La suave llovizna se había vuelto torrencial. Luego de pasar por el hospital de Connery Fields, aunque Clyde se ofreció a llevarme, preferí irme por mi cuenta. Sentía que todavía tenía asuntos que resolver sola en la mansión blanca.Con el cabello todavía mojado y mis zapatillas embarradas, me dirigí hacia la casa de las criadas para dejar la bicicleta en el lugar de donde la había sacado. Imaginé que Felicia no estaría, ya que los días de lluvia se dedicaba a encender el fuego en el comedor y en las habitaciones centrales, como Marya siempre le ordenaba.
Subí las escaleras blancas del porche dejando marcas de barro por donde pisaba. Me detuve frente a la puerta, aquella que había visto por primera vez tiempo atrás y tras la cual no tenía idea lo que me iba a encontrar: la oscuridad, un ambiente tétrico y solo, todo a manos de a una mujer de la que yo nada sabía. Tomé la manilla entre mis dedos y la giré.
Una vez dentro, con la puerta cerrada a mis espaldas, sentí que la penumbra ya no daba tanto miedo como antes. Ahora era capaz de ver el papel tapiz color púrpura y los retratos en las paredes ya no lucían tan tétricos. Me empecé a mover sigilosamente, sin necesidad de apoyarme en las paredes como las primeras semanas en Connery Fields.
Iba acercándome a su oficina, cuando me percaté que la última sala, aquella que sabía había estado cerrada con un gran candado durante mi permanencia en la gran mansión blanca, tenía la puerta absolutamente abierta. Un fuerte destello salía despedido desde la estancia, el que no pudo evitar atraerme.
Caminé hacia allá, sintiendo que la luz empezaba a iluminar mi rostro con más fuerza a medida que avanzaba. Cuando estuve lo suficientemente cerca, me percaté de que el candado estaba en el suelo, abierto.
La vista desde ahí era alucinante. Frente a mí encontré una pieza cubierta de estanterías llenas de libros, algunos de ellos en lugares tan altos que me era imposible llegar aunque fuese apoyada en la punta de mis pies. Otros estaban en muebles de gran tamaño, los que se ordenaban de modo tal de crear pequeños pasillos por la habitación.
Fui caminando por el corredor central que se había formado por la manera en que esos muebles estaban alineados, pudiendo ver desde ahí una gran fogata, sobre la cual posaba un reloj antiguo que emitía un grave repiqueteo con el pasar de los segundos.
Cuando alcancé la última estantería, aquella tras la cual solo quedaba un espacio abierto y podía ver con claridad las manecillas del reloj, me detuve en seco y aguanté la respiración.
- Vaya, Helena – Su voz chillona y rasposa se escuchó desde la derecha. Yo no podía verla. – Eres mucho más inteligente de lo que yo había imaginado.
Di un paso hacia adelante y pude ver que estaba recostada en un sillón color verde musgo con unas cuantas raspaduras que dejaban salir el algodón y esponja de su interior. Su cabello estaba recogido hacia arriba, sus ojos delineados con un fuerte púrpura y el resto de su rostro empolvado en blanco. Me dedicó una sonrisa sarcástica al verme. Una de sus manos estaba apoyada en su estómago y la otra... la otra tenía un libro de portada negra entre sus largas uñas.
Se me apretó la garganta.
- Aunque creo que gran parte de esto se lo debes a Felicia. – Resopló y puso los ojos en blanco – Buena muchacha, pero debí haber intuido que, probablemente, fuera mucho más curiosa que Mildred o los demás que han pasado por aquí. Tiene un espíritu joven, esos siempre son los peores. Creen que pueden salvar el mundo con acciones de cuyas consecuencias no tienen idea.
Sentí el pecho hundido. No pude quitar la vista del libro.
- ¿Y esto? – Se sentó en el sillón, con una pierna cruzada sobre la otra. Pude ver que se aguantaba la risa al hablar – Esto si que no pasó por mi cabeza y si no querías que lo supiera debiste haber tenido más cuidado al irte en contra de mis prohibiciones y no dejarlo a la vista de cualquiera, querida. – Pasó sus dedos largos por las páginas. Cerré los puños con fuerza y tragué. El sonido grave del reloj inundaba la habitación y comenzó a marearme – Lo escribí hace tanto y ahora...
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Más allá de mis palabras [COMPLETA]
Misteri / Thriller"En una noche de verano, de la que nadie habla en Connery Fields, un joven descubrió toda la verdad, el más cercano lo intentó traicionar y alguien lloró desesperanzado al verlo partir." Dieciocho años más tarde, luego de la muerte de sus padres, H...