14- Jeremy

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El sol pegó tan fuerte en la ventana de Jeremy aquella mañana que se despertó con la frente sudorosa y gracias al calor de su alcoba en el segundo piso. Cuando abrió la cortina se dio cuenta de que ese era el día perfecto para zarpar por primera vez. Se duchó rápido, tomó ropa ligera y puso una chaqueta dentro de un bolso junto con otro par de zapatos. Bajó las escaleras para ir directo a la cocina, donde metió dentro de una bolsa unas cuantas provisiones por si su ida se alargaba más de lo normal. Esa era otra cosa que le había enseñado su padre: siempre hay que estar preparado. Mientras bebía un vaso de agua cayó en la cuenta de que quizás ella no aparecería para verlo. Cerró el puño con fuerza.

Wiston y Nathan golpearon a su puerta temprano para invitarlo a jugar beisbol y el chico cambió sus planes rápidamente al mostrarles aquello que lo había mantenido tan ocupado. Los amigos, que se mostraron en un principio preocupados por la ausencia del muchacho de cabello cobrizo en sus diversas actividades, quedaron boquiabiertos. La verdad, jamás habían visto el Estrella Azul antes, solo lo conocían por historias que se escuchaban en el puerto, las que lo describían como el "viejo bote de la familia Bells". Esto, sin duda, se alejaba mucho de aquella vaga descripción. Esta embarcación estaba como nueva, añorando tocar el mar y sentir la sal por sus costados pintados de azul y blanco. Expectantes, decidieron ayudarlo a bajarla al puerto.

Rosette los estuvo observando por su ventana, vestida con su atuendo de oficina, mientras abrían la puerta del garaje. Al ver a su hermano alzar los brazos en señal de victoria, una vez que el Estrella Azul estuvo completamente afuera, tirado por el auto de Nathan, se sujetó el pecho y aguantó la respiración. Cuanto le hubiera gustado que sus padres estuvieran ahí para velo. Bajó las escaleras con rapidez, tomó su cartera que colgaba en el perchero de la entrada y al salir puso su mano sobre la frente para evitar que el sol le quitara aquella visión perfecta. Se acercó a Jeremy con una sonrisa y le revoloteó el cabello.

- Es increíble lo que has hecho – Mencionó. Tras pronunciar esas palabras se mordió la lengua para evitar dejar salir una lágrima.

- ¿Estas llorando, hermanita? – El chico bromeó, ajustándose las mangas de la camisa hacia arriba, para tener un mayor rango de movimiento. – Ven aquí.

Le dio un abrazo, algo que nunca hacía y que tomó a Rosette por sorpresa.

- Quiero que me cuentes todo cuando vuelvas – Le dijo al soltarlo, limpiándose algunas lágrimas que habían caído desordenadas por sus mejillas. – Ten mucho cuidado. – Sintió que sollozaría con fuerza, pero se contuvo.

- Será un éxito – Su sonrisa de oreja a oreja la tranquilizó y le dio un nuevo vuelco en el corazón. Cuando comenzó a caminar hacia atrás, todavía sin poder despegar la vista del Estrella Azul, se percató que Roey también miraba la escena desde la vereda contigua. Se ajustó la gorra que llevaba y Rosette asintió con una sonrisa.

Sin palabras, supieron exactamente lo que cada uno quería decir. 

Más allá de mis palabras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora