Capitulo 16

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- ¿Por qué no? – Travis enarcó una ceja. Se pasó la mano por el pelo y estiró el brazo derecho para dejar caer su mochila sobre el suelo. La mirada de Emily siguió cada movimiento que él daba. Teniendo miedo en su interior, una vez más.

- Porque…

- Quiero dormir contigo, Emily.

Ella tragó saliva. Deseaba con toda su alma negarse. Y es que ambos eran tan diferentes. Y ella todavía no podía aceptar que estaba completamente enamorada de ese tipo. Todavía le costaba reconocer que Travis no se había equivocado la primera vez que la vio, ni ella tampoco, y supo por primera vez que las cosas serían así siempre, que se obsesionaría con él tanto como lo hizo, y que ese momento, en una playa de California, estarían a punto de besarse de nuevo.
Sus ojos azules resplandecían al igual que sus labios rosados y carnosos. Su corazón palpitaba con un ritmo regularmente raro. No había sentido esto antes, ni con ________ ni con nadie. Y no quería meditar el por qué de muchas cosas que habían pasado en su vida. Solo veía un sentido ahora, y se basaba más que en solo pasar su vida en una mafia o vivir obsesionado con alguien. Se basaba en Emily Prescot, que deseaba con todas las malditas fuerzas de su alma.

- Vale, entonces… dormiré en ese diván… - Emily señaló con los ojos, el diván que adornaba la habitación en la que Travis dormiría. Y este no dejaba de mirarla. El sentido de su mirada había cambiado de dirección. Estaba excitado. Muchísimo. Y solo le había bastado hablarle para que aquello sucediera. – Tú aquí, y yo…

Su voz se detuvo cuando la boca de Travis se juntó con la suya en un beso desesperado. Ella tampoco se hizo para atrás, al contrario, posó sus brazos sobre los hombros de Travis y dejó que él la tocara por donde sus manos ordenaran. Estaba a su disposición. Era suya. Completamente suya.

Hace varios meses que las cosas iban en ese nivel. Desde el coma de Travis y la desaparición de este por unos meses, Emily había intentado contactarlo de todas las maneras posibles. No sabía que había pasado con él, pero lo peor de todo es que no sabía que había pasado con ella… había adquirido un tipo de obsesión con él. Quería verlo. Quería verlo de todas formas. Hasta que un día, este llegó a las puertas de su casa, sin avisarle a absolutamente nadie de su llegada y se quedó en casa de Emily hasta el amanecer. E hicieron el amor hasta el amanecer. Sin parar ni un solo segundo. Era como si ambos hubieran estado obsesionados el uno por el otro y que aquello había explotado esa noche. Y las siguientes noches también. Volvían a verse. Y nadie sabía absolutamente nada. Solo ellos sabían lo que estaba pasando y eran conscientes de lo que poco a poco estaban creando. Hasta llegar a pensar en algún momento, que aquello no era solamente una obsesión…

- Tr…Tra…Travis… - gimió Emily. La lengua de Travis lamía entre su pecho y sus senos. Su respiración agitada era tan acogedora, sexy, masculina… ella podía jurar que podía escucharlo gemir por el resto del día y no estaría mal. – después ¿vale?

- Te quiero ahora. – respondió él. Su rostro estaba tenso, al igual que cada parte de su cuerpo. Emanaba dureza, sensaciones por doquier y mucha dominación. Solo hace unos meses había descubierto lo enamorado que estaba de ella y había prometido que esta vez la historia sería diferente. Nadie le quitaría a su chica esta vez. No volverían a… no volvería a romperle el corazón.

- Y yo, pero…

- Vale, lo sé. Es tu casa y tienes visita, pero prométeme que dormirás conmigo.

Ella asintió y no pudo evitar soltar una sonrisa. Lo miró levantarse de la cama y recoger su mochila del suelo. Sacó de ella una toalla azul que olía muchísimo a él. A su olor fuerte y masculino. Emily se mordió un labio. Se imaginó entonces lo que esa toalla cubría en el cuerpo de Travis. Y no supo exactamente si lo que sentía eran celos…

- Tomaré una ducha. – le dio una última mirada a Emily y se metió en el lujoso baño personal de la habitación. – Wow… - dijo admirando el interior. – Aquí hay bastante espacio para dos.

+++

Después de una hora, el cielo se había oscurecido por completo en Malibú. En cambio, ahora corría un viento suave que entraba hasta los huesos. La temporada era buena para unos días de playa, pero definitivamente en la noche las cosas cambiaban.
__________ se metió en la cocina de la residencia. Conocía muy bien ese lugar. Había pasado varias temporadas viviendo ahí con Emily cuando ambas eran todavía un par de adolescentes. ¿Quién iba a decir que estuvieran ahí, después de tanto tiempo? Las cosas entre ellas no habían cambiado y eso le gustaba bastante. Era su mejor amiga, y aunque nunca había sabido nada respecto a Tentation, sabía que en algún momento tendría que contarle la historia.
Afuera se escucharon varios pasos de alguien bajando por las escaleras de caracol, y pocos segundos después, una rubia despampanante apareció en la cocina. Tenía los ojos marrones y parecía sacada de una película de universitarios. Estaba incluso bronceada y tenía un piercing en el ombligo. Además de eso, también tenía buenas piernas, culo y todo lo demás. Y en la cabeza de ___________ solo cabía una sola pregunta: ¿Quién era esa zorra?

- ¡Hola! – saludó amablemente. Su voz era algo chillona, pero tenía una sonrisa realmente bonita. – siento no haberme presentado en el aeropuerto, no me sentía nada bien. Soy Vanessa, novia de Chaz.
___________ abrió la boca, asintiendo, recordándola. Chaz no había presentado a su novia a nadie y ahora entendía más o menos por qué.

- Oh, hola, soy ______ Peterson.

- ¿Sales con Justin?

____________ hundió la cara, un poco sorprendida.

- Sí…

- Ah, es que Chaz me ha contado bastante sobre ustedes. – dijo Vanessa, otra vez con una sonrisa sofocadora. Ahora que la veía con otros ojos, parecía más bien una chica un poco ingenua. Quizá solo era el buen rato de Chaz. Conocía un poco a ese chico y podía deducir que seguramente se trataba de eso.
Varios pasos más volvieron a escucharse. Alguien parecía correr por el pasillo.

- ¡Tengo que contarte al… - Emily frunció el ceño al ver a la rubia despampanante en la cocina de su casa. Y la misma sensación de inseguridad y celos se pasó por su mente.

- Vanessa, ella es Emily. Emily; Vanessa.

Ambas se saludaron con la mano.

- Es la novia de Chaz. - _________ hizo énfasis al mencionar a Chaz.

- Oh… - Emily asintió, mirando a la rubia jugar con uno de los adornos de su refrigerador. Parecía más bien una niña.

- ¿Qué querías contarme?

- No… en otro momento.

- Vamos, suéltalo.

- ¡Es que es algo serio! – Emily no pudo evitar sonreír al saber el propio sentido de sus palabras. – Pero no quiero que te cabrees cuando te lo cuente ¿vale?

- Sí, ya, no voy a enfadarme. – respondió _______, expectante. – espera, ¿por qué tendría que cabrearme?

- No sé, es que… supongo que debí contarte algo.

- ¡Mierda, estás saliendo con alguien! - _________ abrió los ojos. Emily entreabrió los labios ante la deducción de su amiga. ¿Cómo lo sabía? ¿Se notaba mucho?

- ¿Te has molestado?

- No puede ser que no me lo hayas contado.

- Oh, nena. ¿Te hago recordar la noche que pasaste con Justin? Ni siquiera lo conocías y…

- ¡Shhhh! - _________ puso un dedo sobre sus labios. Vanessa todavía parecía perdida en su propio mundo, chequeando su móvil. Solo les sonrió cuando observó que ambas alzaban la voz. – fue diferente ¿vale?

- Nunca me dijiste que te ibas a acostar con él.

- Emily, todo Malibú te escucha.

- Sabes que es la verdad, nena.

- ¿Qué tiene que ver? ¿Acaso tú…? Oh Dios, ¿te has acostado con alguien que no conocías?

- Sí lo conozco. – Emily tragó saliva.

- ¡Dime quién es ese gilipollas!

Ese momento, varios pasos, gritos y risas se escucharon bajar por la escalera de caracol. Tres hombres bajaban de ellas. Justin empujó a Chaz, y Travis le dijo algo que solos los tres pudieron entender y unieron todas las risas en un mismo comentario. Los tres cubiertos de tatuajes. Los tres sin ninguna camisa que les cubriera el pecho. Los tres con un pasado que habían dejado a un lado, para vivir lo que ahora les mantenía vivos.

Tentation 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora