Smile, please. ©Jeon Jungkook

Capítulo 8

Miró al joven, que este también parecía confundido por la situación. ¿En que momento llegó? Se preguntaba Jungkook, mirando extrañamente al joven de pelo castaño.

─Salí a buscarte, había pasado media hora, ¿no crees que es mucho? ─cuestionó Sunhee.

─Perdón, me encontré a Yoongi. ─dijo. ─No pude evitar hablar con él. ─soltó una ligera risa. ─¿Qué haces aquí Jungkook?

Su mirada se fijó en el chico.

─La lluvia estaba potente, acompañe a Sunhee aquí. ─respondió el con cierta simplicidad.

Hoseok miro a su amiga, la cual también lo veía. Quería hacerle unas cuantas preguntas, pero su amiga las evitó con otras preguntas. Hoseok invitó a Jungkook a comer, como agradecimiento por acompañar a su amiga por aquella situación. La castaña no tenía muchas ganas de comer junto a un chico que no le agradaba para nada, pero no tuvo otra opción que aceptar. Los tres jóvenes se sentaron en el piso del departamento a comer. Había silencio, pero era un silencio cómodo. La comida dejó satisfechos a todos, el clima era tranquilo, solo se podía oír la lluvia caer en la ventana.

─Supongo que aún no te vas a ir, ¿cierto? ─Hoseok rompió el silencio con aquello.

─Mi casa queda un poco lejos. ─dijo observando a la joven, que le miraba con cierto enojo. ─Podría quedarme un rato aquí, esperando que la lluvia se detenga un poco.

─Si, deberías quedarte Kook.

Sunhee no pudo evitar soltar una risa por aquel apodo. Le parecía extraño que su amigo le llamara de esa forma. Tenía que admitirlo, era un apodo bastante tierno.

─¿Kook? ─carcajeó ella. ─Que buen apodo, de seguro lo haz elegido tú, Kookie. ─comentó riendo.

─No le veo nada de malo. Pequeña Sun. ─contraatacó el, burlándose.

Sunhee rápidamente cambio su semblante por uno más serio. Era realmente intimidante. Hoseok miraba divertido aquella escena.

─Solo yo le digo así. ─rió su amigo, apoyándola de alguna forma. ─Pero te doy permiso para que le llames así.

Sunhee observo a su amigo totalmente ofendida por aquello. Para ella, había vendido a su apodo.

─Me sorprendes, Jung Hoseok. ─dijo indignada.

─Sunhee, mientras tanto, podría ayudarte con historia, ¿no crees? ─sonrió orgulloso por aquella fabulosa idea que le había venido a su cabeza.

La joven se quedó pensando en aquella propuesta. Podría aprovechar que tenía al chico aquí, y hacer de él lo que quisiera, en cierto modo. Aceptó con recelo. No le parecía del todo la idea.

Al cabo de unos minutos, ambos chicos de dirigieron a la habitación de Sunhee. Hoseok se quedó en la cocina, limpiando y ordenando el caos que se encontraba allí.

─Bien, empezaremos por cosas fáciles. ─dijo. ─Deberías repasar fechas de sucesos importante en la historia.

─Historia. Es totalmente aburrido, ¿de qué sirve? ─se quejó, buscando sus libros y cuadernos de historia.

─Niña sin cultura. ─le reprochó el joven. ─Historia sirve de mucho. Por ejemplo, puedes aprender de tú pais, su cultura, cosas nu-

─No, no me interesa aprender de Corea, de todos modos, ya sé suficiente. ─le interrumpió ella, tirando sus libros encima del pequeño escritorio.

─No le tienes ni un poco de respeto a tú país. ─se burló.

─Este no es mi país. ─dijo cuando su semblante radicalmente.

─¿De qué hablas? ─le interrogó confuso por aquella respuesta por parte de ella.

Sunhee no quería hablar nada más al respecto. No le gustaba hablar sobre su vida privada, mucho menos con alguien como el. No dijo nada, Jungkook tampoco insistió. O eso creyó ella.

─No tienes cara de ser extrajera. ─espetó.

─Mi papá era Coreano, mi madre americana. ─dijo remarcando un poco la palabra 'era'.

A que se refería cuando decía; Mi papá era Coreano, ¿Acaso su padre había muerto? Se preguntó el joven asi mismo, por recibir tal respuesta. No quiso preguntar del tema, podría causar incomodidad en ella, o algún conflicto entre ambos. Habían cumplido un gran récord sin enojarse. Extraño, ¿no?

─Tengo el físico de mi papá. Pero soy de Estados Unidos. ─dijo sin más. Respondiendo a las dudas del joven. No completamente.

Después de eso no hablaron más de aquel tema. Sunhee no estaba cómoda con ello, Jungkook la entendía completamente, así que tampoco insistió en preguntas. Solamente se dedicaron a estudiar historia. Por lo menos Sunhee. El joven le indicaba cada cosa que tenía que hacer, leer, recordar, dibujar mapas conceptuales, todo tipo de cosa que le beneficiará a Sunhee. Ninguna discusión. Ningún problema. Ella no se había comportado de una manera antipática, como decía Jungkook. El no había fastidiado a la chica. Todo estaba perfecto.

Mientras Sunhee repasaba una que otras cosas, Jungkook revisó ligeramente la habitación de ella. No se podía evidenciar muchas cosas que digamos. Una cama, muebles llenos de ropa, papeles de estudio en el suelo y una que otra caja en los rincones. Se percató de una pequeña caja muy colorida, se acercó allí para saber de que se trataba. Era una caja pequeña, en la tapa de está, decía; "Cosas privadas de Sunhee." La intriga devoraba a Jungkook por dentro, ¿qué podría haber allí? Veía a la chica tan sumida en sus cosas que no le importó revisar sus cosas allí mismo, en su presencia. Abrió con cautela la tapa de la caja. Habían algunas fotos que no se encontraban en buen estado. Uno que otro objeto. Un mechero, una pulsera, cosas de poca importancia. Un papel llamó su atención, era un tipo examen. Lo tomó entre sus manos y leyó.

Paciente número: 15.

Nombre: Yong Sun-hee.

Estado: Riesgo de muerte.

Estado físico: Quemaduras graves en ambos brazos y piernas.

Estado psicológico: Depresión avanzada.

El resto del papel estaba roto. ¿Qué significaba esto? Jungkook se quedó totalmente confundido por aquella información. ¿Quemaduras? ¿Depresión? Tenía millones de preguntas para hacerle a Sunhee, pero prefirió no decir nada. Quizá la haría enojar, la iba a incomodar, y eso era lo que menos quería él.

Un grito maniático llamó su atención. Sunhee había terminado de estudiar, por hoy.

─Odio historia, detesto historia. ─decía mientras insultaba aquella asignatura con odio.

─Hemos terminado por hoy. ─dijo, dando por concluida su primera 'clase'.

─Te puedes ir. Gracias. ─hizo un ademán con sus manos.

─¿Acabas de decirme gracias? ─preguntó sonriendo totalmente sorprendido por lo que ella había dicho.

─Si, gracias.