Mordiéndose un labio, __________ bajó de las piernas de Justin y se puso de pie. Casi al mismo tiempo, él estaba a su lado. Con una erección fatal, totalmente tenso, pero con la convicción de que aquello sería recompensado mañana. La quería demasiado como para hacerle el amor sin su consentimiento, como aquella otra noche en la que __________ había protestado horas después. Y ahora mismo, no era momento para protestas, ni peleas, ni cosas de ese calibre…
Ambos entraron a la habitación. En la cama, una mujer de edad avanzada descansaba al lado de Sofi, que dormía profundamente. La mujer abrió los ojos de inmediato al sentir los pasos de Justin y __________ dentro de la habitación. Se puso rápido de pie y pasó a explicarle a Justin el comportamiento de Sofi durante la noche. Que había dormido perfectamente y sin protestar, segundos después, había desaparecido de la habitación.
Y en aquel lapso, mientras Justin había pasado a revisar a Sofi y a cubrirla del frío de la noche, __________ había desaparecido de su vista. La habitación era suficientemente grande como para tener que buscarla en cada rincón, pero rápidamente sus ojos pudieron encontrar la luz del cuarto de baño encendidas. Antes de dirigirse ahí, se quitó la camisa y los zapatos, dejándolos ambos sobre el suelo.
- ¿Estás bien? – preguntó él, dando dos toquecitos a la puerta. Nadie respondió ahí adentro. - ¿_________? – volvió a preguntar él, y al no escuchar respuesta por durante diez segundos, decidió entrar sin previo aviso.
__________ estaba sobre el suelo, con las manos en el váter y con el pelo alborotado.
Él enarcó una ceja.
- No estoy borracha. – se excusó ella.
- No volveré a dejarte tomar. – protestó Justin, que se acercó a ella y se puso de rodillas a su lado. - ¿todavía quieres vomitar? – le preguntó al observarla, y ella asintió ni bien terminó de escuchar sus palabras. Justin le sujetó el cabello, mientras __________ volvía a vomitar con ganas.
- Mierda… - se quejó ella, mirando el retrete.
- Eso se ha escuchado fatal. – se burló Justin. Sosteniendo el cabello de __________ con una mano, estiró la otra y apretó el botón del retrete. - ¿te sientes mejor?
___________ asintió con los ojos cerrados.
- Necesitas un baño. – le advirtió él al ver su aspecto. El maquillaje se la había corrido y tenía restos de vómito por el vestido y el pecho.
_________ todavía no parecía ser consciente de lo que Justin acababa de decirle, y él lo sabía. ¿Cuántas veces había estado borracho hasta ese punto? Sabía muy bien cada efecto que el alcohol podía traer consigo. – Ven aquí. – le dijo y se puso de pie, levantando el cuerpo de ____________ a la vez, esta solo cedió con los ojos cerrados. A continuación, las manos de Justin se posicionaron en el borde del vestido de __________, lo jaló hacia arriba e hizo que ella subiera las manos para poder quitárselo.
Su cuerpo estaba desnudo y frente a él. Era la tentación más grande que había vivido jamás. Su chica era preciosa. Mierda, y sentía que cada vez aquello se hacía más grande. Endureció los pómulos, concentrándose en su faena y borrando aquellas fantasías negras que tenía en la cabeza. Tiró el vestido en el lavador y pasó a colocar sus manos en las caderas de ________, chocando con el encaje de sus braguitas. La miró a los ojos, ella todavía parecía vacilante y perdida en su propio mundo, así que tiró de su ropa interior hacia abajo, quitándosela.
- Entra a la ducha. – le ordenó suavemente. __________ asintió y metió una pierna dentro de la ducha y después la otra. – eso es. – susurró Justin, concentrado y evitando mirarla desnuda como tanto quería. Pero sus reflejos no le dejaban en paz, veía todo lo que deseaba no ver, sus senos, su feminidad, su piel. Dejando a un lado todas sus inquietudes, abrió la llave izquierda de la ducha, colocando el agua caliente.
- Entra conmigo.
Los susurros de ___________ hicieron que el miembro de Justin volviera a cobrar vida.
Esta vez no se negó. Por una parte, sabía que ella necesitaría su ayuda en cualquier momento. Y por otra… demonios, debía controlarse.
Terminó de quitarse la ropa y entró a la ducha junto a ella. Ambos desnudos. Uno frente al otro. Ella le sonrió, atrevida, otra vez con ganas de hacerlo perder los papeles. Se juntó a él, tocando su pecho con las manos. Él intentó distraerse, cogiendo el jabón que estaba posicionado en la esquina de la inmensa ducha.
- ¿Sabes? – susurró _____________. – Vanessa me ha contado que Chaz le ha pedido matrimonio.-
Justin se quedó callado. Lo único que pudo escucharse en ese momento fue el agua cayendo de la ducha.
- Vaya… - le dijo él, fingiendo sorpresa. La verdad es que algo de eso ya sabía. Mojó el jabón en el agua y empezó a frotarlo por el cuerpo de _____________, empezando por sus hombros.
- Lo gracioso es que ellos solo llevan meses juntos. – ambos se miraron. Ella estaba ebria, pero más o menos en ese momento podía decir las cosas conscientemente.
- ¿Ha sido una indirecta? – Justin enarcó una ceja.
Ella negó con la cabeza.
- No lo creo. – susurró __________, bajando la mirada hacia donde las manos de Justin empezaban a jabonar. Primero pasando la espuma por su estómago, siguiendo por su vientre, y continuando por sus muslos. Él mismo empezaba a tensarse muchísimo más al tocar aquellas partes. Su miembro se elevaba cada vez más. – tú y yo estamos bien así. – dijo ella, un tanto muy decepcionada de las palabras de Justin.
Pero él no respondió. Se dedicó a pasar el jabón por todo el cuerpo de _________. De pies a cabeza, y besándola de vez en cuando en cada parte de su piel. Ella soltó varios gemidos en aquel recorrido. Todo aquello parecía ser sacado de un cuento de hadas que todavía no asimilaba vivir. Omitiendo claro está, la parte de Justin y el matrimonio que parecía nunca llegar… y aunque se equivocaba, también estaba errando en pensar que aquel era un cuento de hadas, pues su pasado no tardaba en regresar, y con él, se llevaría esta vez absolutamente todo.