Prólogo

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Estoy bastante seguro de que la perdición de los humanos puede ser atribuida completamente a su curiosidad; al menos es la filosofía de vida que yo, Kim SeokJin, he desarrollado en mis 23 años de existencia

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Estoy bastante seguro de que la perdición de los humanos puede ser atribuida completamente a su curiosidad; al menos es la filosofía de vida que yo, Kim SeokJin, he desarrollado en mis 23 años de existencia

—Oh... —Filosofía que no se desmerita en absoluto aún si la meditaba mientras trapeaba el piso.  

—¿Jin? Oye, tráeme un café.

—Trae una cerveza para mí, ya que estas en eso. 

—Sí, señores. —Asentí servicial a los dos hombres cuarentones –creo yo– con trajes oscuros, mirada dura y un pequeño bulto debajo de sus sacos, que quiero creer no contienen armas de fuego. 

No me malentiendan, puedo trabajar en una oficina bastante "sospechosa", pero puedo asegurarles que no pertenezco a la mafia. 

—Aquí esta señores, la cerveza va bien con el calamar seco. —Deje la bandeja en la mesa y los hombres alzaron las cejas un poco sorprendidos.  

—Woah, chico leíste mi mente.

—El café helado tampoco esta mal. 

Escuchamos el click de la puerta y de inmediato los halagos se detuvieron. 

—¡Buenos días Jefe! —Casi gritaron al tiempo mientras se levantaban de golpe para saludar, rector y serios.  

¡Ahí estaban! ¡¡Los bastardos que arruinaron mi vida!! ¡KIM NAMJOON Y PARK JIMIN!

—Hombre hace calor, creo que realmente el verano esta aquí... —dijo Jimin mientras que Kim posaba su mirada en Hoseok, causándole pánico. 

—¡Idiota! ¿Qué haces bebiendo cerveza incluso antes del desayuno? —le regañó con voz fuerte, adentrándose en la oficina.

—¡Lo siento señor! —Hoseok se apresuró a inclinarse para disculparse, al igual que el resto de subordinados, a medida que Kim pasaba por enfrente de ellos. 

—¡Oye, tráeme un poco de ese licor que bebí anoche! —me ordenó el susodicho. 

—Café helado para mi. —Y le siguió un pícaro Jimin.

Sólo bastaban unas pocas palabras de ese par para sentir que podía explotar, pero no me quedaba de otra más que tomar bandeja en mano y servirles. 

Para contar mi historia tendré que retroceder un par de meses. 

«¡Oye! ¡¿No te advertí que impidieras que tus ojos buscaran perdedores?! ¡Perro infiel!»

Si... hasta hace un par de meses, Park Jimin y yo éramos pareja.

«¿Qué sentido tiene que salgamos si haces esa mierda? Olvídalo. ¡Me largo!»

Pero desgraciadamente, por naturaleza, soy una persona cariñosa, si cabe; así que le doy mi cariño a todo el que se cruza. Mis problemas comenzaron cuando provoque la mayoría de nuestras peleas, sobre todo porque pelear era nuestro modo de actuar.

Totally Captivated ~NamJin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora