The Ice Demon: Cazador De Dioses.

Capítulo 39

Cuatro días han pasado desde que la batalla en el bosque granulado del país de Velthania había finalizado, los estragos que dejo la batalla fueron bastantes fuertes.

Entre estas catástrofes, la mas significativa fue el hecho de que todas las bestias mágicas o demoniacas en su acción de alejarse del peligro, arrasaron con varios poblados que rodeaban el gran bosque granulado.

Según los informes del ejército, no hubieron muertos gracias que lograron actuar antes de los disturbios gracias al mensaje que les fue entregado por parte del director de la real academia mágica, el cual dictaba:

“En el interior del bosque granulado, dos bestias de rango SS+ lucharon por toda una noche y los daños fueron severos, cuando revisaba note que varias criaturas huyendo hacia el exterior del bosque, por lo que les pido que me ayuden a contenerlas. “

Y fue debido a ese mensaje que las tropas del ejército junto a varios aventureros se movilizaron a los poblados más cercanos al Gran Bosque Granulado.

Para el amanecer del tercer día ya no podían ver grandes cantidades de bestias como en los primeros días, por lo que la paz gradualmente volvió a los muchos de aldeanos.

Actualmente eran las 8 de la noche, pero la ubicación no era Velthania, sino, otro país un poco más al norte el cual tenia el nombre de Franecia.

Dentro de la famosa capital militar de dicho país, en una de las zonas de mayor clase sin contar el castillo militar, se encontraba la gran mansión Labrafox.

Rodeada por grandes muros y con un gigantesco jardín extremadamente cuidado y decorado, por el cual paseaban cientos de guardias, con unos cuantos arroyos artificiales pasando por el basto jardín.

En medio de todo eso, se encontraba una gigantesca construcción, si, esta era la mansión Labrafox y justo en uno de sus tantos balcones, se encontraban dos hombres bebiendo tranquilamente sus tazas de té de hojas rojas.

Uno tenia la apariencia de un hombre de 23 años, de ojos marrones y cabello oscuro, este vestía una simple túnica blanca con bordados en dorado.

En cuanto a la siguiente persona, esta daba una impresión de un hombre maduro, de unos 40 talvez. De cabello rubio y ojos celestes, vestía una ropa muy formal, la cual consistía en unos pantalones largos y zapatillas de punta fina, un saco de vestir bastante adornado con dijes de oro, aparte de los implementos, toda su vestimenta era de un tono blanco crema.

[Así que ese pequeño Adalid fue el que interfirió con los planes del idiota… es interesante, pero… ¿realmente crees que este muerto?] (???).

Hablo el hombre bien vestido con un tono ronco luego de un leve sorbo de su taza la cual le quemaba la garganta, en todo momento su mirada se mantuvo en la gigantesca luna azul que, junto a una infinidad de estrellas, adornaba el cielo nocturno.

[… No.] (???).

[¿Huh?, ¿porque lo dices?] (???).

Esa respuesta llamo la atención de hombre mayor, por lo que bajo su mirada con un claro rastro de curiosidad macada en ella.

El menor se detuvo un segundo para pensar en sus siguientes palabras, y tras haber pensado, hablo con un tono firme y respetuoso.

[No sé exactamente mi señor, pero algo dentro de mí, llámelo instinto o paranoilla, pero ese “algo” me dice que el no murió.] (???).

[Mmm, es verdaderamente interesante, por ahora tu misión es estar al pendiente de lo que suceda en este país, ¿entendido?] (???).

[Como ordene mi señor.] (???).