Capítulo 30

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El olor a fresas golpeo las fosas nasales de JungKook y un suave cosquilleo en su brazo, lo obligaron a abrir sus ojos. Cuando estos terminaron por abrirse, se encontró con un hermoso rostro que lo observaba con una gran sonrisa. 

—Hola bebé— dijo el pelinegro, su cabeza estaba recargada en su mano derecha, sostenida por su codo — ¿Cómo estás?— su mano zurda sostenía una fresa, la cual deslizaba delicadamente por la piel del brazo del castaño.

JungKook sonrió embobado, recordando todo lo que habían hecho horas atrás. Trató de sentarse, pero un fuerte dolor en su parte baja se lo impidió.

—Mierda— ahogó un quejido.

Jimin de inmediato dejó de sonreír, soltó la fresa, se sentó en su cama y se acercó más al castaño — ¿Estás bien?— Preguntó preocupado — ¿Duele?

JungKook se sonrojó y miró para otro lado —No... Preguntes eso Jiminnie... Es muy vergonzoso.

—Bebé, no sientas pena, estamos en confianza— sonrió enternecido y con sus dejos comenzó a acariciar el rostro contrario —Sabes que puedes confiar en mí.

Una sonrisa avergonzada se pintó en los labios del castaño y tímidamente dirigió su mirada al pelinegro —Sí... Me duele— relamió sus labios secos —Pero en un rato se me pasa, no te preocupes.

Jimin negó rápidamente —Tonterías, sabía que algo así iba a pasar— se acercó al castaño dándole un suave beso en sus labios, luego salió de las cobijas y se levantó de su cama dirigiéndose a su mochila —Por eso compre una pomada y unos analgésicos, para el dolor — comenzó a buscar los productos.

Las mejillas de JungKook se sonrojaron, no por lo que el pelinegro había comprado, sino por la vista que tenía. Jimin estaba completamente desnudo y sin ninguna vergüenza estaba de espaldas y un poco encorvado, mostrándole a JungKook su perfecto y bien formado trasero.

—No me mires las pompas— dijo Jimin en un tono burlón.

JungKook abrió sus ojos y su boca sorprendido, sintiendo como el calor subía por todo su rostro.

— ¡Dios!— Chillo avergonzado, mientras cubría su rostro con sus manos — ¿Cómo lo supiste?

Jimin liberó una risita, se dio la vuelta con los productos en sus manos y se dirigió al castaño, que aún cubría su rostro.

—No lo sabía— se encogió de hombros —Solamente se me ocurrió decírtelo— liberó una risita — Y al parecer sí lo estabas haciendo... ¡Pervertido!

El castaño retiró las manos de su rostro y miró sorprendido al más bajo.

—Eres... Eres el peor Jimin— todo el rostro de JungKook estaba rojo.

Jimin liberó una carcajada —Perdón bebé— dejó las cosas en la cama y con sus manos retiró la cobija que cubría el cuerpo de JungKook —Ahora vamos a atender tu problema.

El castaño quería agarrar la cobija, le daba pena que el pelinegro lo viera desnudo. Sí, era una tontería, dado que ya se habían visto, pero se sentía un poco cohibido. Pero se obligó a no hacer nada, ya que Jimin había mencionado que estaban en confianza y así como el pelinegro se había mostrado desnudo, él haría lo mismo.

El pelinegro terminó por destaparlo por completo y de inmediato la atención de Jimin se posó en su cuerpo, destellando deseo en su mirada. JungKook sentía que su piel se erizaba.

—Date la vuelta Kookie— JungKook no pregunto, solo tomo valor y obedeció a su pareja —Relájate bebé.

El castaño asintió nervioso, pero Jimin no lo vio, ya que su mirada estaba posada en el trasero del más alto. JungKook escucho como el bote de la pomada era abierto y luego sintió como Jimin se posicionaba detrás de él, la cama hundiéndose a sus costados.

MI DULCE KARMA #1 - (JIKOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora