Eres tan hermoso, que no puedo decirte nada a la cara, porque mira tu cara, eres hermoso, y estoy tan furiosa por eso — Taylor Swift.
Había escuchado antes de hombres de negocios temerarios por ahí, mi padre solía ser todo un conocedor del mundo de los negocios, ya que su padre hubo un tiempo que probó ser un chico de negocios, pero terminó dejándolo para ingresar al camino de la justicia.
Pero eso no quería decir que se le quitara el querer saber sobre ese mundo y sus movimientos y había un apellido que siempre se mencionaba en mi casa, en un punto o en otro de la conversación, por lo general siempre era al final, cuando mi padre buscaba a quien echarle la culpa sobre la mala economía de la ciudad.
Y ese apellido era De La Vega.
Mi abuelo conoció al Señor Leonardo De La Vega cuando era joven, fueron amigos desde los doce años hasta los veintiún años cuando sus caminos se separaron por un sinfín de cosas diferentes.
Para empezar mi abuelo quería casarse con mi abuela y entrar a la academia de policía y el Señor De La Vega solo buscaba hacerse más rico con cualquier oportunidad que se le pudiera presentar en el camino.
Vendió todo lo que pudo en sus inicios, lavadoras, televisiones, planchas, licuadoras, todo lo que se le pusiera en frente, él lo convertía en oro puro. En ganancias sin fin, estaba en la cima del mundo, según todos. Era un vendedor nato, había nacido para ello, así fue como en muy poco tiempo el hombre se hizo de un muy buen capital y con ello comenzó a fundar la compañía que lo haría multimillonario en un par de años más.
Siendo la competencia de las cadenas más importantes, y aunque comenzó por representarlas, al poco tiempo las compró y absorbió.
Pero lo más importante de él, es que podía convencer hasta el más tonto de gastar hasta el mínimo centavo en cualquier tontería. Y eso fue la gota que derramo el vaso con su amistad con mi abuelo.
Él no tenía ética o moral, solo vendía para tener más y más dinero.
Su avaricia y orgullo le hicieron ganar mucho dinero, pero perdió a su mejor amigo en el proceso.
Mi abuelo falleció hace diez años ya, pero cuando aún estaba solía hablar del hombre con mucho cariño, claro hasta que llegaba al momento en que por dinero ellos se separaron. No sé exactamente que paso, pero sí sé que, hasta el día de su muerte, él quería arreglar las cosas con él y lo intento por años, pero el Señor De la Vega jamás lo quiso recibir.
Así fue como el cariño que le tenía, se convirtió poco a poco en odio. Y al morir mi abuelo, ese odio se lo pasó a su hijo quien a su vez se lo paso a sus hijas e hijo.
Haciéndonos enemigos mortales del hombre, sin siquiera conocerlo realmente.
Bueno, yo sí que conocía a uno de los De La Vega.
Su nombre era Nicholas De La Vega. El hijo mayor de la familia y el nieto favorito del retirado Señor Leonardo De La Vega.
Era un idiota, déspota, orgulloso, mujeriego y el mejor en los negocios. Recuerdo cuando cerró su primer trato, el periódico local lo llamó imprudente, pero al cabo de unos años les calló la boca y ellos mismos lo llamaron un triunfador con todas las letras de la palabra en los encabezados del periódico local por al menos una semana.
También debo agregar que estuve enamorada de él desde el preescolar hasta que entré a la preparatoria y me di cuenta de que era ridículo estar enamorada de una persona que en su vida me había visto o dedicado más de dos palabras.
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Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas Oportunidades
DragosteLa vida es complicada, eso lo sabe de sobra Gabriella. Ella ha pasado toda su vida siendo una perdedora. Y lo peor es que comienza a estar bien con ello. Perdió cada gramo de su dignidad, todo para encajar. Y aun así nada fue suficiente. Entonces...