De vuelta

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EMILIO
Después de la gran aventura que viví a lado de mi pequeño Joaquín pasamos a comer un poco antes de volver a la cabaña para bañarnos y terminar de empacar.
-No quiero regresar nunca-Me tiré sobre la cama completamente estirado.
-Cuando regresemos las cosas volverán a la normalidad. Tú con María y yo con Andrés-Suspiró mientras me lanzaba su montón de ropa en la cara.
-Haré todo lo posible por ver a María pronto y aclarar las cosas con ella-Quité sus prendas de mi rostro y me senté para observarlo.
-Emilio... En mi caso es distinto, si yo siento algo por ti no voy a poder aguantar mucho tiempo engañándolo, engañándome. Andrés es honesto conmigo y creo que se merece lo mismo de mi parte-Agachó la mirada haciendo su maleta a un lado para sentarse junto a mi.
-No es que yo quiera seguir con María para engañarla o dañarte a ti, es porque nunca la veo y prefiero arreglar las cosas de frente-Tomé su mano y la besé.
Cuando Joaquín decidió ducharse ya comenzaba a anochecer y normalmente en la noche me llega la inspiración, así que salí para sentarme en la arena y comenzar a escribir.
"Y descubrí que por amor, nada me detiene", no así no me cuadra "No existe nada que me detenga" ¡Eso es!. Mientras tenía peleas mentales comencé a anotar en una pequeña libreta las ideas que fueran surgiendo en mi cabeza, siempre cargaba donde escribir por si me llegaba la inspiración. De pronto unos brazos pasando por mi pecho haciendo que me exaltara un poco.
-¿Que haces, cholo?-Preguntó Bondoni mirando por encima de mi hombro.
-Nada, señor fifi-Cerré mi cuaderno evitando que pudiera ver algo.
-¿No me puedes enseñar aunque sea un poco de lo qué haces? ¿Tan secreto es?-Insistió un poco susurrándome al oído, lo cual hizo que me estremeciera.
-¡Uy, no! No me quiera chantajear-Me levanté de golpe, sabía que si me quedaba ahí mientras me susurraba iba a perder, él siempre sería mi debilidad.
Entré corriendo para esconder bien mis apuntes y luego meterme a bañar dejando de lado el desastre de la habitación debido a mi ropa tiraba por todo el piso. Pero cuando salí me llevé la sorpresa de que todo estaba en su lugar, las maletas hechas, mochilas cerradas y un suéter afuera porque Joaco siempre tendría un instinto una mamá, lo cual hizo que riera con ternura para mis adentros.
-¿Ya estás listo?-Me dirigió una mirada rápida y la devolvió a su teléfono.
-¿Que tanto ves?-Me lancé sobre él sin importarme si aún seguía húmedo haciéndole cosquillas.
-¡Me estás mojando, Mailo! ¡Basta!-Soltaba entra carcajadas hasta que logró salir por debajo de mi.
Hace un rato no me había fijado en su vestimenta, llevaba puesto un crop top blanco con la marca "Nike" por delante con letras negras, un pantalón que hacía juego con el logo del crop top, tenis a cuadros uniendo los colores anteriores y un paliacate negro amarrado en la frente.
-¿Que tanto miras?-Por su expresión supuse que me quedé mirándolo un buen rato.
-Nada, dame un momento, me visto rápido-Corrí pasando de izquierda a derecha frente a él-No encuentro mi ropa-Me devolví de derecha a izquierda.
-Tu ropa está en la cama, cholo-Rió un poco ante la escena y yo me golpeé mentalmente.
Él había escogido para mi una playera blanca, chamarra de mezclilla y pantalón negro, Bondoni siempre sería un ícono de la moda.
Salimos dejando las llaves y la habitación ordenada aproximadamente a las 12:00 a.m para no llegar tarde. Cuando estuvimos en el aeropuerto nos costó un poco documentar por la larga fila que teníamos por delante y entonces llamada de mi madre se hizo presente.
-Hola mami-
-Hola mi amor-Su acento cubano inundo mis tímpanos.
-¿Como estás?-
-Bien amor, ¿Como están ustedes mis niños?- Su pregunta me confundió un poco, ¿Sabía que estaba con Joaquín? Porque María no le agradaba mucho.
-¿Mis niños?-
-Sí, lo qué pasa es que tú padre me dijo que estabas con Joaquín, me alegro mucho por ti.-Mi papá, siempre informando todo.
-Pfff, que rápido vuelan los chismes. Eso te lo tenía que contar yo, era sorpresa.-Bufé.
-No te enojes mi niño, me lo dijo para que estuviera más tranquila, ¿Como se la pasaron?-Preguntó emocionada, lo sabía porque la conozco.
-Todo muy bien, tengo muchas cosas que contarte-Contuve mi euforia debido al chico que tenía a mis espaldas.
-Me saludas a mi niño, los amo y se me cuidan-Se despidió para después cortar la llamada.
Me devolví hacía Joaquín y él ya estaba al frente de la fila, sí, soy muy despistado.
-¿Por qué no me avisaste?-Corrí para alcanzarlo
-Pensé que querrías intimidad para hablar con tu novia-Una mueca de incomodidad inundó su rostro.
-Era mi mamá, bobo-Reí un poco para que se relajara.
Mi tiempo volaba cuando estaba con el, porque pronto fue momento de abordar y cuando lo hicimos Joaco se acomodó en mi hombro abrazando mi brazo izquierdo, ya que yo iba en la ventana. No tardó mucho en quedarse dormido y en las dos horas de vuelo decidí no dormir para cuidar su sueño. Nos acercábamos a nuestro destino y el clima de la ciudad se comenzaba a sentir, por lo tanto Joaquín comenzó a temblar un poco debido a que solo llevaba puesto aquel crop top que tanto me gustó.
-Pequeño, ey-Me moví para hacerlo reaccionar, lo había logrado aunque sólo obtuve un "mmm" de su parte-Déjame sacar algo de mi mochila.
Se alejó para colocar su cabeza del lado contrario.
-Ponte esto-Sobre sus piernas coloqué una sudadera con estampado militar.
-¿Que es?-Preguntó aún dormido y con un ojo abierto.
-Ven aquí-Tiré de su brazo para hacer que se levantara y le ayudé a ponerse mi suéter como si de un niño se tratase.
Lo coloqué en su lugar y el volvió a su posición anterior, mire con ternura como mi sudadera le quedaba grande de las mangas.
Cuando llegamos a la cuidad mi madre estaba afuera del aeropuerto parada delante de su camioneta.
-Mi amor-Me envolvió con su brazo derecho tan pronto me tuvo cerca-Mi pequeño Joaquín-Extendió su brazo restante para abrazarlo a él también.
-Que bien se siente esto-Joaco susurró para él, pero lo suficiente alto para que yo pudiera escucharlo debido a la cercanía.
-Mi amor, le pedí permiso a la mami de Joaquín para que se quede a dormir en la casa porque ya es tarde-Me guiñó un ojo para luego abrir la cajuela del vehículo.
La tensión se pudo sentir en ese momento, Bondoni me miró cómplice y reímos como si nos comunicáramos mediante telepatía.
Todo el camino hacia mi casa fueron preguntas sobre el viaje o para saber más de Joaquín, mi mamá bromeaba mucho con mi compañero, parecía que se llevarían muy bien y eso causaba una extraña felicidad en mi sistema. El viaje finalizó rápidamente por lo ameno que fue.
-Estas en tu casa-Abrí la puerta dejando pasar a mi madre y acto seguido a Joaquín.
-Gracias en serio-Sonrío apenado.
JOAQUÍN
En cuanto Emilio abrió la puerta dejó ver una casa preciosa, con dos pisos, todas las salas de la planta baja eran muy amplias, los detalles de cada mueble constaban en negro, blanco y un poco de dorado.
Dejamos las maletas en la sala ya que mi estadía solo sería de unas horas y no valía la pena desempacar.
-¿Quieres un poco de té?-Me ofreció la madre de Emilio.
-Sí por favor, señora-Le sonreí pero ella me miró con disgusto, ¿Dije algo malo?
-Dime Niurka o suegra, esa palabra de "Señora" me resulta muy fea-Hizo una mueca de asco y pude sentir el color carmín alojarse en mis mejillas.
-¡Mamá!-Emilio se sonrojó también abriendo los ojos como si fuesen a salirse de su lugar.
-Ay, perdóname hijo-Soltó una risa al ver nuestras reacciones y me extendió la taza-Bueno chicos, que descansen, no se duerma tan tarde, los quiero.
Su madre nos dejó solos en la cocina totalmente en silencio.
-¿Quieres ver una película?-Emilio señaló su sala y yo asentí mientras bebía té.

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