Última noche

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JOAQUÍN
Emilio me abrió paso para llevarme a su sala mientras yo seguía bebiendo mi té aun caminando. Miré hacia la alfombra cuando me percaté de algo extraño en mi vestimenta.
-Esto no es mío-Señalé la sudadera que llevaba puesta impregnando el perfume de Marcos en mí, recibí una mirada rápida de su parte para luego devolver su vista a los sillones, ya que buscaba el control de la televisión.
-Ya sé, era mía-Se encogió de hombros dejando a un lado mi comentario para concentrarse en su búsqueda.
-¿Como que era tuya? ¿En que momento me la puse?-Mi confusión crecía en vez de disminuir, no sabía como había llegado a mi poder.
-Ya no es mía, tómala como un regalo y no, no te la pusiste tú, te la puse yo porque estabas muriendo de frío en el avión, ¿Quieres ayudarme a buscar el control? Porque me estoy poniendo de malas-Giró los ojos haciéndome reír un poco.
-El control está en la mesa, Emilio-Dio vuelta para encontrarse la pequeña mesita que adornaba el centro de la sala, ciertamente su torpeza me causaba ternura.
-Ah, que bueno que... ¿Y porque no me dices?-Extendió los brazos intentando parecer ofendido.
-Estaba intentando resolver mi confusión respecto a la sudadera, disculpa.-Imité su acción haciéndonos reír un poco.
-Bueno, siéntate-Señaló el gran sillón negro que se encontraba frente a mi-Voy por una cobija.
Me di permiso de indagar un poco en los cuadros que se encontraban en la pared frente a mi, casi todos eran fotos familiares, Emilio de pequeño, en el kínder, con su mamá, con su papá... Hice una pausa para detenerme a mirar esa foto en específico, una lágrima recorrió mi mejilla y no la pude detener. Cuando escuché los pasos Emilio aproximarse, me limpié con la manga de la sudadera que ahora me pertenecía.
-¿Que haces?-Tomó lugar a lado mío pegando su cara con la mía para mirar hacia donde yo lo hacía, lo cual me sacó una pequeña risa.
-Nada, solo miraba tus fotos. Eras realmente tierno-Tomé con cuidado sus mejillas entre mis manos, lo cual le provocó un sonrojo.
-¿Que te pasa? Yo sigo siendo tierno, ve nada más esta cara toda preciosa-Ambos soltamos la risa.
-Bueno, ¿Y qué película vamos a ver?-Me acomodé quitándole la cobija de las manos.
-Pon la que quieras, mientras hago una cosa-Se inclinó un poco hacia mí para alcanzar el descansa brazos del sofá y jaló una palanca, lo cual hizo que se convirtiera en un sillón cama-Listo.
-Pero que elegancia la de Francia-Levanté el dedo meñique haciéndonos reír.
Marcos se acomodó en mi hombro, Su acción me dio valor para decidir no tener miedo esta vez y pasé mi brazo por encima de sus hombros haciendo que quedara su cabeza en mi pecho, lo cual me provocó un sonrojo.
Mi elección fue poner "Lilo y Stitch", Emilio dijo que nunca la había visto y como era una de mis películas favoritas lo obligué a poner atención. El rato pasó y le dediqué una mirada a mi acompañante quien ahora se encontraba dormido profundamente, el resto de la cinta me encargué de acariciar su cara, todos y cada uno de los pequeños detalles que lo conformaban iniciando por su cabello rizado y un poco enredado, pasando por su frente, luego bajar por sus mejillas y siguiendo mi recorrido al pasar por su nariz para finalmente descender a su boca y barbilla; este ciclo lo repetía una y otra vez hasta que yo también me quedé dormido.
EMILIO
Mi cuerpo suele reaccionar muy lento, ya era demasiado tarde y para mi sorpresa Joaquín aún no estaba despierto, supuse que se sentía demasiado cansado. Retiré mi brazo de su cintura a la que seguramente me había aferrado toda la noche y fui en busca de mi teléfono, ya eran casi 12:30 p.m, mi padre había enviado un mensaje citándonos a las 4:00 p.m para hablar de trabajo. Así que me adentré en la cocina intentando preparar algo que no tuviera tan mal sabor.
Al entrar mi madre estaba sentada en la barra tomando un licuado para irse al gimnasio, me acerqué besando su frente con suavidad.
-Que milagro que despiertas antes de la 1-Hizo una cara de sorprendida y yo reí.
-Es que Joaquín sigue dormido y cuando despierte seguro tendrá hambre-Me giré a la alacena en busca de algo para desayunar.
-Te traen bien amarrado, digo ¿Qué?-Volteé de nuevo y ella ignoro mi mirada tomando de su licuado.
-Puede que tengas razón-Elevé una ceja aunque sabia que no podía verme.
Pronto encontré algo que me pareció una buena opción, coloqué en la barra pan tostado, un frasco de nutella y un poco de leche. Me devolví a la sala y me paré justo frente a Joaquín, lo observaba dormir con tanta tranquilidad que sin darme cuenta solté un gran suspiro.
-¡Ey, enamorado! Me voy al gimnasio y luego pasaré a casa de Romina a cambiarme y comer con ella-Mi hermana era independiente hace un tiempo, pero aún se le extraña en casa.
Una vez que mi madre se marchó me senté a un lado de Joaquín.
-Despierta, bonito, arriba-Susurré cerca de su oído y coloque un pequeño beso en su mejilla.
-Mmm-Solo gruñó para taparse la cara con la cobija.
-Yo podría verte dormir todo el día y toda la noche, pero ya casi son 1:30 y no creo que quieras llegar tarde a nuestra cita de trabajo-Me alejé un poco de él por la reacción que se avecinaba.
-¡¿Cita de trabajo?! ¿Cuando? ¿A que hora?-Se sentó de golpe lanzando la cobija hacia mi dirección, ya me lo esperaba.
-Mi padre nos citó a las 4:00 p.m, así que creo que estás a tiempo de desayunar algo antes de bañarnos-Me levanté encaminándome hacia la cocina siendo seguido por él.
-Dime por favor que no vas a experimentar conmigo-Se tallaba los ojos mientras reía un poco.
-No, ya habrá tiempo para eso, hoy será más sencillo. Hay pan tostado con nutella y leche-Le extendí un plato con el contenido antes mencionado y él lo tomó sin dudar, luego le ofrecí un vaso con leche.
Hice un desayuno exactamente igual para mí y nos dedicamos a alimentarnos con calma entre bromas y un poco de redes sociales.

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