Especial: Cómo vivir con una bestia, parte II

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[Viernes]

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[Viernes]

«¡Dios, esto no termina nunca!»

Estaba hasta el tope de trabajo y por más que hiciera, hoy, preciso hoy, parecía que no avanzaba para nada. Justo cuando estaba pegado a mi escritorio, con mis dedos atrapados frustrantemente en mi cabello, y pensando que lo más probable era que él llamara, el maldito celular tenía que sonar. Por supuesto, lo sabía.

— ¿Hola?

—¡¡ZORRO JIN, BASTARDO!!

— ¿Si, Jefe?

— ¡¿POR QUÉ NO HAS REGRESADO AÚN?!

—Cuando terminé con esto, habré acabado todo. Lo tendré listo en una hora.

—Voy a ir a buscarte.

— ¡¿QUÉ?!

También sabía que eso iba a ser muy malo.

Y no me equivoqué. Llegó en tiempo récord al edifico donde trabajaba y apenas estacionó, se enfrascó en una batalla sin fin con la maldita bocina del auto, o tal vez la hizo su aliada, y por eso parecía sonar más duro de lo que alguna vez la hubiese escuchado.

Boooooonk Boooooonk Boooooonk Boooooonk

Y más Boooooonk

— ¿Quién es ese? Qué molesto, ¿por qué no deja de tocar la bocina?

—Llama a la policía.

—Qué falta de modales...

«¡¡Arg... ME RINDO!!»

No pude más cuando todos y cada uno de mis compañeros de trabajo empezaron a salir de sus cubículos preguntando por el escándalo. —¡¡Ya me marcho!!

— ¿Eh? ¿Kim?

—¡¡Terminaré mi trabajo el lunes!!

≈≈≈≈≈≈≈

¡Bang!

No pasaron 5 segundos de haber entrado en el auto, y Namjoon ya me tenía debajo de él, con la camisa desperdigada y la boca llena de su lengua. Tampoco habíamos alcanzado a quedarnos sin aire cuando su cabeza golpeó contra el techo del Mercedes.

— ¡Jefe! ¿Estas... estas bien?

Le bastó con peinar superficialmente el área y soltar un pequeño gruñido para volver después a mi boca. Lamió mis labios, y aún en el afán del momento, se tomó el tiempo para demandar exigentemente que los abriera y dejara entrar su lengua de nuevo. Su mano alzando mi mandíbula firmemente me dejó a su merced, era profundo, apasionado y hasta primitivo.

—Ah... no podemos hacerlo en el auto... —No había espacio permitido entre ambos, ni tampoco tregua que valiera, la humedad en mi odio y el empuje en mi cadera eran prueba de ello. — ¡Alguien podría vernos fácilmente...!

Totally Captivated ~NamJin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora