No quiero saber el otro lado de una vida sin ti — Ruelle.
Llegamos a casa después de las diez de la mañana y lo primero que hice fue despachar a Amanda para que se fuera a casa, hoy no estaba para resolverle la vida a nadie.
Pero a Nicholas sin embargo no lo pude correr, se empeñó en quedarse hasta que todo estuviera bien, no sé exactamente a que se refiere con eso.
Él hombre tenía la suerte, de que en este momento no tenía ganas de pelear, así que no pude objetar a que se quedara, mientras no se metiera en mi camino y estuviera ahí solo para trabajar, todo estaría bien. Para los dos.
Sentía como si una nube negra hubiera aterrizado en mi cabeza y se hubiera quedado ahí para todo el día.
O Murphy, ¿es qué algo puede salir mucho peor hoy?
Llegamos a la que es mi habitación ahora y mi hermana se sentó en la cama, inspeccionando todo.
—Escúpelo Jackie —cuando mi hermana era más chica cometí el error de prestarle mi cuenta de Netflix. Se había obsesionado con la serie de 70's show y con cada uno de los protagonistas de ella. Ahora cuando estaba metida en problemas había hecho algo malo, yo usaba frases de la serie para confortarla, ya sé que eso le quitaba seriedad al asunto, hacia esto solo como una manera de calmarla y de asegurarle que no importaba que tan malo era el asunto siempre me podía reír de ello.
Y que no la mataría en el proceso.
Celine suspiró, tomó aire y comenzó a hablar.
—Le dije a Ámbar que querer ser policía, como papá.
Mi corazón se detuvo y sentí nauseas.
—¿Le dijiste qué?
—Sí, yo sé que ni tú, ni mamá quieren, pero es que siento que es lo correcto para mí —eso me recordó a cuando yo le dije a mi madre que abandonaría la academia, yo estaba aterrada, ella no podía estar más feliz por ello. Vivía constantemente aterrada cada que papá salía de la casa.
Ella siempre pensaba que ese día podía ser el último día en que lo viera.
Hasta que un día lo fue.
—Tienes que estar bromeando —le dije sentándome en una silla de mi peinador.
—No te pongas así, míralo como un tributo a nuestro padre —yo lo veía como una sentencia de muerte para mi hermana pequeña.
—Si esto es por dinero, no tienes que preocuparte, sabes que pagaré lo que quieras para que tengas la mejor educación.
—No, no es por eso, ya tomé mi decisión y nada me puede hacer cambiar de opinión y espero que tú la respetes, como sé que mamá la respetara con el tiempo.
—Jamás estaré de acuerdo con eso, óyelo bien, jamás.
—Es mi vida, no la tuya.
—Eres menor de edad aún y te puedo decir lo que quiera y cuando mamá sepa esto, estoy segura de que también se pondrá de mi parte.
—No seas inflexible, tú no eres así.
Me llevé una mano al diafragma, sentía una punzada ahí. No sé porque, pero en serio sentía que iba a vomitar y al mismo tiempo sentía que mis rodillas comenzaban a temblar, cedían ante la presión.
Mi cabeza daba vueltas y todo estaba yendo demasiado rápido.
—No me digas así, porque si alguien te ha apoyado antes he sido yo.
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Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas Oportunidades
RomanceLa vida es complicada, eso lo sabe de sobra Gabriella. Ella ha pasado toda su vida siendo una perdedora. Y lo peor es que comienza a estar bien con ello. Perdió cada gramo de su dignidad, todo para encajar. Y aun así nada fue suficiente. Entonces...