado en una cola de caballo y leía de vez en cuando los papales que tenía sobre su escritorio. Lo hacía bien, pero no lo suficiente. Dictó un par de noticas. Un tratado acababa de ser firmado entre dos países, una chica había sido secuestrada, un militar acababa de morir…

___________ se sobó los ojos. Esto definitivamente no ayudaba. No le estaba ayudando en lo absoluto a distraerse, sino más bien a quedarse dormida.

Decidida a cambiar aquel anticuado noticiero, presionó un par de números en el control remoto. Mientras el canal se cambiaba de uno a otro, pudo escuchar algo que le heló la piel.

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¿Dónde estaba Elisabeth? La había dejado mirando caricaturas hace cinco minutos y ahora ya no estaba. Lo único que quedaba de ella era esa muñeca cara y bonita que Max le había regalado. Debajo de ella estaba el mando del televisor, lo cogió entre sus manos y antes de que pudiera apagar el televisor, leyó rápidamente los titulares.

Oh mierda…

"Mafia Tentation: encontrada".

Una reportera estaba al lado de un agente del FBI. El tipo estaba serio y con un par de folios en la mano.

"El agente Luke ha seguido detenidamente cada paso que este caso requiere. Cuéntenos un poco sobre esto, agente Luke".

La reportera le ofreció el micrófono, colocándolo en la boca del policía. Y este, con el semblante frío y calculador, empezó a hablar.

"Nuestros hombres del FBI han logrado atrapar a un tipo que fue cómplice del homicidio sucedido hace un mes. El homicidio de New Jersey".

“El homicidio de New Jersey” el homicidio de la madre de _________... todo iba cobrando mucho sentido.

"La información que tenemos ahora es bastante precaria y no podemos revelar nada más hasta el momento, pues hay ciertos acuerdos con el gobierno de Estados Unidos que nos lo impiden".

"¿El presidente está al tanto de esto?"

"Sí. Por supuesto. Él nos ha pedido dar esta información, pues el tema ha pasado a mayores. Lo único que deseamos es la seguridad de cada uno de los ciudadanos".

Justin tragó saliva. Hasta ese momento, Sofia se había ubicado a su lado, y sin entender nada, cogió su muñeca rubia y la puso sobre sus rodillas, sentándose al lado de su padre, que miraba estupefacto el noticiero. Él sintió su cuerpo y pasó el brazo derecho por sobre sus hombros.

"Se han reportado alrededor de diez homicidios en lo que va del mes. Homicidios acompañados de robos, como esta mafia viene acostumbrando a realizar. Nuestras investigaciones, junto con la información que hemos logrado sonsacar del criminal que logramos capturar, nos han hecho sacar muchas conclusiones".

El oficial tragó saliva.

"Creemos que… lo que ésta mafia está realizando, se debe nada más que a algo personal. Es decir, ellos… están contra de alguien en particular".

Mierda…
Cierto sentimiento de paranoia invadió el cuerpo de Justin. Estaba solo junto a Sofia, y aunque sabía que jamás dejaría que algo le sucediera, podía sentir temor dentro de sí.

Lo sabía… sabía que aquella mafia había renacido de quien sabe dónde. Y sabía también que el tema de los crímenes no era más que personal. Que estaba en contra de él, por supuesto. Pero habían ciertas piezas que todavía no encajaban bien.

"Queremos dejar en claro, que esto no se trata de una guerra. El tema personal de aquella mafia se está investigando con mucha cautela, pero es necesario, que por lo menos en lo que va de estos días, ningún ciudadano se acerque a ningún banco. Estos serán clausurados hasta un nuevo aviso. El gobierno de Estados Unidos ha decretado este suceso como algo temporal".

De mal en peor. Quizá llamar a ___________ en ese momento era buena idea. Ella debía saber sobre esto, ahora que ya estaba al tanto.

Justin palpó su móvil dentro de su bolsillo trasero del pantalón. Buscó el número de _________ y antes de que pudiera marcarle, escuchó atentamente algo que hizo que todas las piezas del rompecabezas se unieran rápidamente, formando así el preciado rompecabezas. Mierda, ya lo tenía. ¿Cómo había podido ser tan tonto?

"Hemos certificado la información que tenemos en nuestras manos, actualmente sabemos que la cede oficial de esta masa de criminales se encuentra en Washington. Por lo que, con autorización del presidente de Estados Unidos y las fuerzas armadas, la ciudad de Washington queda irrefutablemente en código rojo. Nadie puede salir, ni entrar de esa ciudad".

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Su garganta estaba seca, al igual que su boca. Se había quedado helada mirándolo todo. No podía reaccionar ante lo que acababa de escuchar. Y es que… estaba empezando a entenderlo todo ahora más que nunca. Su respiración se convirtió en un conjunto de jadeos. Tenía que salir de ahí ahora mismo. Tenía que lograr salir antes de que la orden de código rojo se cumpliera en cada aeropuerto o estación. Pero primero debía irse de ese maldito hotel, antes de que…

Su móvil empezó a sonar, haciéndola gritar suavemente.

- ¿H…ho…hola?

- Necesito que te vayas de ahí ahora mismo. – la voz de Justin sonaba dura. – Coge tus cosas y vete a la primera estación que encuentres.

- Justin… las… las noticias… - balbuceó ella.

- Haz lo que te digo por una maldita vez en tu vida.

Ella se echó a llorar.

- Joder… por favor… no llores…

- Esto es mi culpa. Todo es mi culpa. – dijo ella a base de sollozos. Se cubrió el rostro con la mano izquierda. – No puedo salir de aquí… yo… Dios mío… soy tan estúpida…

- No lo eres. – decretó él. – Ahora que sabes que Max está detrás de todo esto, necesito que salgas de ahí. Tienes tiempo. Hazlo por favor. – rogó con la voz colgando de un hilo. La tenía tan lejos y no sabía cómo protegerla a tres horas de Washington.

Ella, limpiándose las lágrimas, ordenó la poca ropa que había sacado de la maleta, y la puso de nuevo en ella. No le costó nada tener la maleta hecha una vez más. Subió el aza y la hizo rodar con ella. Tenía un aspecto falta, pero precisamente en ese momento no le importaba mucho que digamos.

- Anda a la primera estación que encuentres, es probable que la orden del gobierno todavía no haya llegado. – le explicó, mientras ella caminaba hacia la puerta principal de la habitación. – Vete a cualquier ciudad, no importa cuál sea, estarás mejor ahí que
en Washington.

__________ soltó un respiro. Estaba a un paso de abrir la puerta principal. Todo su cuerpo temblaba. Ahí afuera todo estaba hecho un desastre. Un desastre que había sido provocado por una mafia que todavía tenía asuntos pendientes con Justin y ella. Hasta el gobierno de Estados Unidos estaba al tanto, el mismo presidente, y la ciudad estaba en orden de código rojo. Todo ocasionado por una mala decisión.

Tentation 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora