Hora de hablar

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EMILIO
Me desperté bañado en sudor debido a las altas temperaturas del lugar, abrí los ojos y por la posición del sol supuse que ya era algo tarde. Me senté en la cama, tomé mi celular y bajé a desayunar, ya que comer me haría sentir mejor.
Ordené jugo de naranja y pedí que me trajeran algún platillo típico o muy popular, me gusta probar comida nueva.
Me mantuve ocupado viendo los memes y cositas que el fandom nos hacía con mucho amor, me hacían reír en momentos como este, en los que no sabía como sentirme. Mi desayuno había terminado y las siluetas borrosas que se formaban detrás de mi teléfono llamaron mi atención; Andrés guardaba sus maletas en la cajuela de un taxi, después Joaquín lo abrazó y se dieron un beso, no quise seguir viendo más y decidí retirarme una vez que había pagado mi cuenta.
-Tenemos que hablar-La voz de Joaquín se hizo presente a mis espaldas.
Giré con mucho temor a lo que sucedería después.
-Okay, sé que no fue la manera correcta y...-Balbuceé un poco al pronunciarlo para luego ser interrumpido.
-Aquí no, vamos a playa-Se dio media vuelta y yo lo seguí.
Caminamos alrededor de 15 minutos en completo silencio. Una vez que habíamos llegado a algún rincón de la playa donde estaba completamente vacío, Joaquín se sentó en la arena y pegó en ella para que yo me sentara también.
-Me lastimaste, ¿Sabías?-Me miró con decepción esperando una respuesta, una respuesta que no tenía.
-Lo lamento, ¿Sí? Nunca tuve la intención de lastimarte. Yo sé que fui un estúpido...-Mis ojos comenzaban a cristalizarse y un nudo se formaba en mi garganta cuando Joaquín me detuvo.
-Emilio yo....-Se posicionó enfrente de mi y me miró preocupado.
-No, déjame hablar Joaquín-Coloqué ambas manos sobre sus mejillas, él imitó mi acción poniéndolas encima de las mias.
-Nunca quise herirte, es solo que contigo todo es distinto, puedo ser quien soy sin necesidad de cambiar algo por miedo a ser juzgado. Me has hecho sentir cosas que nunca había sentido, sin duda eso me daba miedo, pero aún más sabiendo a todo lo que me enfrento. Mi papá me llevó a muchos psicólogos cuando era un niño, solo para asegurarse de que yo no fuera gay, siempre tuvo esa duda por mi forma de ser, incluso mi forma de bailar-Comencé a sollozar y junte nuestras frentes colocando mi mano detrás de su cuello.
-Emilio..-Intentó detener mi habla, pero volvió a fallar.
-Por eso jamás pude ser libre cuando estaba junto a él, cuando mi mamá se enteró casi se lo come vivo. Pero no fue hasta que llegaste tú que las cosas se comenzaron a revelar en mi, moviste cosas que estaban guardadas...En un closet, pero enloquecí al imaginar que alguien más está contigo me tortura, no puedo con la idea-Guardé silencio y él limpio mis lagrimas con sus dedos pulgares.
-Mailo...No niego que yo también he estado sintiendo cosas nuevas a tu lado, incluso mi hermana se dio cuenta antes que yo, hasta el fandom lo hizo. Siendo sincero creo que estoy enamorado de ti, me enamoré hasta de las cosas más tontas, de esas de las que nadie se enamora. Es algo raro, no me enamoré de ti en un primer momento, más bien lo hice cuando ya conocí quien eres, lo que te gusta, lo que piensas, lo que siento por ti es algo más allá de lo físico...-No aguanté más y me lancé sobre el.
-No tienes idea de lo feliz que me siento ahora, a la mierda lo que digan los demás, yo voy a luchar por ti-Me acerqué con la intención de besarlo pero su mano me detuvo.
-Aún están María y Andrés de por medio. No podemos fallarles así, les dolerá-Se sentó para después mirarme.
-Tengo una idea...-Me levanté de un salto y lo obligué a levantarse también.
-Ay no, ninguna idea que tú tengas es buena opción-Me miró confundido y soltó una pequeña risa.
-Esta si lo será, lo prometo. Te propongo que durante las vacaciones que nos restan y estemos aquí en la playa, tú y yo actuemos como una pareja, obvio sin besos comprometedores o cosas de esas para mantener el respeto hacia nuestras parejas-Su confusión parecía disminuir y cambió su semblante.
-No me parece mal-Me sonrió e inmediatamente me dio un abrazo.
-Quiero que te des cuenta que te quiero bien y voy a disfrutarte de la manera más sincera posible-Le susurré al oído para luego besar su coronilla.
Después de eso pasamos un rato en la playa jugando como los niños pequeños, hasta que comenzó el atardecer y volvimos a tomar lugar a la orilla para ver el espectáculo natural juntos.
-Siempre brillas así, justo como el sol-Lo miré y él se sonrojó.
No contestó nada, pero la cara que puso en ese momento me lo dijo todo.
Cuando por fin oscureció totalmente, volvimos al hotel, cada uno se dirigió a su habitación.
JOAQUÍN
Volví a la habitación para bañarme, ese siempre había sido mi momento para pensar.
No sabía si las palabras de Emilio eran sinceras, lo conozco y las sentí reales, pero yo no quería ser "el otro", no daría mi brazo a torcer. Estaba enamorado de Emilio y es increíble que no me hubiera dado cuenta hasta ahora, pero aún había cosas pendientes y por el momento no podríamos estar juntos, no sería honesto de mi parte fallarle así a Andrés, por otro lado también estaba María que aunque no la conozco del todo, sé que le dolería.
Me terminé de bañar y decidí entrar a redes sociales, Instagram me notificó que había sido etiquetado muchas veces en una publicación en la que mi novio había sido captado muy "cariñoso" con otro de sus compañeros de la serie, no me preocupé porque yo confiaba en el.
Después de un rato de haber disfrutado del fandom me decidí por dormir.
EMILIO
Después de bañarme y pensar un montón en lo que Joaquín había confesado, me acosté con la intención de dormir, pero el insomnio apareció en mi sistema nervioso y no pude conciliar el sueño. Opté por levantarme e ir a la habitación de Joaquín.
Una vez afuera no quise tocar, por la hora pensé que ya estaría dormido y cuando estaba a punto de retirarme noté que la puerta estaba un poco abierta y entré.
La gran ventana que se encontraba de frente a la puerta me dio un poco de luz, al menos lo suficiente para no tropezar con cada mueble de la habitación.
Me coloqué de rodillas frente a la silueta de Joaquín y lo pude observar dormir tranquilamente, sus pestañas eran largas y en ese momento sus mejillas tenían un color carmín suave, este Niño era demasiado para mi, yo lo sabía. Luego de un rato me levanté y di vuelta a la cama para poder acostarme junto a él, lo quise abrazar de cucharita pero supuse que se despertaría.
Había pasado un buen rato desde que me encontraba tumbado junto a Joaquín mirando hacia arriba y él dándome la espalda. Cuando pude notar que Joaco se movía entré en pánico y me mantuve quieto, por un momento pensé que había despertado, pero sus ojos aún cerrados me confirmaron lo contrario. La acción que realizó en ese momento me dejó más frío que antes. Pasó su brazo derecho por encima de mi abdomen para finalizar su recorrido abrazando mi cintura, acomodó su cabeza sobre mi pecho y suspiró, la sensación que invadió mi cuerpo en ese momento fue paz, me sentía completo. Le di un último vistazo a su cara ruborizada para después quedarme dormido junto a él, ¿Que me hiciste Joaquín Bondoni?

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