No entendía, no sabía, ¿Qué le encontraban de bueno a un cigarrillo? Le desagradable excesivamente los cigarros. Era repugnante, para ella. Con tan solo oler el humo de éste, le daba náuseas.
─¿Qué haces aquí? ─le preguntó intentando romper la incomodidad entre ambos.
─Si quieres hablarme, tendrás que apagar ese puto cigarro. ─le ordenó, señalando el cigarro que estaba entre los labios del chico.
Yoongi lo pensó. Su semblante solo señala estar confuso. Se debatía internamente en acatar lo que la joven le había dicho, si lo hacía, podría conseguir una charla con ella. Si no, tendría que irse de allí, para no molestar a la joven, que detestaba el olor a cigarrillo. Decidido, le dió una última calada a su cigarro y lo tiró al suelo. Sunhee se quedó algo sorprendida. Juraba que aquel chico se iría de allí y la dejaría sola. Creía que iba a preferir un cigarrillo, en vez de entablar una conversación con una chica antipática como ella.
─¿Ahora si me dejarás hablar contigo, chica amargada? ─cuestionó resoplando.
─Así esta mejor, ¿No crees? ─alzó una ceja sonriendo.
Yoongi bufo con molestia.
─Estoy acompañando a Hoseok. ─dijo, respondiendo a su pregunta. ─¿Tú también rapeas, no?
─Si. Me gusta rapear. ─le dedicó una pequeña sonrisa con orgullo.
Un pequeño silencio surgió en aquel momento.
─Tú cara.. Parece como la de un pequeño gato. ─admitió Sunhee, sin mostrar ninguna expresión.
Yoongi se quedó algo inquieto por ello. ¿De verdad tenía cara de gato?
De un segundo a otro Hoseok se hizo presente entre ambos jóvenes. Venía sonriente y radiante, como siempre. Era tan difícil encontrar a Hoseok triste, siempre estaba feliz, positivo, contiagaba su felicidad a cualquier persona. Era una de sus mejores cualidades.
─Hey Hyung. ─le saludo dedicándole una de sus mejores sonrisa.
─Hoseok, hola. ─le saludó de la misma forma.
─¿Ya vas a subir? ─preguntó Sunhee.
─En unos minutos, supongo. ─soltó una risilla incómoda.
Sunhee solo se limitó a dedicarle una gran sonrisa a su querido amigo, como algún apoyo. Se quedaron charlando una minoría de minutos, al cabo de unos cuantos, se escuchó resonar el nombre de Hoseok por todo el bar. Le habían llamado para que subiera al pequeño escenario. Cuando ya era su turno, comenzó a rapear y bailar con cierta sutileza. Su rostro solo expresaba alegría, rapeaba a todo pulmón, dando lo mejor de él. Sunhee solo observaba con admiración, sonreía con orgullo. La emoción tocó su frío corazón, parecía una madre admirando un dibujo de su pequeño hijo. Le agradaba ser mejor amiga de tal chico. Al final de la corta presentación todos aplaudieron satisfechos y esta demás decir que, Sunhee era la más satisfecha con todo eso.
─¡Hobi! ─clamó dichosa. ─Lo has hecho increíble, te felicito.
─Gracias Sun, dí lo mejor de mi. ─sonrió risueño por las palabras de ella.
─Hey, hyung, lo has hecho muy bien. ─le felicitó Yoongi, con una ligera sonrisa en el rostro.
Hoseok le agradeció con un típico abrazo con palmaditas en la espalda.
Se quedaron un rato más, conversando y bromeando respecto algunas cosas. Después de todo, Yoongi logró hacerse amigo de Sunhee. Aquella chica que había captado su atención hace un tiempo, era su amiga, actualmente. La tarde pasó lentamente, para la suerte de los tres jóvenes. Un cuarto para las siete, el sol estaba en descenso, la noche muy pronto caería. Hoseok y Sunhee caminaban por las calles, camino a su pequeño y cálido hogar.
─Sun, ¿Tenías libre hoy? ─le dijo el jóven, aún riendo por su broma anterior.
Sunhee se quedó callada, sus risas habían cesado. Algo estaba mal, ¿Qué día era hoy?
─Hoseok. ─dijo algo desconcertada. ─¿Hoy no es domingo?
El castaño negó levemente con la cabeza, formando una mueca extraña con sus labios.
Sunhee negó, incrédula.
─Si, estoy segura. Hoy es domingo, ayer fue.. ─recordó lo que había hecho el día anterior. ─¡Hoy es Sábado!
La joven se tomó la cabeza entre ambas manos, histérica por su confusión con los días. Se suponía que hoy debería estar trabajando, tenía turno de las cinco hasta las doce de la noche, allí fue cuando Sunhee sintió el verdadero terror. Tenía que trabajar, y lo olvidó por completo. Hoseok la veía con una sonrisa divertida, ver a su pequeña Sun así, le causaba gracia, pero ¡Vamos! Cualquiera estaría así.
─No puedo faltar, me lo descontarán. ─dijo intentando calmarse. ─Nos vemos en casa.
Eso fue suficiente para irse corriendo del lado de su amigo e irse a su empleo de medio tiempo. Salió casi disparada de allí. Para su suerte, donde se encontraba ella, no estaba tan lejos del local donde trabajaba. Una pequeña cafetería y pastelería. No frecuentaba muchos clientes, pero aún así, mantenía su reputación.
No tardó más de diez minutos en llegar. Totalmente cansada por haber corrido más de cuatro cuadras. Allí estaba el, el joven a cargo de local. Hijo del dueño de un restaurante bastante llamativo; Jihwaja Seoul.
─Sunhee. Has llegado tarde, este no es tu horario de llegada. ─le reprochó el joven, unos años mayor que ella.
─Lo lamento, Taewook. ─se disculpó, aún intentando recuperar el aire.
─Será la última vez. Sinó, tendré que buscar otro empleado. ─le amenazó.
Sunhee solo hizo una pequeña reverencia delante de el, en modo de disculpa y agradecimiento. El joven le hizo una señal para que se cambiará y comenzará a trabajar, o querida Sunhee, eso a estado demasiado cerca. No era primera vez que le ocurría este tipo de incidentes, está era la tercera vez. Sabía perfectamente que no debía hacerlo más, gracias al dinero que gana aquí, y al trabajo de su mejor amigo, podían sustentar su vida y el departamento.
Sunhee entró al baño y se cambió la remera que tenía por una blanca. En su cintura, se colocó un pequeño delantal negro. Rápidamente salió del lugar y atendió a un cliente que había entrado hace un par de segundos al local. Namjoon estaba allí, su compañero de trabajo. Él y ella no intercambian muchas palabras, solo se dedicaban a trabajar. Sunhee era de poca palabras. A Namjoon no le agradaba la personalidad de Sunhee. Eso bastaba para no dirigirse palabras.
─Namjoon, necesito un café con leche. ─le ordenó sutilmente.
Namjoon asintió levemente. Siempre había pensado que a aquella chica le faltaban modales. Jamás la había escuchado decirle por favor y eso, le desagradaba totalmente.
Sunhee se dedicó hacer el resto del pedido. Eran unos pasteles caseros, simples. En el transcurso del día, habían entrado uno que otro cliente. El tiempo había pasado rápido, y eso beneficiaba a ambos jóvenes.
Una pareja de jóvenes habían entrado al local. Una chica y un chico. Era totalmente normal ver parejas. Pero esta vez no era cualquier persona.
Jeon Jungkook y una chica totalmente desconocida para Sunhee.
¿Qué hacían aquí, juntos?
;💦
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Smile, please. ©Jeon Jungkook
FanfictionSunhee, una chica antipática y aburrida. Jungkook, un chico animoso, engreído y atractivo, dos personas muy distintas, pero con más cosas en común. El conocerse cambiará todo, ¿pero que hay detrás de todo? Esta novela está hecha completamente por m...