Oh, soy un desastre justo ahora — Ed Sheeran.
Y es que no somos nada hasta que estamos junto a la persona que más nos ha amado en el mundo. Eso solía decir mi abuela, lo dijo desde antes de que conociera a mi abuelo, lo mantuvo junto con él y lo sostuvo cuando él se fue.
Pero yo creía que tú eres lo que eres, estés con alguien o no, eres una persona completa.
Punto.
Hoy me había levantado con dolor de cabeza y con el estómago bastante molesto, pedía a gritos un buen desayuno pesado y una buena taza de café.
Tomé mi teléfono y vi la hora, pasaban de las dos de la tarde.
Tomé el comunicador y pregunté por la Chef en la cocina, quien me dijo que mi desayuno ya estaba siendo preparado, agradecía cuando la Chef y Martha ya sabían lo que quería, así no me hacían pensar cuando no quería.
Sentía como si mil tractores me hubieran pasado por encima. Me preguntaron si quería que me lo llevarán a la cama, conteste que sí.
Tomé mi teléfono viejo y revise un poco las redes sociales.
No había más que novedades que no me interesaban, bebés, viajes, nuevos proyectos por emprender, noviazgos que iniciaban y terminaban, memes y risas.
Vídeos inspiradores y ya.
La comida llegó y cuando estaba por darle un largo trago al café, a Martha se le ocurrió arruinarlo todo.
—¿Señorita?
—Sí, Martha. —Me metí un poco de tocino en la boca y seguí comiendo mientras la invitaba a que siguiera hablando.
—Tiene una visita que la está esperando en el recibidor.
—¿Y me dices eso apenas?
—¿Quién es? —Martha no decía nada.
—Martha ¿quién es?
—Es que no le va a gustar lo que le voy a decir...
—Martha si tienes miedo de que te regañe, ten por seguro que tú no tienes la culpa de nada.
—Es que es el Señor del que hablaba ayer en la comida.
—¿Quién?
—Ese De La Vega. —Eso hizo mi boca abrirse de par en par y la comida se me cayó también.
—¿Qué hace aquí? —dije parándome, fui directo al clóset a sacar ropa decente para ponerme. Pero al segundo de hacerlo me arrepentí.
—¿Porque esta aquí?
—Dijo que quería hablar con usted del asunto de la compra de la universidad, Hugo lo dejó pasar solo porque dijo que eso se tenía que resolver tarde o temprano —y tenía razón ¿pero porque tenía que ser hoy? ¡Hoy que me veía como una loca recién salida del manicomio!
—Porque no puedo hacer nada a gusto, ¿me puedes contestar esto Martha?
—Un gran poder, con lleva una gran responsabilidad, señorita. —¿Tenía que usar a Stan Lee en mi contra?
Tenía miedo, pero aun así bajé. Terminé lo más rápido que pude mi comida y me puse un poco más presentable.
Cuando llegué el hombre estaba sentado de espaldas en la sala, venía en una camisa blanca y pantalones azules marino satinados, con un saco a juego del color de los pantalones.
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Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas Oportunidades
RomanceLa vida es complicada, eso lo sabe de sobra Gabriella. Ella ha pasado toda su vida siendo una perdedora. Y lo peor es que comienza a estar bien con ello. Perdió cada gramo de su dignidad, todo para encajar. Y aun así nada fue suficiente. Entonces...