Kim SeokJin es un joven de 23 años que se esfuerza en todo lo que hace y vive como quiere sin importarle los verdaderos sentimientos de las personas que deja a su paso. Una de estas personas es Park Jimin, quien en un acto de venganza, provoca que S...
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— ¿La oficina... está completamente vacía?
En el alto e imponente edifico donde se hallaba la Oficina Central de la Unión de Créditos Saehan, en medio de todo su lujo y poderío, se estaba dando una situación de lo más insólita para el Presidente Bang Si Hyuk.
—Esto es un poco... embarazoso de admitir para mí, Señor. —El Director Bang Yong Guk permanecía de pie con los ojos cerrados y las manos dócilmente en la espalda. —Pero al parecer... no soy muy popular con los muchachos de Gangnam. Aparentemente, no estaban a gusto conmigo desde el inicio, y ahora todos ellos han desaparecido en el aire.
El Presidente se repuso de su sorpresa inicial y con calma se sentó en el borde de su escritorio, escuchando al recién nombrado Director de Gangnam.
—Hay unos tipos confiables que conozco ya desde hace un tiempo... ¿Qué opina si ellos trabajan aquí? Podríamos reemplazar a toda la tropa.
—Has estado trabajando duro, Bang Yong Guk. —Pronunció el Presidente con tono suave y alentador. —He escuchado que las ganancias de la oficina de Gangnam han crecido sustancialmente desde que la tomaste.
—Oh, no es para tanto. —Respondió soberbio el susodicho.
—También he escuchado acerca de algunos de tus métodos para aumentar los ingresos... pequeño bastardo mañoso. —La voz del Presidente se hizo de repente fría y ronca, y Bang supo que algo andaba mal para él, o mejor dicho, todo. — ¿Cómo te atreves a usar trucos tan sucios y demandar ser mi mano derecha y ayudarme a manejar mi negocio?
Bang levantó de inmediato la vista y se encontró con un Bang Si Hyuk furioso, siseando peligroso con un instinto asesino que remarcaba cada línea de expresión de su rostro.
—En tus retorcidos ojos, ¿me veo como un pobre diablo, codicioso por el poco dinero suelto que tú y tus matones podrían agarrar?
—¡...! —Bang retrocedió un poco, porque ni había planeado ni entendía lo que estaba pasando. —Señor Presidente, eso es...
— ¿Sabes cuál es la diferencia entre Kim Namjoon y un rufián como tú?
— ¿Eh?
—Para lo que han nacido.
El Presidente se puso de pie, con los hombros rectos en una postura imponente, pavorosa y, para el miserable hombre en frente él, terrorífica.
—Namjoon puede ser mucho más joven que tú, pero siempre ha sabido lo que significan los negocios. En otras palabras, entiende el tipo de imagen que estaba tratando de pintar con esta empresa. Has mostrado tus verdaderos colores mucho antes de lo que esperaba, Bang Yong Guk. Tú... me has defraudado grandemente.
—... —Bang permaneció con la boca y los ojos bien abiertos, estaba más que pasmado.
—Sin importar lo que cueste, ¡haz que la oficina de Gangnam vuelva a ser como era! No podemos dejar que el ratón juegue mientras el gato no está.
