Capítulo 14.

111 16 2
                                    


Tú sabes que esta historia no ha terminado — Avantasia.


—Así que eso fue lo que te obligo a irte. —Dijo Christian más tarde en mi casa.

—Sí, realmente siento si te dejé ahí solo con toda la carga de explicar porque la loca se fue, pero no tenía otra opción.

—Como tu amigo que soy desde hace años, lo entiendo, como tu abogado no tanto.

—Lo sé, lo siento, lo compensaré, lo prometo.

—Más te vale. —Dijo sonriéndome.

—Lo juro —dije dándole una de mis mejores sonrisas para tranquilizarle- ahora a los que nos importa Christian, ¿Qué te parece la propuesta del Señor De La Vega?

—No está mal, pero me gustaría aconsejarte que ese tipo de tratos se manejen por escrito, así si algo sale mal para ambas partes, los dos quedan protegidos.

—¿Qué puede salir mal en esos casos? —pregunté interesada.

—Espero que nada, pero sí acaso tú no quisieras venderle después de todo, tú puedes alegar que el té dio la opción a ti y la última decisión sería tuya de esa manera.

—¿Tú crees qué te puedas encargar tú de eso?

—Por supuesto.

—Si no tengo que hablar con él, mucho mejor.

—Aún sientes algo por él, ¿verdad? —no le podía mentir a Christian, cuando estuvimos juntos él sabía que mi corazón le pertenecería siempre a otro y aun así quiso estar conmigo, no sé porque, pero lo hizo.

Si hubiera estado en su lugar, yo jamás habría aceptado compartirme con nadie. Sobre todo, con un hombre como De La Vega.

—No, eso se acabó hace mucho. —Declaré lo mas segura que pude.

—No me mientas, se sumar dos más dos Ella. —Christian estaba serio y sobrio, cruzado de brazos esperando a que como siempre le diera la verdad desde mi boca.

—No te miento, no hay nada ni nunca habrá nada entre los dos. —Y eso sí que era cierto. Jamás pasaría nada entre él y yo.

—Está bien, haré como que te creo, lo juró. —dijo mientras levantaba sus manos en el aire, en señal de rendición. Luego tomó su portafolio y sacó varios papeles, les eche un vistazo por encima y parecían ser contratos- Necesito tu firma en estos.

—¿Qué son?

—Los contratos de la venta de las propiedades que me pediste.

—¿Puedo leerlos antes de firmar? —algo que siempre me había enseñado mi padre, es que en cuestión de negocios, siempre había que pensarlo bien con la cabeza fría y leyendo cada palabra del contrato. De lo contrario podrías perder mucho gracias a las letras pequeñas y a esas clausulas que vienen escondidas entre párrafos o hasta el final.

—Por supuesto, también tenemos que tratar algo muy importante contigo.

—¿Qué es?

—Debes contratar a un asistente personal.

—¿Para qué? Si tengo a Hugo para eso.

—No, el puesto de Hugo es el de Mayordomo,eso significa que se debe encargar de todo lo de la casa, no me malinterpretes, me agrada, pero no es su trabajo.

—Pero lo hace muy bien.

—Sí, pero necesitas una persona que te ayude a "vivir esta vida".

Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora