Bernardo

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EMILIO:
Al salir de la clase, Diego apareció de frente, intentando frenar mi paso. La sorpresa fue que no venía solo, si no que de su mano venía aprisionado Joaquin y detrás de este, Bernardo.
-Bueno, ya que ustedes ocasionaron este desastre, me gustaría mucho que decidieran dónde y a qué hora nos vamos a ver para comenzar el trabajo.-El asiático parecía molesto, como un papá que reprendía a sus hijos.
-En mi casa no.-Bernardo habló con un palillo entre los dientes, no podía verlo sin querer reventarle la cara.
-¿En serio tienes casa?-Elevé una ceja, mientras mis brazos se mantenían cruzados.
-No te hablaba a ti, pedazo de idiota.-
-Eres un...-Mi puño comenzaba a mandarse solo de nuevo y una vez en el aire, sabía a dónde se dirigía.
-¡Basta, Emilio!-Joaquín detuvo mi puño y entonces un escalofrío recorrió mi cuerpo.
-¿Ahora lo defiendes? Genial, solo esto me hacía falta.-Quité mi mano con rapidez, dándole un jalón a Bondoni.
-No defiendo a nadie, solo estoy evitando más problemas de los que ya tenemos, así que podrías dejar tu paranoia a un lado.-Mi lado razonable sabía que tenía mucha razón, pero no podía detenerme a pensar por ahora.
-Perfecto, ya que ninguno está dispuesto a ser una persona civilizada y pensante, los espero en mi casa a las 6:30 y quien no sepa llegar, le mando la dirección por WhatsApp, adiós.-Se dio la vuelta encaminándose hacia la salida.
-Bueno, yo también me voy.-Joaquín esquivo mi mirada e igualmente siguió su camino.
-Avisó que llegaré tarde, avísale a tus amigos.-Bernardo colocó una mano en mi hombro y yo instantáneamente me la quité de encima.
-No te preocupes tanto, entre menos vea tu horrible cara, mejor.-Me di la vuelta hacia el estacionamiento, busque mi carro para llevarme la sorpresa de que María se encontraba parada a un lado de mi vehículo.
-¡Amor!-Gritó en cuanto me vio acercarme y colgándose de mi cuello, comenzó a besarme como una loca.
—Amor...-Quite sus manos con calma para no hacer explotar una bomba.-¿Qué haces aquí?-.
-Quise darte una sorpresa, ¿Te gustó?-De nuevo me atacó con sus besos, así que solo pude asentir un poco.
Durante la tarde e incluso en la comida con mi novia, no pude dejar de pensar en todo el desastre de la mañana, pero debía intentar concentrarme aunque fuera un poco en María, pronto se iría y yo al fin iba a poder respirar un poco más en paz.
-¿Me estás prestando atención?-Pegó sobre la mesa en la que estábamos comiendo.
-Sí, amor.-Asentí cuán si fuera un robot y ella parecía estar poco convencida de mi pobre excusa.
-A ver, ¿Qué te dije?-Elevó una ceja en señal de desafío, era claro que buscaba una respuesta y no sabía que debía contestar.
Durante el horario invernal solía oscurecer más temprano, entonces mi alarma biológica me recordó que debía estar en casa de Diego pronto.
-¿Qué hora es?-Fue lo mejor que mis tres neuronas pudieron hacer.
-¿Qué? Yo no dije eso, Emilio.-Ya conocía esa cara, estaba seguro de que se venía un berrinche durante las próximas horas.
-No, no, no, amor. Es una pregunta de mi hacia ti, ¿Entiendes?-Me encantaba cómo podía ser tan estúpido al hablar.
-5:48, ¿Por qué?-Soltó la pregunta en seco aún mirando su reloj, ¿Tan infiel me veo?
-Debo hacer un trabajo en casa de Diego, quedé de verlo.... a las 6:00 y al parecer ya voy tarde.-Estuve a punto de decir que ahí estaría Joaquín y el estorbo de Marmolejo.
-¿Quieres que te acompañe? Tiene un poco de tiempo que no saludo a Diego, ni a su mamá.-Era una prueba, estaba seguro, ya conocía esa mirada retadora.
-No, amor. Será rápido, prometo buscarte en casa de tus abuelos más tarde.-No dije más, salí corriendo con chaqueta en mano y me introduje rápidamente al auto, si llegaba tarde, Diego acabaría conmigo.
Conduje lo más rápido que mi sentido de la responsabilidad me permitía, llegué 5:58 p.m frente a la puerta de mi amigo, pero había olvidado algo, ¿Y Joaquín?
Decidí toca la puerta y avisarle a Diego que volvería, ¿Cómo se me puso olvidar?. Esperé unos segundos después de tocar el timbre y por fin la puerta se abrió.
-¡Ya llegó la escoria!-Bernardo fue el encargado de recibirme y claro está, anunciar mi llegada.
Hice a un lado a Marmolejo y seguí mi camino hacia dentro.
-Diego, necesito explicarte algo...-Me paré frente a mi amigo, quien se encontraba leyendo los textos que servirían para el proyecto, junto a él se encontraba Joaquín...-¿Joaquín? ¿Como llegaste hasta aquí?-
-Yo lo traje.-Se escuchó el sonido de la puerta al cerrarse, justo detrás de mi.
-Y jamás me vuelvo a subir a una motocicleta contigo.-Bondoni negó con la cabeza mientras seguía concentrado en su lectura.
-¿Te subiste a la moto de esta bestia?-Señalé al patán que se encontraba recargado en la pared a unos cuantos pasos de distancia.
-No tuve otra opción, supuse que tú no irías por mi y por lo que veo no me equivoqué. Entonces, tuve que  llamar a Bernardo para venir juntos.-Se alzó de hombros como si no le importara, como si ya se hubiese resignado a que no contará conmigo nunca.
-Déjame explicarte....-Levantó su mano indicando que me callará y yo no pude hacer más que poner los ojos en blanco.
-Ya.-Bernardo colocó una mano en mi espalda, dando pequeñas palmadas en ella.-Deja el drama y hay que hacer el trabajo.
La tarde se pasó rápida y silenciosa, cada uno se concentró en una lectura diferente, agilizar los resúmenes que teníamos que hacer y conectar ideas. Descubrí que Joaquín es muy bueno con las letras, nos explicaba cosas que no entendíamos, hasta podría decir que era algo que le apasionaba hacer.
-Ya son las 10:00, creo que debo volver a casa o mamá se pondrá furiosa.-Joaquín se levantó rompiendo el silencio.
-¿Quieres que te lleve?-Me levanté también, casi de un salto.
-No, Emilio, gracias. Bernardo quedó con mamá de devolverme a casa.-Tomó su mochila y se la colgó en la espalda.
-Puede que no respete a ninguno de ustedes, pero sus mamás son otra cosa.-Bernardo también tomó sus pertenencias.-¡Gracias por todo, señora Karla!-Así se despidió de la mamá de Diego.
Joaquín se acercó para despedirse de ambos, Diego depositó un beso en la mejilla de Joaquín, cosa que no hacía con nadie más que con él.
Una vez fuera de la casa, sentí que podía volver a respirar, pero sabía que se venía un regaño fuerte cuando Diego cuando comenzó a la frase con la palabra "Hermano...".

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2020 ⏰

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