En la mitad de la noche, me desperté por el sonido de la lluvia golpeando mi ventana, la que e ra seguida de constantes truenos. Me levanté de un salto, aturdida por el ensordecedor sonido, seguido de un potente destello.
Fui hacia la ventana, para asegurarme de que efectivamente estuviera bien cerrada, para evitar la entrada del agua durante la madrugada. Sin embargo, cuando estuve detrás de la cortina me percaté de que no estaba lloviendo. Todo lucía calmado, las copas de los árboles se movían a un ritmo constante y la luna iluminaba el mar a lo lejos.
Miré extrañada a mi alrededor y luego puse mis manos sobre mi frente. No, no parecía que tuviera fiebre o estuviera delirando, tenía experiencia en ese tipo de síntomas a estas alturas. Todo tenía que haber sido parte de una horrible pesadilla, como aquellas que siguieron por semanas luego de su muerte.
Me senté sobre la cama y pude ver que había dejado a mi lado el libro. Volvió a mi la sensación de una gran tormenta, incluso podría decir que escuché el trueno.
La curiosidad me invadió y pronto lo tuve entre mis dedos. Después de todo, ya estaba despierta.
...
A la mañana siguiente Jeremy se despertó sobresaltado al oír voces en la escalera. Estaba sudoroso, por lo que se lavó el rostro en el baño más cercano y corrió a recibir a sus padres. El Estrella Azul, pensó, el Estrella Azul ya casi está arreglado.
La puerta se encontraba abierta y varias personas estaban detenidas, agolpadas junto a las paredes. Pudo ver a su hermana sentada en la silla sobre la que había dormido la noche anterior. Respiraba profundamente y tenía la mano sobre su pecho, mientras un hombre le hablaba. Reconoció su rostro solo cuando se dio la vuelta para observarlo. Roey. Era muy temprano para visitas.
Los ojos del pequeño comenzaron a entregar una visión borrosa. Varias personas musitaron su nombre y una mujer intentó acercarse. Llevaba un pañuelo negro que le cubría el cabello y otro blanco para secar las que, supo Jeremy enseguida, eran sus lágrimas.
- ¿Rosette?- Jeremy preguntó en voz baja. La chica no se percató de su presencia, continuó con la mirada baja y en la misma posición. El chico bajó las escaleras, esperando una respuesta.
¿Acaso se había vuelto invisible? Todos lo observaban, sin embargo nadie se atrevía a hablarle. Estaban ensimismados, mirando puntos indefinidos, perdidos en la distancia, pero a la vez tan cerca.
Roey apareció a su lado y lo tomó del hombro. Se abrió paso entre la gente y lo llevó al lugar donde se encontraba el bote. Jeremy quería decirle que prácticamente estaba como nuevo, pero los ojos del anciano decían otra cosa. Estos pedían silencio y el chico era muy respetuoso como para interrumpirlo.
- Pequeño Tom – El rostro de Roey se encontraba demasiado cerca y le revoloteó el cabello con ternura. Se había agachado, estaba sobre una de sus rodillas. Jeremy sintió el olor a pescado y sal marina.
Hubo un silencio, en que el anciano no hizo más que examinarlo con la mirada. Fue ahí cuando el chico decidió empezar la conversación acerca de su misión de la noche.
- Reparé lo que más pude el Estrella Azul- Dijo en un susurro, pero con una tierna sonrisa entre los dientes.
George lo miró con el ceño fruncido. Jeremy pudo ver que en sus ojos se agolpaba el agua.
- ¿Lo hiciste?
- Sí. Seguí las instrucciones que papá me dejó, pero se volvió complicado al final. Era tarde.- Le dio un golpecito al bote que se encontraba a su lado, dejando caer granitos de sal al suelo.- Por eso debe él a ayudarme ahora.
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Más allá de mis palabras [COMPLETA]
Misteri / Thriller"En una noche de verano, de la que nadie habla en Connery Fields, un joven descubrió toda la verdad, el más cercano lo intentó traicionar y alguien lloró desesperanzado al verlo partir." Dieciocho años más tarde, luego de la muerte de sus padres, H...