CATORCE

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No podía resistirme a pensar en Albish.

En definitiva, después de lo que hice esta noche no dejaba de hacerme a la idea sobre lo que eran sus pesadillas. Cuando me pidió que me quedara con el, al menos hasta que se durmiera.

No me había parecido en lo absoluto desagradable estar pegado a él. Esa situación no se si era mala o bueno, pero me hacía sonreír de manera extraña al recordar su calor y su piel pegada a la mía.

Me era muy difícil admitir que me había agrado mucho estar así.

Estaba quedándome dormido en el sofá, tenía mis piernas flexionadas al pecho y la cabeza hacia atrás en una de las almohadas. No preste mucha atención a la película.
Luego de de unas horas de estar por ahí con los chicos, me aleje al patio.

Comenzaba el crepúsculo y las nubes se pintaban de púrpura y naranaja. Las lámparas del patio estaban encendidas.

Tenía el deseo enorme de ir a buscarlo, quería preguntarle que era lo que sucedía realmente con el, las pesadillas y esa forma tan extraña de actuar, de seguirme a todas partes y luego alejarse tan repentinamente, no sabía si era por mi o algo sucedía más allá, se qué algo hacía que fuera así, pero, quería averiguar por qué.

No podía dejar de pensar en él, quería más de él.
En la cena, cuando mi mente parecía tener diarrea, no pude más. Salí del comedor antes que el resto de los chicos.

Salí al patio y la luz de la luna era brillante, entré el césped que la luz tocaba, vi su figura.

No lo dude y me encamine hasta su posición. Cuando me iba acercando se volvió para verme, bajo la mirada al suelo y se estremeció.

Había dicho que no iba a presionarlo, pero necesitaba respuestas por que yo estaba empezando a enloquecer, lo malo era que mi cabeza se la pasaba pensando una y otra vez, imaginando demasiadas situaciones.

También estaba consciente de que si lo presionaba iba a salir huyendo de mi, y se iba a marchar y no me volvería a hablar durante no se cuanto tiempo. No me importaba.
Me senté sobre el césped a su lado. Dejé mis manos sobre mis piernas y miré al frente del patio.

—Habría querido esperar o alejarme definitivamente de todo esto —comencé a decir. Lo miré por el rabillo del ojo y se mantenía quieto—. En definitiva, no puedo alejarme, en primera, por que parece que cada vez que volteo tu estas ahí, cada vez que camino, tú vienes conmigo, cada vez que duermo, tu estas ahí durmiendo también. En segunda, por que parece que cada vez que ocurre algo extraño, tu estas ahí, y yo estoy demasiado cerca para verlo —Comencé a pensar que estaba siendo demasiado dramático con la situación, pero, no sabía como abordar el tema sin parecer paranoico o inapropiado, creo ya lo era—. Necesito saber que sucede contigo realmente.

Se volvió un poco y su ojos me analizaron un poco, se arrugó entre cejas con el ceño fruncido. Sus labios eran una línea delgada. Estaba preparado para lo que sea que fuera a suceder.

Apoyo su mano derecha en el suelo, pero demasiado cerca de la mía, su piel tocó el dorso de mi mano y me estremecí por el calor que había en ella.

Sus ojos no dejaba de mirarme, parecía que necesitaba encontrar una respuesta en mis ojos, su expresión reflejaba demasiado, pero no sabía con qué intensidad lo estaba.

— ¿Te parezco extraño? —la voz brotó baja, aunque estaba cerca de él.

¡Claro qué me parece extraño! Y demasiado misterioso, pero eso era por lo que no podía dejar de pensar en él, era lo que me atraía a él, quería saber más, por que cada vez que lo veía, pasaba algo extraño, cada vez que hablamos era lo mismo, pero, no era correcto decirle que si, aunque una vez se lo dije.

EL CHICO MISTERIOSO© #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora