Capítulo 5

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Narrador omnisciente

Sunhee había paso la tarde junto a su mejor amigo, de vez en cuando, le hacía bien distraerse y salir con él, pues, era el único que le podía hacer sentir bien en sus malos momentos, o eso creía ella. A veces llegaba a odiarse asi misma, por ser una persona tan desagradable.

En el cielo se podían evidenciar algunas que otras estrellas, no era una noche muy resplandeciente como otras, donde Seúl brillaba por sus luces y estrellas.

Sunhee caminaba por las calles frías de Seúl, no quiso irse con su amigo a casa, necesitaba un tiempo para reflexionar sobre su vida, solo hace un año, su vida había cambiado radicalmente. Había dejado todo su pasado atrás, pero aquel la seguía atormentando. Todas las noches recordaba aquellas escenas de fuego, aquella muerte, los golpes. Se sentía tan culpable de todo lo sucedido aquella noche. La chica intentaba ignorar a los borrachos que se encontraban en las aceras de las calles. Presentía que alguien la seguía, un temor estaba creciendo dentro de ella, hacia lo posible por ignorar aquello, pero era literalmente imposible. Su caminar comenzó a aumentar. A medida que ella aumentaba, las pisadas de atrás también lo hacían. Cuando estubo dispuesta a ver de quien se trataba, alguien la había empujado para que caminará hacia adelante, aquella persona la había tomado del brazo con tanta fuerza que no podía zafarse. Intentó, no sólo una, si no más de dos veces zafarse de aquel agarre. Cuando vió de quien se trataba, se calmó un poco, pero no lo suficiente. Mientras más intentaba zafarse del agarre, la persona con más fuerza la agarraba. Llegó un momento donde pensó en recurrir alguna ayuda. Aquel chico la empujó con fuerza hacia un callejón y la obligó a callar.

Sunhee había pasado por uno de los mayores miedos de su vida.

─Cálmate y cállate. ─dijo en un tono demandante.

La castaña se quedó paralizada viendo con temor al chico, presentía lo peor. Intentó calmarse e ignorar todos esos pensamiento negativos que comenzaban aparecer en su cabeza.

Al cabo de unos segundos, el chico le dijo que ya podía hablar. Que todo estaba bien.

─¡Imbécil! ─gritó la chica desesperada de la rabia. ─¿Te das cuenta de lo que has hecho?

─Si. ─respondió el chico con bastante simplicidad y molestia a la vez. ─Te he salvado la vida. ¿Qué? ¿No te das cuenta que unos hombres te seguían con el objetivo de hacerte daño? ─se podía ver como la mandíbula del chico parecía temblar, de la rabia, seguro.

Sunhee se quedó en silencio unos segundos procesando aquello.

─Mínimo, podrías haberme dicho, Yoongi. ─gruñó intentando calmar su rabia.

Ambos chicos se habían quedado en silencio, observándose fijamente, el ambiente no era el mejor, era incómodo.

─Perdón si te hice daño, no me era mi intención. ─dijo, para luego colocarse la capucha. ─Deberías caminar por otras calles, menos peligrosas. ─recalcó la palabra peligrosa.

Sunhee no quiso decir nada más. Tenía razón, el chico le había salvado de una atrocidad terrible. Sentía un ardor en sus brazos, Yoongi había apretado de ellos, en el mismo lugar donde tenía sus quemaduras,  que aún no habían cicatrizado completamente. Miró su celular, ya era tarde, debía irse a su casa lo antes posible. Dió un suspiro y decidió volver a su casa.

─Hey, ¿No crees que es muy peligroso? ─le preguntó el chico de cabello castaño claro.

─Puedo cuidarme sola. ─aseguró la chica, confiada.

Sunhee recibió una risa bastante arrogante por parte de Yoongi. No le agradó mucho. La joven ignoró al chico que caminaba atrás de ella, le parecía extraño que al solo conocerla en un día, le salvará y, además, la acompañara.

─No es necesario que me acompañes. ─dijo.

─¿Quien a dicho que te voy acompañar? ─se burló él.

Sunhee solo se limitó a maldecir entre dientes, intentando calmar su enojo. A lo lejos, pudo divisar una silueta conocida para ella, ¿Que haré ahora? Se lamentó ella, mientras se quedaba parada observando aquella persona.

─¡Sunhee! ─clamó una voz, conocida para ella.

La chica se giró viendo a Yoongi, la expresión del chico era algo confusa, ¿qué estaba pasando aquí? Se preguntaba él.

─¡Sunhee! ─nuevamente llamó al nombre de la chica. ─Otra vez nos vemos.

Sunhee se lamentaba hacia sus adentros, Jungkook le parecía algo irritable.

─Si. ─se giró hacia la dirección de él. ─Lastimosamente, si.

El chico de cabellos castaños claros, observaba confundido la escena.

─¿Qué haces a esta hora en la calle? ─Jeon miro por detrás de los hombros de Sunhee, viendo al chico de atrás. ─Hoseok debe estar muy preocupado.

─Jeon, ¿Por qué no te vas un poco a la-  ─en ese instante, recordó el trato que había hecho.

Debía llevarse bien con él. Le convenía mucho aquello. Suspiró con amargura y sonrió con cansancio.

─Jungkook. ─dijo ella, captando totalmente la atención del castaño. ─¿Me acompañas a mi casa?

El joven se quedó algo espantado por la actitud de la chica. Aceptó con algo de duda. Yoongi, que veía la situación con recelo, se acercó al oído de Sunhee hablarle.

─De nada. ─dijo sin más para irse por el sentido contrario.

La joven intentó no pensar mucho en lo ocurrido anteriormente. Se sentía algo  avergonzada por no haberle dicho gracias, pero ella era así, no decía gracias a cualquier persona, era dura, antipática, ¿Y qué?

(...)

Sunhee abrió con cautela la puerta del departamento, estaba todo oscuro, no había presencia de nadie adentro, le pareció bastante extraño. Tanteó la pared buscando encender la luz, hasta que lo conseguió. Dejó su bolso encima del sofá y giró hacia la entrada del departamento, Jeon aún estaba allí.

─¿Qué? ¿Quieres entrar y tomar un cafecito? ─le preguntó la joven en un tono de voz suave y sarcástico.

─No suena mal. ─sonrió. ─Creo que si, me gustaría, con tres de azúcar, gracias. ─dijo para después de esto entrar sin pedir permiso al departamento de Sunhee y Hoseok.

La joven comenzó a maldecir en voz baja, intentando controlar su rabia.

─Te estoy escuchando, Sunhee.

─Cállate. ─le reclamó ella. ─Solo por que hayas venido a dejarme lo haré. Más te vale no hacer ruido.

Jungkook veía a la chica con una sonrisa divertida en el rostro, le parecía gracioso verla enojada. Lo que no sabía, es que esto podría causar altas consecuencias.

Smile, please. ©Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora