16- Jeremy

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Unas cuantas nubes empezaban a revolotear por el cielo, anunciando una leve llovizna tropical. Jeremy estaba arriba del bote, que se balanceaba por las olas del mar con suavidad, todavía aferrado por las cuerdas al muelle. Nathan y Wiston lo observaban de brazos cruzados, mientras Maddie, que se había unido a ellos una vez realizado el trabajo pesado, estaba sentada en una esquina, cubriéndose del sol con una toalla por la espalda.

- ¿Seguro que no quieres compañía? – Espetó Nathan, ladeando el rostro.

Jeremy suspiró.

- No, prefiero hacerlo solo esta vez – Sonrió con nerviosismo. – Además no tendrían tiempo para burlarse de mis habilidades.

Los jóvenes rieron.

Saltó del bote y se paró sobre el muelle, a su lado quedaron sus dos amigos. Observó la línea del horizonte y la manera en que el sol hacía brillar el agua con fuerza. Todavía la sombra de las nubes no alcanzaba a llegar ni siquiera a las orillas de la playa.

- ¿A dónde irás primero? – Preguntó Wiston, rompiendo el silencio entre ellos.

- Solo daré una vuelta – Miró el cielo en busca de más señales de la lluvia repentina – para probar. Mañana analizaré los mapas que dejó mi padre y comenzaré un viaje más largo.

- ¿Vendrás a beber un poco de cerveza con nosotros esta noche? – Continuó el chico de baja estatura. – Hay partido nocturno de Las Gaviotas.

Jeremy puso los ojos en blanco y rió, golpeándole con suavidad el hombro.

- Quizás venga por unas cervezas.

Wiston le estrechó la mano, movimiento que fue imitado por Wiston y Maddie.

- Pensar que nosotros estábamos tan preocupados por ti, cuando lo único que estabas haciendo era cumplir tu sueño. - Mostraba sus dientes blancos detrás de sus labios pálidos y gruesos. - Me hubiera gustado que compartieras esto con nosotros. Quizás podríamos haberte ayudado, yo podría haber... 

- Maddie. - La detuvo en seco Jeremy, alzando las cejas - Era algo que tenía que resolver solo.

La chica alzó los hombros y le dio un abrazo, apretándolo por la espalda con fuerza. 

– Creo que se lo debes a ella – Le susurró con la cabeza todavía apoyada en su cuerpo. El chico frunció el ceño.

Cuando la soltó, Maddie miró hacia atrás inmediatamente. Jeremy replicó movimiento, con curiosidad, percatándose de que ahí estaba. Caminaba temblorosa, con la vista fija en él.  Al darse cuenta de que la observaba, puso parte de su cabello castaño largo detrás de su oreja y desvió sus ojos hacia el oleaje. 

La joven rubia le hizo una señal a los demás para que se alejaran por el muelle. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella, solo asintió con la cabeza y le dedicó una sonrisa. 

Jeremy había esperado verla durante toda la semana, impaciente por mostrarle el avance con el bote familiar y bromear acerca del viaje tormentoso que harían por primera vez en el mar. Sin embargo, ahora que la chica de piel de porcelana estaba frente a él, observando cada rasgo de su rostro, sentía que sus labios no lograrían pronunciar nada coherente. 

Pronto, sintió que su mirada desalojaba su piel y se enfrentaba directamente al bote, el que se balanceaba frente a sus narices al ritmo del viento. Sintió que pudo respirar de nuevo y cuando iba a iniciar la conversación, ella se adelantó.

- El Estrella Azul – Musitó con una voz suave. La brisa salada se llevó rápidamente sus palabras. – Tú...lo arreglaste.

- Yo eh sí. – Subió las mangas de su camisa – Fue un largo trabajo, de encontrar piezas nuevas e incluso sentarme a pintar, algo que nunca había hecho. Ahora está listo, al fin. 

Más allá de mis palabras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora