Totally Captivated ~NamJin~

Capítulo 7: Oficina sin Jin

En la oficina de la Unión de Créditos Saehan ubicada en lo más alto del edificio, donde trabaja Kim Namjoon, se halla un tesoro muy codiciado por todos. ¡¡Y no es otra cosa que una vasija!! Dada a Namjoon por el Presidente de la compañía, cualquier tonto puede notar que el artículo de fina alfarería es de un valor incalculable con solo echarle un vistazo. Y así, todos los miembros de la oficina se acercan a ella con gran cuidado y reverencia. Hoy sin embargo...

—Jaja ¡están exagerando! —Se acercó a ella un risueño Jin, con su mano en su cintura y su codo sobresaliendo, encontrándose directo con la valiosa pieza.

... ¡Fue hecha añicos!

—Um... uh... hmm... —Los chicos de la oficina miraban atónitos el montón de cerámica rota en el piso.

—Pegamento extrafuerte... —murmuró Jin — ¡PUEDO PEGARLA! ¡Puede que no lo parezca pero era conocido como el rey del rompecabezas cuando era pequeño! ¡¿SABEN?!

— ¡CÁLMATE! —Hoseok agarro al chico aterrado por la espalda. — ¡Olvídate de armarla! Incluso si sabes magia ¡No hay ninguna forma de que puedas pegar esa cosa de nuevo!

—Jin... —Una pequeña y suave mano se posó en su hombro. —Cuando me engañaste, sinceramente, quería colgarte de cabeza, pero... nunca deseé tu muerte. —Los ojos de Jin se abrieron en completo desconcierto ante las palabras de Jimin. —Así que... corre como el demonio.

El pobre sintió que se llenaba de lágrimas ante la fija y seria mirada de Jimin.

—Ni siquiera vayas a casa, quédate en la casa de un amigo por ahora. Te llamaré en cuanto el Jefe se calme, ¿vale? —Hoseok le miraba con pesar... mucho pesar.

«¿Por qué...? ¡¿Por qué siempre tienen que pasarme cosas así?!»

Y Kim SeokJin huyó, huyó de lo que parecía ser una muerte segura.

≈≈≈≈≈≈≈

— ¡¿Um?! Algo en... la oficina se siente un poco vacío. —Comento Namjoon apenas al entrar, haciendo cundir el pánico entre los presentes. —Ajá, el chico no está aquí ¿Dónde está?

— ¿Señor? Oh, ¿quiere decir, Jin? —Respondió Hoseok rascándose la nuca. —Bien... tenía una emergencia, así que tomo un par de días libres.

— ¡Qué mierda! ¿Quién le dijo que podía tomarse días libres y volver cuando quisiera?

—Oh, se fue a su pueblo natal, para visitar a su gente. —Intervino Jimin, tratando de parecer lo más natural posible... tratando.

— ¡Espera! Ese punk no se habrá largado con mi dinero ¿no? —Se alarmó Namjoon de repente. — ¡Hoseok! ¡Trae mi libro contable ahora mismo!

—Aquí tiene, Jefe. —Hoseok le tendió el libro justo enfrente de su cara con una reverencia. A pesar de su estupidez SeokJin en realidad cuidó de la empresa.

Namjoon resopló guardando el libro en su chaqueta, dándose cuenta que no tenía cigarrillos en la misma, y cuando abrió la gaveta del escritorio donde normalmente se encontraban las cajetillas la encontró vacía.

— ¿Qué demonios? ¿Por qué diablos no hay ningún cigarrillo?

—Oh... Jin los compra siempre...

—Jackson, ve a traer unos.

— ¿Y-Yo? ¿Señor?

— ¿Qué? —rechino los dientes y lo fulmino con la mirada. — ¿Acaso esperas que yo mismo los traiga, infeliz?

—¡¡No señor!! —Respondió -gritó- mientras echaba a correr a toda velocidad.

Una hora después.

—Jefe ¡¡Estoy de regreso!! —A pesar de la gruesa capa de sudor que cubría su rostro y cuello y manchaba el impecable blanco de su camisa, Jackson llego con una enorme sonrisa...

... que se borró de inmediato para dejar que su boca se coloreara del rojo sangre que salía de su nariz por el impacto del cenicero lanzado a él con toda la furia de Namjoon.

—¡¡SÓLO ERA UN PAQUETE DE CIGARROS!! ¡¡¿QUÉ DIABLOS TE TOMÓ TANTO TIEMPO?!!

—Es que... —sollozaba el pobre con la mano en su nariz. —Es difícil encontrar... de la marca de usted fuma alrededor de esta área.

—Entonces ¿por qué no compraste una caja? Solamente trajiste un paquete, imbécil... —Y aunque parecía que la bestia se había calmado... —¡¡¿AHORA DONDE ESTÁ MI MALDITO ENCENDEDOR?!!

≈≈≈≈≈≈≈

Efectivamente, la ausencia de SeokJin produjo grandes males sobre la oficina cuando estos hombres rudos dejaron de tener un "ama de llaves".

— ¡¿QUÉ HAY CON ESTE CAFÉ?! ¡¡SABE A ORINA!! —El nivel de estrés de Namjoon iba subiendo peligrosamente...

—Quiero una cerveza... ¿tenemos calamares deshidratados?

— ¿Dónde está el hielo?

—Algo huele raro en el equipo del aire acondicionado.

—¡¡Puaj!! ¡El inodoro está atascado! ¡¿Quién diablos tiró un montón de pañuelos al inodoro?!

—Ey~~ No había visto un gusano desde que era pequeño, cuando vivía en el campo. Ha pasado un tiempo, gusto en verte.

— ¡Bastardos! ¡¿Cómo pueden llamar a este chiquero una oficina?! —... muy peligrosamente. —¡¡LÍMPIENLA!!

—¡¡Si señor!!

— ¡¿Eh?! ¿Dónde está la escoba?

—¡¡Ukk!! El trapeador esta todo mohoso.

— ¿Cómo se recicla?

— ¿"Reciclar"?

Hasta que después de una semana finalmente explotó.

—¡¡¡TRAIGAN A ESE BASTARDO DE JIN AHORA!!!

≈≈≈≈≈≈≈

En la acera de una calle bastante concurrida, en un distrito conocido por sus tiendas de moda, SeokJin suspiraba con rostro cansado.

—Hombre, estoy hambriento ¿Cómo llegué a esta patética forma? Solo quiero ir a casa y dormir todo lo que quiera; me estoy cansando de ser fastidiado cada noche. —Su celular timbro y contesto de inmediato la llamada. — ¡Oh señor! ¿Cómo va todo? ¿Ya no hay moros en la costa?

—Um... bien... —Hoseok no sonaba muy convencido. — ¿Dónde estás ahora?

— ¿Yo? Estoy en Myungdong.

— ¿Myungdong? Vale. —Y colgó.

— ¿eh? —Jin estaba de sobra confundido.

Treinta minutos después volvió a llamar.

— ¿Dónde en Myungdong?

—Veamos... ¿conoces el banco detrás del hotel "Signal"? Estoy en el callejón detrás de el... ajá por ahí...

—Está bien... Lo siento, Jin.

— ¿Perdón? ¿Qué quieres decir? —Los ojos de Jin se abrieron a más no poder en absoluto terror cuando entre la multitud diviso un par de figuras conocidas, Hoseok sostenía el celular aun en su oreja con una expresión sumamente afligida; y delante de él caminaba Namjoon, debido al calor del verano vestía un chaleco de lino sin nada más que la placa de su cuello, pequeñas gotas de sudor bajaban por su pecho canela mientras buscaba entre la gente.

SeokJin sintió un escalofrió helado recorrerle la columna cuando sus miradas se encontraron.

—Ahí estas. —Había cruzado miradas con el mismísimo diablo.

«¡¡¡NOOOOOO....!!!»