CINCO

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En verdad que lo agradecí.

Había dormido lo mejor posible esa noche. Incluso me levante de buenas, fui hasta los vestidores por mi uniforme y me vestí, me lave la cara y arregle mi cabello frente al espejo.

Al menos no había sucedido nada raro con el chico misterioso ni me habían tirado de la cama. No sabía si iba a durarme demásiado el gusto, pero el día de hoy me sentía bien.

Hice la lectura en clase de Español en voz alta. Me mantuve activo respondiendo las preguntas. En Mate, pasé un par de veces al frente.

Tengo buenas notas, por ese motivo me dieron la beca, así que debía de continuar con mis excelentes notas a pesar de lo que estaba comenzando a suceder, en todo caso, iba a hacer todo lo posible por mantener me alejado de todos esos asuntos. De verdad tenía que hacerlo, apenas terminaba mi semana aquí y estaba perdiendo las esperanzas de que esta experiencia sería muy buena.

—Es tu último día para trabajar, ¿Estás emocionado? —Me pregunto Samuel mientras picaba su pastel.

—No del todo, el trabajo de ayer fue en la intendencia, no fue tan complicado, al final fuimos por bocadillos —le dije. Mordí mi manzana y bebi el agua.

—¿Dónde vas a trabajar hoy?

—En la Huerta, creo, si mal no recuerdo —Trate de recordar los nombres de los empleos que Richard me había mencionado el primero día que llegué.

—Es un poco parecido a Jardinería, solo que ellos se enfocan más en su propio espacio, tal vez te agrade, no lo se.

Debía agradarme aunque sea a la fuerza, ya que ninguno terminaba convenciéndome del todo a excepción del de ayer, tenía sus cosas buenas. Aún así no me quedaba de otra más que estar preparado para el trabajo que​ me tocará. Por lo que entendí, los encargados debían elegirme a mi, lo que seria el día de mañana.

Me enfunde en mi uniforme laboral de cada día, fui por un bocadillo al comedor antes de marcharme a la oficina de Richard. Bebi mi agua de un trago y anduve hasta ella.
Antes de llegar, Richard salió de la oficina a toda prisa directamente a la salida.

— ¡Hey! —le grite desde lejos.

El se dio la vuelta y me echo un ojo.

—Olvidé que venías. Debo ir a hacer unas compras —me dijo.

—No hay problema, solo dime a donde debo ir —Restregué mis manos en mi pantalón sucio.

—De acuerdo, debes ir a la casa de la Huerta, allá —señaló la casita del otro lado, la que daba en dirección a la Arboleda—. Dile que te envío yo, es para nuevo ingreso. El encargado se llama Albish.

Asentí despacio.
—Te veo luego —Richard se dio la vuelta y siguió su camino hasta la salida.

Me encamine despacio hasta aquel sitio. Era la casita que había visto el primer día cuando estaba en los Jardines.
La casa era pequeña, de madera oscura. Delante estaban los sembradíos donde había de todo un poco. Hortalizas, algunas plantas y flores. Detrás, se levantaban los árboles de la Arboleda.

Camine por la acera de concreto y me acerque a la puerta entre abierta. Eche un ojo dentro algo nervioso y toque con el nudillo la puerta.

Mientras inspeccionaba dentro, vi a un chico de cabello oscuro dejar una caja de plástico en el suelo. Se volvió hacia mi y me observo un momento, luego, recorrí con la mirada por el interior del lugar, detrás de una mesa vi a ese chico de las regaderas, rubio y algo mayor. Sus ojos me recorrieron y yo me estremecí al verlo, su expresión cambió de inmediato y se volvió hostil. Dejó caer un bolso que tenía en las manos.

EL CHICO MISTERIOSO© #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora