Manejo

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JOAQUÍN
Pronto fue hora de irnos a casa, al salir del lugar pude notar que los 3 chicos que me acompañaban ya estaban un poco enfiestados, no estaban ebrios del todo, aún tenían consciencia de sus actos.
-Bueno...¿Y quien va a manejar?-Habló Emilio al ver que todos permanecíamos fuera del auto esperando que alguien tomara el volante.
-Yo no, siempre que manejo algo se descompone-Apeló Textos quien se encontraba abrazando al amigo asiático.
-Yo tampoco, cuando ya estoy pasado de tragos no veo bien y con estos ojos mucho menos-Objetó Diego cerrando aún más sus ojos, si es que eso era posible. Lo cual nos hizo soltar la risa.
-¿Por qué me ven a mi?-Intervine después de unos segundos de silencio al darme cuenta de que la mirada de todos se encontraba sobre mi-Oh, no. Ni crean que manejaré yo-Me crucé de brazos levantando el mentón.
-Está bien, está bien... Yo lo haré. Que buenos amigos son, hombre.-Bufó Marcos para después abrir la puerta del coche.
Una vez que todos estuvimos dentro y avanzamos unas calles, Emilio comenzó a manejar un poco veloz, pero nadie lo había comentado, hasta que Textos hizo su aparición.
-Wey, vas muy rápido, quiero vomitar-Habló poniendo una mano en su boca. Pero Emilio hizo caso omiso.
-Emilio, vas muy rápi...-Diego intento llamar la atención de nuestro conductor, pero el grito de este lo interrumpió. 
-¡Si nos morimos me vale verga!-Soltó una carcajada y siguió acelerando, todos intentamos responder algo pero él nos calló diciendo "¡Nos vamos a matar, por culpa de Joaquín!" Lo cual hizo que los dos chicos que iban en la parte trasera del auto no supieran si reír junto con su amigo u entrar en pánico.
-¡Ahhhhhhh!-Gritamos las tres personas restantes al mirar el camino que recorríamos a gran velocidad, mientras Emilio solo podía estallar de risa.
Hasta que pisé el freno y el auto se detuvo de golpe.
-Okay, Okay, entendí la indirecta, yo manejo.-Salí del auto para dirigirme al asiento del piloto.-¿Feliz?-Le sonreí falsamente.
-Sí, ya me puedo dormir en paz-Abrochó su cinturón, se acomodó en el asiento y tomó mi mano derecha, la cual quedaba en la palanca de velocidades.
El recorrido se mantuvo así, música de todo tipo, los chicos de atrás haciendo coro y la mano de Emilio sobre la mía aún estando dormido. Después de un rato tuve que preguntar hacia donde nos dirigíamos, mi madre no dejaría que pasara una noche más fuera de casa, ella no se encontraba debido a un viaje de negocios, pero mi nana Rocío le avisaría si no llegaba a dormir.
-Oigan, ¿Hacia que casa debo de conducir?-Intenté bajar un poco el volumen de la música. Pero al mirar a mi alrededor me topé con la sorpresa de que Diego y yo éramos los únicos que permanecían despiertos dentro de aquel auto.
-A la de Emilio, ¿No?-Preguntó Valdés, quien se encontraba sosteniendo la cabeza de Emmanuel para que no se estrellara con el vidrio de la ventana.
-Bueno, entonces alguien más tendrá que conducir porque yo debo dormir en mi casa hoy-Miré rápidamente a Marcos quien aún seguía dormido y luego al asiático.
-¿Crees que haya problema si nos quedamos en tu casa?-Objetó-Yo tengo permiso de quedarme en casa de cualquiera de ustedes, Emmanuel no necesita permiso y seguro logras convencer a Niurka.
-Voy a llamar a mi casa-Detuve el auto en una esquina mientras intentaba sacar mi teléfono del pantalón con una sola mano, no quería que Emilio me soltara. Cuando por fin lo logré fue que hice la llamada.
-Bueno-Contestó Roció con un tono adormilado, me sentí mal después de saber que la había despertado.
-Hola Ros-Yo era la única persona que le podía poner apodos sin que quisiera dar sartenazos por todos lados.
-Mi Niño, ¿Estás bien? ¿Te pasó algo?-Me respondió con un tono de angustia, ella siempre se preocupaba por mi.
-Ey, una pregunta a la vez-Reí un poco-Todo está bien, solo te hablaba para preguntarte algo, ¿Te molesta si unos amigos se quedan a dormir en la casa?
-¿Cuantos son?-
-Son 3, te prometo que no haremos mucho escándalo-No sabía si podría cumplir con la promesa, estaba casi seguro de que no.
-Unas amigas de Renata están aquí también-
-Oh, nana por favor-Dulcifiqué mi tono.
-Esta bien, mi niño, pero yo ya me voy a dormir. Te amo-
-Te amo Ros, eres la mejor-Colgué mientras daba pequeños "saltitos" en mi lugar.
-¿Y bien?-Se acercó Diego a mí abrazando mi asiento-¿Si te dejó o vamos a tener que dormir en la calle?
-Idiota, si me dejaron. Ahora solo falta la mamá de Emilio, pero a ella le marcamos cuando ya estemos en la casa-Volví a introducir la llave en el auto y como nuestro destino ya era seguro, me relaje sintiéndome en concierto junto con mi amigo asiático.
Después de casi 30 minutos de música en vivo llegamos a las afueras de mi casa, así que me tuve que ver en la penosa necesidad de despertar a los dos chicos que restaban.
-Mailo... Ya llegamos-No obtuve respuesta alguna, así que seguí intentándolo-Emilio, arriba.
-Mmmm-Solo obtuve ese sonido de su parte y luego me jaló del brazo haciendo que quedara casi encima suyo-No te vayas, Joaco-Murmuró.
-¡Emilio, ¿Podrías hacer tus demostraciones de amor en otro momento?!-Diego alzó la voz haciendo que Emilio despertara de golpe.
-¿Qué? ¿En donde estamos?-Miró alrededor y cuando por fin se ubicó soltó un suspiro-Un momento, ¿Por qué nos trajiste aquí y no a mí casa?
-Tuve que hacer cambio de planes, en un momento hablo con tu mamá para que te deje dormir aquí-
-Cuidado con eso Bondoni, Niurka es algo dura de convencer si de planes improvisados se trata-Levantó las manos en señal de rendimiento.
-Chicos, no es por molestar, pero ¿Alguien me puede ayudar a despertar a esta bestia?-Valdés nos recordó su presencia y que aún sostenía a Textos.
-Claro, vine preparado para esto-Emilio abrió su guantera y de ella sacó una botella de agua, nadie sabía para que era hasta que vimos cómo la acercaba a la boca de Emmanuel la cual estaba entre abierta y aprovechando eso, dejó ir el contenido de la botella hacia la cavidad bucal de su amigo.
Aquel chico el cual fue víctima de la maldad de Marcos tosió tanto que su cara comenzaba a ponerse roja.
-Eres un idiota, wey. Casi me matas-Colocó una mano en su pecho y siguió tosiendo.
-Por Dios, no seas tan exagerado, solo fue un poco de agua-Respondió Emilio alzando los hombros.
-In pici di iguia-Contraatacó imitando las palabras del rizado-Sí idiota, fue agua que introdujiste en mi boca cuando yo estaba dormido, pude fallecer, ¿Lo sabías?. Por cierto, ¿Dónde estamos?
-En la casa de Joaco-Respondió Diego quien intentaba sacar su brazo por debajo de la cabeza de Emmanuel-Estas pesadito, eh.
-¿Qué te pasa? Claro que no, yo estoy en mi peso perfecto-Respondió Textos intentado parecer ofendido mientras Emilio y yo veíamos la pelea, la cual nos causaba un poco de risa.
-¿Vamos a entrar o qué?-Levanté los seguros para que pudieran abrir las puertas.
Cuando por fin tuve a los tres chicos en el ultimo escalón para dirigirnos a la entrada, metí la llave en la cerradura y abrí.
-Bienvenidos, también es su casa-Hice una señal para que pasaran.
-Haberlo dicho antes-Habló Emmanuel pasando campante-¿Y donde está la comida?-Su comentario hizo que todos soltáramos la risa.
-Ven acá idiota-Diego lo alcanzó jalándolo de la playera-Tienes que ser más educado, si no...
-Por fin llegas Joaquín-Mi hermana apareció bajando las escaleras para luego correr a abrazarme-Te extrañé tanto.
-Joder, que bonita-Escuché al asiático murmurar antes de que Emilio le diera un zape-¡Oye, grosero!

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