Capítulo 52: Blanco

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—Bueno, supongo que la vida es una perra y luego mueres. Un par de estos trajes valen más que mi salario anual.

Llegamos a una enorme tienda en el centro de Gangnam, que destilaba lujo y excentricidad por cada maldita esquina. Grandes candelabros y arreglos de cristal hacían parte de la decoración, junto con muebles isabelinos de diseñador y estructuras en madera de ébano, los costosos cuadros en óleo y toda la ropa de precios absurdamente caros hacían parte de otro mundo.

Y ni hablar de los empleados; impecablemente uniformados en trajes y vestidos negros de alta costura, tacones altos, cabellos asquerosamente perfectos y, apariencias y etiqueta de la más fina que –estoy seguro– debían ser un requisito para el trabajo.

—Y bien, ¿qué piensa de los clientes que visitan su tienda en medio de la noche y le impiden irse a casa? —Me acerqué a una de las empleadas con actitud recelosa. — ¿No le molestan?

— ¿Disculpe?

—Oh, Dios... se ve tan bien en usted.

Tuve que detener mi charla cuando vi a Namjoon bajando de las escaleras, recién salido del vestier. Todas las empleadas del lugar se sonrojaron violentamente al verle, traía un traje gris con corbata color vino, y un abrigo negro que acentuaba sus hombros y se ceñía a su cintura con una correa de cuero.

«¡Maldito modelo de pasarela!»

— ¿Qué le parece Presidente Bang? Este traje es de nuestro nuevo catálogo otoño-invierno. —Le explicaba una de las empleadas al susodicho, sentado en un sillón de estampado con las piernas cruzadas, mientras veía a Namjoon con el traje. —Está hecho de la exquisita tela "vellus aureum", hilada con los corderos más jóvenes de entre las ovejas de más alta categoría.

—Sí, he escuchado hablar de ella. Entonces debe ser de Zegna. Ya tienes suficientes Zegnas, es mejor que sea un Kiton.

— ¿Le gustaría ese, Señor? —«¿Qué...? ¿Sega...? ¿Zaygah? ¿Say... qué? ¡¿Eh?!» Escuchar el maldito trabalenguas me estaba molestando. —Entonces, Director Kim, tendremos que empezar de cero y seleccionar la tela otra vez del segundo piso.

No, YA estaba molesto.

«Argh ¡Maldición! ¡Esto va a tardar toda la noche!»

Supuse que si yo estaba molesto por todo, entonces ese animal de Namjoon seguramente debía estar a punto de explotar. Pero al mirarlo, en realidad parecía bastante compuesto. Cruzamos miradas y temí que se venía un problema.

—NI SIQUIERA PIENSES EN SALIR DE AQUÍ A HURTADILLAS, ZORRO ASTUTO JIN. SÓLO SIENTA TU TRASERO Y ESPERA POR MÍ. —Gritó a todo pulmón como un idiota.

Algunos empleados cerca disimularon una risa, mientras que el Presidente guardó silencio. Por mi parte, me sentí avergonzado así que sólo me aparté de los protagonistas, yendo por ahí a observar la ropa en los estantes. Los números en las etiquetas de precios sólo subían y subían a medida que miraba.

«Así es como presumes, eh...»

Estaba diciendo, debes ser, por lo menos, así de bueno si quieres poseer a Kim Namjoon.

«...y fue criado... por su madre soltera.»

Apenas había... logrado olvidar todas esas cosas sobre mi niñez...

Pero ahora todo viene a mi mente... las gotas de agua, el eco de los golpes en la puerta, el suelo frío, las lágrimas...

No podía respirar, de repente me tocó sacudir mi camiseta, tratando de encontrar un poco de aire que inhalar. ¿Acaso había bebido demasiado? Mi estómago no se sentía muy bien, y sentía ganas de vomitar.

Totally Captivated ~NamJin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora