JOAQUÍN
Al dejarme ver lo que tenía entre sus manos me quedé helado, era aquel oso de peluche que había regalado hace años.
-¿Cómo... Cómo es que tú tienes eso?-Mi respiración comenzaba a agitarse, no entendía nada de lo que había pasado.
-Fue un regalo que me dieron de pequeño, una persona de la que desconozco el nombre, pero me hizo darme cuenta de que entre toda la oscuridad siempre hay un rayo de luz.-Era él, siempre lo tuve cerca y nunca pude notarlo.
-Al parecer seguiste las instrucciones, ¿Lo abrazaste todas las veces que te sentiste triste?-Sonreí ladino, una gran emoción recorría mis cuerpo y no pude evitar que se manifestara en mis mejillas que ahora tenían un color carmín, sus ojos se abrieron un poco mientras una capa de agua se formaba frente a ellos.
-No, no, no, ¿Eres tú? No puede ser...-Sus ojos brillaban igual que aquella vez, esos ojos color chocolate que desde siempre me hicieron estremecer.-Cambiaste mi forma de pensar, ¿Lo sabias? Me volví más fuerte por ti, estuviste presente todo este tiempo.
-Ay Emilio.-Al parecer mi cometido había tenido éxito, después de todo no me había equivocado.-Te dije que un día nos volveríamos a ver.
-Tengo tanto que agradecerte...-Me envolvió entre sus brazos ocultando su rostro en mi cuello, en ese momento pude escucharlo reír y al mismo tiempo podía sentir sus lágrimas sobre mi piel, estaba seguro de que un mar de emociones se albergaban en su cuerpo. Yo permanecí en silencio, también lloraba un poco.-¿Qué pasa?
-Es casi imposible que te haya vuelto a encontrar, mi chico de los ojos color chocolate.-Acaricié sus mejillas y ni pude evitar acercarme a su rostro.
-Hola... Lamento interrumpir.-La voz de otra persona se hizo presente, lo cual llamó nuestra atención interrumpiendo nuestro casi beso.
-¿Qué haces aquí?-Emilio se colocó frente a mí, su lado defensivo había despertado y era ilógico pedirle que no lo hiciera.
-Quiero... quiero hablar con Joaquín.-Parecía avergonzado, pero nada sería suficiente esta vez.
-¡Lárgate, Andrés!-Emilio perdió la cordura, se lanzó sobre él dejándolo arrinconado entre la pared y su cuerpo, si no intervenía ahora seguramente esto terminaría en una disputa aún mayor, no quería causarle problemas a mi chico y eso incluía mi pasado.
-Emilio... déjame arreglar esto.-Alejé a Marcos para que quedara detrás mío, yo tenía que estar en modo inalcanzable, este tipo no volvería a humillarme.
-Joaquín...Te suplico que me perdones.-Colocó sus manos sobre mis hombros, acción que me hizo tener escalofríos.
-No me toques, si llegaste aquí para pedir perdón te irás con las manos vacías.-Sabía que en este momento había una expresión de superioridad en mi rostro.
-Yo sé que no me vas a perdonar, pero quisiera dejar las cosas por la paz, ¿Aceptarías venir a cenar conmigo a mi casa?-Que descarado, eso era peor que una patada en los bajos.-Y puede venir Emilio, si quieres, ahora que están juntos quisiera estar seguro de que te hará feliz.
-Permítenos un momento.-Di media vuelta en busca de la mano de Emilio para evitar que Andrés nos escuchara.
-Por favor dime que no lo estás considerando.-Susurró tomando mis mejillas para estar cerca mío y que mi ex novio no pidiera escucharnos.
-¿Lo escuchaste? Él piensa que estamos juntos, si me acompañas y nos comportamos como pareja dejará de molestar.-Intenté poner mi mejor cara de súplica pero él evitaba mirarme.-Por favor, Emilio.
-Ay, está bien, me caes tan mal por convencerme de todo.-Dejó un beso en mi frente y se giró para regresar con Andrés.
-¿Y bien?-Las ansias del chico se notaban en sus ojos, había algo oscuro en ellos, pero no logré descifrarlo.
-Está bien, supongo que Joaquín sabe tu dirección, estaremos ahí a las 8:00. Ahora vete.-Se podía sentir la molestia de Emilio, era lógico, pero yo confiaba en que mi plan funcionaría.
Una vez que mi ex novio se encontró fuera una chica de producción entró para indicarnos que la camioneta que nos llevaría a la locación estaba afuera esperándonos.
EMILIO
El viaje se mantuvo tranquilo, silencioso. De vez en cuando Joaquín y yo nos dedicábamos miradas cómplices, hasta emití un comentario para romper el silencio.
-Estoy días han sido demasiado intensos.-No quería hacer sentir mal a Joaco, por un momento pensé que se pondría triste, pero fue todo lo contrario.
-Definitivamente si, muero por volver a la Riviera.-Soltó un suspiro para después recargar su cabeza en mi hombro, esta sensación me hacía sentir tan bien.
-Hablando de cansancio...-Mi padre intervino en nuestra plática, le dirigió una mirada a Joaquín e hizo que él se separara de mi.-Te tengo una sorpresa, Emilio, para que te pongas de mejor humor.
-¿Ah si? ¿Y de qué se trata?-No sabía porque sentía algo de coraje ante la situación, así que tome el rostro de Joaquín con una de mis manos y lo devolví a mi hombro.
-No comas ansias, en la tarde sabrás.-En la tarde tengo la cena con Joaquín, no puedo fallarle.
-Tengo un compromiso.-Sabía que Joaquín me miraba y era por eso que quería hacerle entender a todo el mundo que no le fallaría.
-Ojalá pienses lo mismo cuando la veas.-¿De verdad es tan importante?
No hubo más diálogo dentro de la camioneta, pronto llegamos al lugar donde sería la declaración. Ya que antes habíamos grabado con Nikolas Caballero que era un gran amigo de Joaquín y aunque las cosas sólo serían celos de amigo entre Aris y Diego, terminaron siendo el motivo para que Aristóteles diera el primer paso.
Casi siempre ponían a los chicos en un vestidor y a las niñas en otro, pero a Joaco y a mi nos ponían uno alejado del otro, parece ser que a mi padre le sigue causando conflicto que tenga mucho contacto con otro chico.
—Emilio, ¿Ya estás listo?-Joaquín golpeó la puerta un par de veces, no obtuvo respuesta verbal pero pronto salí del vestidor.
-Solo déjame ajustar unos pequeños detalles.-Permanecía con el cierre abajo y la camisa desabrochada, no entendí que le causaba tanta gracia a mi compañero.-¿De qué te ríes, tonto? Si tú ya has estado a punto de descubrir lo más profundo de mi alma.
-¡Cállate, baboso! No lo digo por mi.-Miré a mi alrededor donde toda la producción e incluso nuestros compañeros de escena me miraban, incluso se reían de mi.
-¡Buenos días, muchachos! ¿Todo bien? Okay, a trabajar.-Intenté desviar la tensión pero mi comentario hizo que todos estallaran en risas, groseros.
Las cosas realmente iban bien, hasta que llegaba el momento de bailar frente a Joaquín, sabía que debía estar en personaje y yo tenía que verlo como tal a él también. Pero mi interior no podía, entonces sentía como si realmente me estuviera declarando, entraba en pánico, las manos me sudaban y tuvimos que repetir la escena casi 5 veces. Mi padre me miraba feo, sabía que algo no estaba como antes.
-¡Emilio, despierta carajo!-Sus gritos aparecían cada vez que una nueva equivocación salía de mi boca.
-Lo siento pa... Señor.-Mantuve mi cabeza gacha, pero los ojos de Bondoni eran como un par de imanes para mi, así que no dudé en mirarlo rápidamente y él solo hizo una señal de apoyo.
En cuanto el "¡Acción!" Atravesó mis oídos no pude hacer más que seguir con mis nervios al mil por hora, pero como en una declaración real todo debía salir bien no fue gran problema imaginarlo.
-Ho... Hola Temo, bienvenido a este momento... A nuestro momento.-Eso Emilio, no dejes que los nervios te consuman.- Después de tanto tiempo, Temo ya no puedo esperar un segundo más... Sabes que no soy bueno con las palabras... Quiero que la música hable por mi, la música siempre habla con el corazón y...
-El corazón nunca se equivoca.-Fuck, esas palabras fueron como un detonante, fueron 5 sencillas palabras que parecían un montón de fuegos artificiales dentro de mí, aunque sólo era actuación podía sentir esa tensión diferente.
Antes de comenzar a bailar una sonrisa tonta acompañada del color carmín en mis mejillas se hizo presente, no lo pude evitar.
Entonces sucedió, yo dejaba que la música me guiara, bailaba y me sentía libre, como si las 20 cámaras delante mío no estuvieran, como si sólo fuéramos él y yo, aunque sólo me viera bailar sabía que se moría de ganas por hacerme compañía, mover su cuerpo al ritmo del mío. No fue sencillo evitar extenderle la mano para que bailara conmigo, cuando Allisson se encargó de dejarnos frente a frente un impulso de besarlo me invadió, sentía demasiado calor, mucha impotencia, ¡Odio esta sensación!
Pronto las horas habían transcurrido y aún faltaban algunas escenas por grabar, la mayoría eran mías, pero un error más y me echaban de la novela.
El momento de ir a comer llegó, todos salieron a buscar lo que mejor fuera de su agrado, desde hace unos minutos que Joaquín pasó de ser blanco a ser transparente, literalmente. Su piel estaba súper blanca, se movía como un robot, él optó por ir a comer a su camerino, nunca hace eso, me dio mala espina.
-Joaco... Joaquín...-No tuve respuesta, comencé a preocuparme y aunque tuviera que verlo semidesnudo de nuevo, tenía que asegurarme de que se encontrara bien.
Lo observé sentado en el sillón del lugar, con sus manos cubriendo gran parte de su rostro.
-¿Qué tienes? ¿Estás bien?-Me acerqué rápidamente y lo abracé, porque sin importar cual fuera el motivo yo siempre estaría ahí.
-Sí... Estoy algo mareado.-Tuvo un gran problema al hablar, así que comencé a asustarme.-Ayúdame a llegar al baño.-En serio debía sentirse muy mal para pedir ayuda, el baño se encontraba a unos cuantos pasos.
Tomó con fuerza mi brazo, pero en cuanto se paró pude sentir como su peso nos jaló a ambos hacia el suelo.
-Joaquín... ¡Joaquín, ey! ¡Mírame!-Estaba entrando en pánico, el solo se mantenía con la cabeza hacia abajo y yo no sabía que hacer.
-Estoy bi...-Su estómago no se contuvo más y expulsó el contenido, que sólo era café. Eso significaba que no había desayunado, seguramente tampoco había comido nada en estos días.-Por Dios, que asco. Emilio vete.
-¿De qué hablas? No me iré a ninguna parte.-No me daba asco, me importaba más su bienestar que todo el desastre estomacal que pudiera causar.
-¡Vete, no quiero que me veas así!-Se levantó de golpe y yo me quedé mirándolo desde el suelo.-¡Emil...!
Su frase no fue concluida porque de nuevo cayó sobre mi, esta vez con los ojos cerrados.
-¡Joaquín, mírame! ¡Joaquín!-Intenté mover un poco su cuerpo pero no obtuve respuesta.
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Better
FanfictionAndrés Vázquez es novio de Joaquín Bondoni, pero al pasar a la preparatoria con la llegada de Emilio Marcos a sus vidas las cosas cambian, las máscaras comienzan a caer y las verdaderas caras salen a la luz.