Cuando llegué a casa de Gartia ella me esperaba junto al fuego, bebiendo una taza de café. No se molestó por la tardanza y nos subimos de inmediato a la camioneta. Me llevó de vuelta a la mansión blanca, haciendo algunas preguntas acerca del puerto, de la fiesta, los fuegos artificiales y el "extraño incidente de la estación". No pude evitar esconder una sonrisa cuando me hablaba acerca del suceso desde su punto de vista, haciendo hincapié en lo mala influencia que eran los chicos del lugar y diciendo que yo debía evitar juntarme con esa clase de gente. Me limité a asentir y no mencioné ninguno de los nombres de las personas con quienes había estado, por temor a que hubiese más coincidencias. Me gustaba el hecho de mantener aquella noche como algo propio, una pequeña aventura.
Cuando llegamos me recordó que estaba invitada a ir a su hogar otro día a cenar. Esta vez le respondí con emoción, pensando que ese mismo día aprovecharía de ver a Jeremy otra vez y de que me mostrara otros lugares de Connery Fields. Le di las gracias, le devolví el chaleco y partí mi camino hacia adentro de la gran casa.
La puerta de entrada no tenía llave, por lo que me bastó con girar la manilla para abrirla por completo. Una ráfaga de aire frío salió despedida desde la entrada y cuando puse ambos pies en el suelo de madera la puerta partió a cerrarse a mis espaldas, envolviéndome en la oscuridad.
Tuve que pestañear varias veces para que mi vista se acostumbrara otra vez a ese sombrío lugar. Cuando logré vislumbrar el pasillo y los primeros escalones para llegar al segundo piso empecé a caminar lentamente. Fue cuando iba en la mitad del recorrido que me di cuenta que la habitación correspondiente a la oficina de mi tía tenía la luz encendida. Me detuve por un instante y me acerqué a la puerta, despacio.
- Helena. – Logré descifrar sus palabras, mientras sentía leves repiqueteos en el suelo, los que debían corresponder a sus suaves pisadas – Es increíble, increíble. ¿Qué te parece? Eso sí es algo que me sorprende, ni siquiera estoy segura de cómo manejarlo.
Pensé que hablaba sola, hasta que escuché una voz masculina responder.
- ¿Cómo manejarlo? – Preguntó despacio. No logré distinguir si la conocía o no.
- Así es, así es. Se parece tanto a él, sabes... - Se alejó todavía más de la puerta. Supuse que estaba junto a la ventana.
- ¿A Raymond? – Los pelos se me pusieron de punta.
Se quedaron en silencio un momento, en el cual contuve la respiración con fuerza para no ser descubierta. Logré escuchar como alguien golpeaba la mesa y luego reía. Era ella, conocía su manera de lanzar carcajadas agudas.
- No sé por qué hablo contigo, Thatcher. Algún día ni siquiera recordarás que tuvimos esta conversa...
Me quedé helada cuando se detuvo en seco. Despegué mi oreja de la puerta, con el labio inferior temblando. Cuando estuve segura de que no había hecho ningún ruido seguí mi camino. Sin embargo, adentrándome todavía más para alcanzar las escaleras del pasillo, pude escuchar que reía.
Al llegar a mi habitación en el segundo piso, me puse rápidamente mi camisón y me acomodé bajo las sábanas. El aire estaba gélido, pero ya era muy tarde para encender la chimenea y causar más ruido.
Aquella noche, mis esfuerzos por quedarme dormida fueron infructíferos. Mi cabeza daba vueltas, canalizando toda lo que había ocurrido durante ese día. Al cerrar mis ojos aparecía una imagen antigua de mis padres, más jóvenes, tomados de la mano y caminando por una larga playa de arena blanca. La seguía la de Jeremy Bells, con su cabello color cobre siendo alborotado por la brisa salada de Connery Fields. Y finalmente, me acechaban los ojos verdes de Marya, pronunciando mi nombre una y otra vez en la oscuridad.
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Más allá de mis palabras [COMPLETA]
Misterio / Suspenso"En una noche de verano, de la que nadie habla en Connery Fields, un joven descubrió toda la verdad, el más cercano lo intentó traicionar y alguien lloró desesperanzado al verlo partir." Dieciocho años más tarde, luego de la muerte de sus padres, H...