Smile, please. ©Jeon Jungkook

Capítulo 14

Solo se podía oír el sonido de las teclas del computador, resonando por la pequeña oficina. Sunhee y Jungkook estaban sentados en dos sillas frente al guardia. En silencio. La joven de cabello castaño comenzaba a maldecir en murmuros, pocos audibles para los presentes. Jungkook intentaba hacerla callar con gestos particulares. El hombre anotaba todo el desastre que habían hecho ambos inmaduros jóvenes en el pasillo diez. Se habían metido en un grandísimo lío.

─Esta es la cantidad de dinero que deberán pagar. ─dijo de forma ruda el hombre.

Les había entregado un pequeño papel con el monto que debían pagar. Era una gran cantidad. Sunhee totalmente estresada por la situación, tomó uno de sus cabellos y los jaló con fuerza. El guardia seguía tecleando el computador, anotando ciertos datos importantes.

─Jeon, ¿De dónde rayos quieres que saque todo este dinero? ─murmuro, acercándose un poco más a él.

─Yo.. ─calló unos segundos. ─No lo sé.

─Con mi trabajo, con suerte logró pagar los gastos de mi departamento. ─comentó con molestia. ─Ni siquiera puedo darme lujos.

Ambos se quedaron en silencio, buscando alguna solución a su dilema. Pasaron unos cuantos minutos, ninguno decía nada. Ninguno obtenía una solución.

─¿Se puede pagar por con tarjeta? ─dijo, intentando arreglar el problema.

El hombre solo movió su cabeza, dando a entender que sí se podía. Le hizo una señal Sunhee para que saliera de la pequeña oficina. Le miro con recelo, ¿Para qué diablos querría eso? No le quedó más remedio que salir de la pequeña oficina, que era horrible para el gusto de Sunhee. De color amarillo pato, con cuadros de personas, que probablemente serían familiares de aquel feo y flacucho hombre. Cerró la puerta ligeramente, dejándola entre abierta, para escuchar lo que vendría. No logró deducir que hablaban ambos, no entendía nada de nada. Se apoyó más en la puerta, pegando su oído a está. Lo que había olvidado, era que la puerta se encontraba abierta aún. Tropezó torpemente, haciendo notar su torpe acción. Ambas personas presente giraron viendo a la joven con las mejillas rojas de vergüenza, muy inhábil a sido. Jungkook le miraba sonriendo divertido, más bien, burlesco, con la boca entre abierta, haciendo notar sus dientes. El guardia, le miraba enfurecido, creía que en cualquier momento estallaría; estresado.

─Le dije que saliera, ¿Usted no sabe acatar órdenes, señorita? ─golpeó la mesa molesto.

Jungkook se giró a verlo, también, molesto.

─¿Y usted cree que le haré caso? ─dijo, recomponiendo su postura de chica antipática. ─Es un jodido viejo que ni siquiera conozco, ¿Usted me viene a dar órdenes, a mí? ─rió de aquella forma tan arrogante.

─Respeta a tus mayores, niñita. ─se levantó de la silla de escritorio, acercándose de forma amenazante. ─Mira todo el caos que has hecho, ¿Así vienés a quejarte?

El hombre caminaba hacia Sunhee con aires de superioridad, intentando asustar a la joven. Pero ésta era inmutable, no se movía, seguía con aquella postura, no le causaba ni una pizca de miedo. Jungkook caminó hasta ambos y sacó a Sunhee de la oficina.

─¿¡Qué se cree ese viejo de mierda!? ─gritó, golpeando con fuerza el pecho del castaño.

─¿Qué te hice yo? ─se quejó sobando su pecho. ─No debiste entrar, Sunhee.

La joven tenía los nervios de punta, estaba totalmente molesta. Aquel hombre la había hecho enfurecer a mil, quería entrar y golpearlo con palabras y acciones, pero no podía, no debía. Soltó un suspiro frustrada y salió del lugar, con las manos vacías. Había venido con un solo propósito: hacer las compras de la semana. No lo logró. Caminaba dando grandes zancadas, empujando a una que otra persona. Atrás venía Jungkook, pidiendo disculpas por ella. Clamando su nombre para que le tomará atención. Apenas salió del lugar, el clima cambió de una manera extraordinaria. El sol recién comenzaba a esconderse, el ambiente estaba frío.