Capítulo 22.

97 13 0
                                    


Hay que volver a los básicos — Pitch Perfect II.


Todos tenemos una persona en la vida que no queremos volver a ver o mencionar. En la vida de Christian, esa persona era Felicia.

No estaba muy seguro de que es lo que había pasado entre ellos, pero si estaba segura de algo es que habían quedado en malos términos y que todo esto era de alguna manera mi culpa.

Por lo cual, fui yo la que se disculpó una y mil veces por los dos, ante Felicia.

Aunque no estaba del todo segura de que es lo que había hecho mal.

Aun así, sabía que debía de disculparme, y gracias a Dios ella había tomado mis disculpas en consideración cuando la busque ayer por la mañana.

—Hola buenas tardes —dije a la recepcionista del lugar.

—Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar?

—Busco a Felicia Carmona.

—En la parte de atrás, segunda puerta después de los bebederos.

—Gracias —dije antes de irme a la mujer que me había ayudado.

La noche anterior, me había escapado un rato de la casa para poder ir a hablar con ella, necesitaba su ayuda, ya que estaba segura que no podía encontrar todas las piezas del rompecabezas hasta que hablara con ella.

Y dije escapado, porque eso fue lo que hice, me salí a escondidas de la casa.

No es que no confiara en nadie para llevarme, es que prefería la discreción en este caso.

Me detuve un poco antes de tocar la puerta, pero al final supe que esto es lo que había que hacer.

—Pasen —dijo ella del otro lado.

—Hola, yo...

—¿Qué te trae por aquí? ¿roba novios? —así que eso era.

—Hola Felicia.

—Hola Ella, te preguntaría cómo has estado, pero toda la ciudad ya lo sabe.

—No creía que te importara tanto seguirme la pista.

—No lo hago, yo solo estaba en el supermercado el otro día cuando alguien lo menciono —tengo que admitir que eso me sacó un poco de órbita, pero no dejé que lo viera, esperaba que no lo hubiera visto— ¿Qué te trae por aquí?

—Necesito tu ayuda con algo.

—Déjame adivinar ¿te metiste en problemas de nuevo?

—No yo no, pero alguien los tendrá si lo que creo es cierto.

—No te estoy entendiendo nada, pero has captado mi atención, continua.

—Como ya sabes herede mucho dinero y con ello muchas empresas con responsabilidades.

—Te sigo, siéntate por favor —dijo indicándome una silla frente a su escritorio. Escaneé el lugar lo más rápido que pude antes de sentarme.

—Lo sé, no es mucho, pero es mío.

—Me alegra que te esté yendo bien después de todo.

—Yo no diría que me va bien, pero me ayuda a llegar a fin de mes, continúa.

—En fin, entre las empresas que ahora posee esta la universidad de aquí.

Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora