Capítulo 9

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Se encontraban en una posición bastante incómoda. Jimin abrazaba por la espalda al castaño y este sentía como la tela de la camisa del pelinegro rozaba con la piel desnuda de su espalda, la fricción se sentía suave. La pierna izquierda de Jimin estaba completamente pegada a la pierna derecha de JungKook y los brazos del más bajo abrazaban los del más alto, sus manos moviéndose juntas para lograr quitar la mancha de café.

JungKook respiro hondo y tragó saliva. Podía sentir como sus manos sudaban, pero gracias al agua que caía de la llave y a la espuma del jabón, pasaba desapercibido. El castaño subió la vista y se encontró con la mirada de Park, ambos se observaban a través del reflejo del espejo.

—¿Entiendes cómo se hace?— preguntó suavemente el pelinegro, sin despegar la mirada de los ojos de JungKook.

—Sí... Sí lo en-entiendo— JungKook se quería morir, su voz había salido muy débil.

Tratando de parecer valiente y no demostrar lo mucho que le ponía nervioso la cercanía del pelinegro, giro su rostro para mirar directo a Jimin y agradecerle.

Pero ambos abrieron en grande los ojos, cuando sus rostros quedaron muy cerca. Demasiado cerca. JungKook noto cuando Jimin trago saliva y él imito su acción.

La puerta del baño se abrió sorpresivamente, provocando que ambos se separaran rápidamente.

—Chicos, ¿todo bien? —Hablo Hoseok —Es que se estaban tardando mucho, y la compañía de Yoongi... No es muy agradable. 

JungKook no sabía qué decir, estaba demasiado asustado. ¿Qué había pasado hace unos minutos? ¿Qué habría pasado si su amigo no hubiera llegado?

JungKook entró en pánico.

—Emm... Sí... Este... Estábamos intentando quitarle la mancha de café a la camisa— Jimin contesto demasiado nervioso —Pero no creo que se quite.

JungKook se obligó a deshacerse los nervios. Tenía que comportarse como si no hubiera pasado nada. Por qué no había pasado nada, ¿verdad?

—Exacto— continuó el castaño —Lo malo es que ahora no tengo que ponerme.

Jimin carraspeo la garganta —Yo tengo un cambio de ropa en mi casillero, si quieres te la puedo prestar y mañana me la entregas.

— ¿De verdad? — JungKook se obligó a mirarlo —Muchas gracias.

—De nada— ambos se observaron por unos segundos —Y también puedes tomar una ducha en los vestidores.

—Es una muy buena idea Jimin. Pero hay que darnos prisa, no tarda en iniciar el descanso— interrumpió el pelirrojo.

JungKook y Jimin rompieron el contacto visual.

Hoseok se quitó la chaqueta de mezclilla que traía y se la dio a su amigo, para que se cubriera en lo que se dirigían a los vestidores.

Ya estando en la sala, JungKook se metió a las regaderas y lavó su cuerpo perfectamente. No podía dejar de pensar en lo que había ocurrido en los baños, su corazón aún golpeaba fuertemente en su pecho y la vergüenza combinada con el desconcierto le debilitaba las piernas. Trató fuertemente de alejar esos pensamientos y miedos que lo invadía, pues a partir de ahora iba a ser muy común encontrarse y tratar con Jimin.

Pero, ¿qué no era eso lo que quería? ¿Acaso no deseaba con toda el alma ser perdonado por Park?... Y ahora que lo había conseguido, ¿quería huir? La respuesta era no. JungKook no volvería a alejarse del pelinegro.

Decidido salió de las regaderas y a la primera persona que se encontró fue al dueño de sus pensamientos. Jimin le sonrió en cuanto lo vio y le tendió una muda de ropa, que consistía en un pantalón negro y una camisa de cuadros de manga larga.

MI DULCE KARMA #1 - (JIKOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora