Capítulo 72: Terminar

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—Sí, Jefe

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—Sí, Jefe. Jin hizo un retiro del banco, pero no ha estado utilizando la tarjeta. Ya no podemos rastrear sus movimientos.

Por más fina y sofisticada que fuera, la madera del escritorio de Namjoon comenzaba a ceder antes los frustrados puños que este dejaba caer, cada día que pasaba más y más.

—Sí, esa oficina está en nuestro vecindario.

La búsqueda lo estaba llevando a descubrir un nuevo nivel de ansiedad que nunca antes había experimentado.

—Parece que ha estado usando dinero en efectivo para mantenerse oculto.

Pero era la falta de resultados lo que lo enfurecía y exasperada más que todo.

—Me han dicho que él no ha ido a la escuela. Incluso antes de que desapareciera. Parece que sus amigos tampoco saben nada.

Cada día era una interminable caminata de lado a lado junto a la ventana de su oficina. Cigarrillo tras cigarrillo y siempre con celular en mano.

—No hay esperanzas. Incluso hemos rastreado cada trabajo de medio tiempo que ha tenido. Él no está en ningún lado.

La desesperación llevó a Namjoon a salir de la enjaulada oficina solamente para recorrer las calles de forma inútil. Por más que corriera, por más que sudara y jurara arrancarse los cabellos si no encontraba a SeokJin, el rubio nunca apareció ante su vista.

—Lo encontré, Jefe.

Así que él fue al rubio.

—El empleado de la taquilla de la estación recordó a Jin. Dijo que tomó el tren a Gunsan.

Y definitivamente lo traería de vuelta. Sin importar qué.

≈≈≈≈≈≈≈

— ¿Por qué estará ese joven sentado ahí mirando el mar todo el día?

— ¡Dímelo a mí! Creo que ha estado así por muchos días ya.

—Él parece todo un rompecorazones, con esa cara tan bonita.

— ¡Oh, Dios! ¿Qué estás diciendo, vieja? Jajaja

Namjoon ignoró a las dos ancianas que chismeaban tan animadamente mientras caminaban por la calle, y pasó de largo dirigiéndose al muelle que quedaba a unos cuantos pasos, donde se encontraba el chico del que hablaban las señoras. Un apuesto rubio sentado en el borde de la madera, apenas evitando que sus pies fuesen bañados por el agua. Se detuvo al inicio del muelle exhalando de su cigarrillo, en cuanto el hombre notaba su presencia.

Seokjin suspiró y le dio un último vistazo al horizonte, aunque no era el mar lo que drenaba toda su atención en esos días. Con suma pereza se apoyó en una de sus manos, se levantó lentamente, y al estar de pie, listo para irse, se congeló.

Totally Captivated ~NamJin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora