Osorio

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JOAQUÍN
Pude sentir la tensión en el aire cuando el señor Osorio apareció, creo que fue un mal momento para salir corriendo detrás de Emilio, probablemente le traería problemas pero las cosas ya estaban hechas y no había vuelta atrás.
-¿Qué haces despierto tan temprano?-Eleaine apareció bajando las escaleras, al parecer el sonido de nuestros pasos corriendo la habían despertado.
-Emilio tuvo que irse de emergencia, creo que yo también debo irme.-Pasé a su lado abriéndome camino hacia la habitación en la que había dormido la noche anterior y ella me siguió.
-Joaquín, ¿Todo está bien?-Se sentó sobre la cama observando como guardaba mis pocas pertenencias en las bolsas de la sudadera de Emilio.
-Creo que todo está bien ahora, gracias por todo zanahoria, te quiero.-Deposité un beso en su frente y salí hacia la calle sin dejarla hablar más.
Caminé hasta pararme frente a la puerta del departamento de Uberto, no se encontraba tan lejos como me imaginaba, al llegar pude oler la marihuana que seguramente se hallaba dentro de aquel lugar, así que solo abrí la puerta conteniendo el aire dentro de mis pulmones.
-¿En donde estabas, Joaquín?-Me habló desde el sillón donde se encontraba casi acostado, con un cigarrillo de marihuana en la mano y una botella de alcohol en la otra.
-Por allí.-Dejé las llaves sobre la barra y me dispuse a desaparecer del panorama.
-A mi me tienes que decir en donde estabas, idiota.-Se aproximó a mi, estaba cansado y estaba a tan sólo un día de irme del país con este mounstro. Detuve su andar poniendo una mano en su pecho.
-Bien, estaba en casa de una amiga.-No insistió en seguir acercándose, solamente palmeó mi hombro.
-¡¿En serio?! ¿Es tu novia?-Que retorcido era que pensara que Eleaine era mi novia, lo lamento Nikolas, por hoy tendremos que compartir chica.
-Ay, Uberto, que fastidio.-Quité su mano de mi hombro y seguí caminando.
-Pero dime, ¿Lo hiciste con ella?-Vaya, que asco, nadie hace esas preguntas, incluso si lo que él estaba pensando era verdad.
-¿Hacer qué? ¡Por Dios, déjame solo!-Logré entrar a la habitación sin que siguiera haciendo preguntas sin sentido, así que agarré algunas prendas ya que en un par de horas tenía llamado.
Me metí a la ducha, no sin antes dejar la sudadera de Emilio lavándose, para luego encender mi teléfono a todo volumen, como siempre sonaba Ariana Grande, a la mitad de mi baño la música dejó de escucharse.
-¿Qué haces?-Uberto estaba dentro del baño, él había quitado la música.
-Quita esa música para maricas.-Le arrebaté mi teléfono sin pensarlo dos veces.
-¡Déjame tener un momento de calma, carajo!-Lo empujé fuera del baño y cerré la puerta con seguro.
Mi día no iba bien, se estaba tornando incómodo, así que en cuanto salí de la ducha no tardé mucho en fajar la playera amarilla que llevaba puesta, junto con un pantalón de mezclilla claro y tenis blancos.
-Me llevaré el auto.-Uberto me miró desconcertado, tenía que inventar una excusa rápida.-Voy a pasar por mi amiga.-Él solamente asintió sin decir nada y volvió a mirar el televisor.
Salí con rapidez, mi corazón latía más rápido que de costumbre, era extraño como sentía una presión en el pecho que no me dejaba concentrarme del todo.
Una vez que me encontré dentro de las instalaciones me dediqué a buscar desesperadamente una cabellera rizada, pero al parecer aún no llegaba.
EMILIO
Mi madre tomó asiento junto a mi en el sillón grande de la sala, mi padre se sentó justo frente a nosotros, nadie hablaba, pero mi padre y yo teníamos que llegar a llamado.
-Niurka... Creo que será mejor que nos dejes solos.-Juan no fue capaz de mirarla ni un segundo, la conocía bien.
-No, de ninguna manera. Tú vienes a MI casa a hablar con MI hijo, ¿Y quieres que me vaya? Lo lamento Juan, pero lo que le tengas que decir a Emilio lo tendré que escuchar yo también.-Mi madre pasó un brazo sobre mis hombros y yo suspiré un poco aliviado.
-Bien, iré al grano...No me gusta la "amistad" que estás llevando con Joaquín.-Sabía que está plática estaba por cambiar todo.-Quiero que te alejes de él.
-¡No, ¿Por qué tendría que hacerlo?!-Mi madre saltó en mi defensa, pero Juan levantó una mano para que le permitiera seguir hablando.
-Joaquín es una mala influencia para Emilio, lo está cambiando, por él ha dejado de lado su relación con María.-Tenía razón en algunas cosas, pero mientras pudiera detenerlo no importaba.
-No, Papá. Tal vez siempre he sido así y nunca me había atrevido por miedo, miedo a ti. Y sí, he dejado mi relación con María porque ya no nos llevábamos bien...-Mi padre mi miró furioso, pero lo comprendía, jamás quiso que yo fuera quien soy.
-¡Estás diciendo tonterías, Emilio! María me dijo que te quiere, que aún pueden recuperar su relación.-Se inclinó hacia adelante intentando alcanzar mi mano.
-¡Ella miente! ¡Por dios, ya no soy feliz con ella!-Alejé mi mano al sentir su proximidad.
-¡Pues vas a tener que seguir con tu relación si no quieres a Joaquín fuera del proyecto!-Dio un golpe en la mesa y luego calló en cuenta de quien estaba frente a él.
-Juan...-Mi madre contestó en un tono susurrante.-¡Eres un estúpido, ¿Me escuchaste?! No puedes pedirle a mi hijo que siga con alguien que no lo hace feliz, mucho menos amenazarlo con despedir a su... su amigo.-Entonces fue que todo detonó, Niurka Marcos había enloquecido, pero no podía hacer nada para salvarme esta vez.
-Yo seré lo que tú quieras, es más, no me importa si dejan de hablarme el resto de sus vidas, pero si quieres que Joaquín Bondoni conserve su empleo... ¡Aléjate de él!-Se levantó y se dirigió a la puerta.
Yo me quedé inmóvil el tiempo que tardó en salir, pero cuando por fin lo hizo no fue capaz de contenerme, me aferré a mi madre llorando como un niño pequeño.
-Shhh...-Mi mamá sólo intentaba calmarme, pero no resultaba bien.-Mi amor, tranquilízate.
-¡No puedo, mamá! ¡Él acaba de quitarme lo único que estoy dispuesto a cuidar siempre!-Grité sin darme cuenta, ya no controlaba el tono de mi voz.
-Yo lo sé amor, pero no puedes luchar contra Juan, en la situación en la que están no hay mucho que hacer.-Pasó sus dedos a través de mi cabello enredado.-¿Y si hablas con Joaquín y le preguntas si está dispuesto a...
-¡No! No puedo arrebatarle sus sueños por mi egoísmo de querer tenerlo a mi lado, simplemente no puedo.-Salí de sus brazos y tomé mi mochila, tenía que llegar al trabajo y seguramente sería un día pesado.

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