Capítulo 18.

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Miénteme — 5 Seconds of Summer.


Me desperté una vez más, un día más, para comenzar. Un día más para saber si me iba a sentir cómoda algún día, teniendo a Nicholas De la Vega tan cerca de mí y sintiendo de nuevo todo esto que estaba sintiendo y que no quería sentir.

Pero sí de algo estaba segura es que estaba dispuesta a intentarlo.

Esperaba a que mi desayuno estuviera cuando un sonido de notificación de mi teléfono llamó mi atención.

Era Amanda, anunciándome que había encontrado justo lo que necesitaba. No sé a qué se refería, pero de nuevo, era muy temprano para sí quiera adivinarlo y aún no había tomado café, así que ni siquiera carburaba bien.

Llegó después de cinco minutos y daba de saltos tanto que me tuve que obligar a ignorarla en la mayoría de lo que decía.

—Hasta que no te tranquilices, no te escucharé.

—Entonces quizás me escuches a mí. —Dijo Nicholas De La Vega llegando detrás de ella.

—A ti tampoco te escucharé hasta que por lo menos haya terminado de desayunar.

—En ese caso deberías de darnos una hora a partir de, para comenzar a hacer nuestras tareas. —Dijo él.

—Me preguntó si un juez me mandaría a la cárcel por matar personas solo porque no me dejan comer en paz y tomar mi café por la mañana —me quedé analizándolo hasta que termine de darle un sorbo a mi café, frente a ellos dos—. No lo creo, la verdad.

—Yo creo que sí.

—Yo creo que no, los jueces me aman.

—No lo creo.

—¿Quieres apostarlo? —mi teléfono comenzó a sonar con el tono de Rebel, Rebel de David Bowie, no sabía quién llamaba, pero igual contesté— ¿Señorita Martínez?

—Sí, ¿quién llama?

—Es la señorita Claudia Banda, de la preparatoria no. 55.

—Sí ¿qué pasa?

—Es su hermana, tuvo una pelea el día de hoy en la explanada de la escuela, ¿será posible qué hablemos con usted el día de hoy?

Lo que me faltaba.

—Sí, estaré ahí en veinte minutos, ¿le parece?

—Sí, claro, hasta entonces señorita, tenga un buen día. —Colgué el teléfono más que molesta— ¡Me las vas a pagar Celine!

Dejé a Nicholas y Amanda solos en la cocina y me subí rápido a mi habitación para cambiarme.

—¿Quién es Celine? —escuché a Amanda preguntar a mis espaldas mientras salía corriendo en otra dirección.

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Llegué a la escuela de mi hermana lo más rápido posible, incluso iba en el auto preparándome para lo que le iba a decirle a Celine, en cuanto viera a esa niña indisciplinada.

Estaba tan molesta, que en cuanto me subí al auto con Antonio se me quito el hambre que sentía.

Ignoré a Amanda que preguntaba lo que pasaba y Nicholas que me pedía que me calmara.

Salí del auto y le di un gran portazo molesta.

Llegué a la oficina lo más rápido que pude.

Me estaban esperando cuando llegué, sabía bien donde estaba la oficina del director porque yo misma había estudiado en este instituto hacía ya muchos años.

Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora