Capítulo 27.

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Pienso demasiado, cuando pienso en el futuro — San Holo.


No entiendo porque es que él se empeña en formar parte de cada momento de mi vida cuando yo me empeño en no estar ni cerca de él.

¿Sera que algún día podre estar en paz, sin su sombra alrededor mío?

Espero que sí.

Y que ese día llegue pronto.

Porque mientras llega siento como toda la cordura se va resbalando poco a poco de mi cuerpo, dejándome y arrastrándome hacia la locura y la oscuridad.

Cuando llegó a casa hoy, me encierro de nuevo en esa habitación a la que siempre voy para poder descargarme.

Necesito sacar todo mediante golpes y ráfagas de patadas al saco.

Necesito que los recuerdos se vayan, necesito olvidar, necesito dejarlo atrás, en el pasado, donde siempre debió de haber estado.

De donde nunca debí de haberlo sacado.

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Cuando me despierto más tarde, aún estoy en esa habitación. Me levanto del piso, donde me he quedado dormida profundamente, como tantas otras veces.

Me arreglo la ropa del entrenamiento, mientras voy hacia mi habitación.

No me encuentro a nadie de la casa y estoy agradecida por ello, despache a Amanda después que las dos salimos de la escuela. Fue un día pesado y cansado, solo quería llegar a casa a golpear el saco y después a dormir.

Pero no estaba segura de que hoy pudiera dormir.

No se me quitaba de la cabeza el rostro de Nicholas De la vega.

Si mi abuelo estuviera aquí, ya me habría molido a golpes por el simple hecho de dedicarle una mirada al hombre.

Me sentía aun peor, porque sabía que estaba traicionando a mi familia, aunque fuera solo con el pensamiento.

¿Aunque aún también seguía preguntándome porque es que su abuelo y el mío habían comenzado esta riña?

¿Sería tan malo lo que paso entre ellos como para pasar el odio a sus descendientes?

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Por la tarde el día siguiente, Amanda y yo habíamos regresado temprano a casa, para preparar algunas cosas para la gala de la familia De La Vega.

Sí, porque aún a pesar de todo, tenía que ir. Lo había prometido, solo espero que mi abuelo me perdone por esto.

Algún día.

Así que aquí estábamos viendo vestidos en línea, no teniendo idea de qué tipo de ropa se ponía una para ese tipo de eventos. Nunca había ido a uno de esos eventos antes, más que a un baile de graduación, si es que eso se puede tomar como ejemplo.

Y eso que fue mi graduación de la academia de policía, ni siquiera fui al de la facultad.

Así que esa es toda la referencia que tengo y que posiblemente tendré siempre.

—Señorita si quiere mi opinión —dijo Hugo entrando con una bandeja que tenía un poco de botana saludable, ya sabes lo normal, pepino con chile, porque aceptémoslo es mejor pensar con el estómago lleno— creo que debería pedir ayuda en ese tema.

Está vez, vas a quedarte. Bilogía: Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora