DIECISÉIS

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Sus ojos me observaron otra vez, y quería saborear sus labios que estaban frente a mí. Sus manos se movían sobre las mías con el suave y cálido toque de su piel.

Había estado soñando el fin de semana o con todo eso, se repetían las imágenes por mi cabeza una y otra vez, al despertar, se empezaban a esfumar despacio mientras el tiempo avanzaba.

No había tratado de evadirlo, no lo iba a hacer nunca más, estaba seguro de que era una estupidez huir de lo que sentía, y se que estaba ahí moviéndose por mi estómago deseando tanto verlo otra vez.

Buscaba en mi cabeza el momento en que todo esto ocurrió, y solo recordaba cosas concretas como el primer día que lo vi en las regaderas. El día que lo encontré debajo del chorro de agua, y luego sus apariciones extrañas en el dormitorio; despertarlo durante la pesadilla y que se volviera loco, pero mientras pasaban los días yo me preguntaba más sobre el, quería saber que le sucedía exactamente.

Salte de la cama y me encontré con sus ronquidos bajos, estaba dormido con su brazo como almohada, el cabello despeinado.

Agite un poco su hombro y se movió despacio, abrió los ojos y me miró, sonrió.

—He de admitir que no quería que me despertarás —dijo en voz muy baja.

—A la próxima no lo haré —Fruncí el ceño.

—Yo espero que sigas haciéndolo —se incorporo despacio, se saco la sabana y dejo ver su cuerpo.

Recorrí con la mirada su pecho delineado, sus pezones, el vello rubio sobre su piel. Me estremecí y me encamine al pasillo. Después de vestirme fui por mi mochila y me encamine lejos del dormitorio hacia las escaleras.

En el almuerzo. Después de haberme formado en la barra lo ubique cerca de la entrada, estaba recargado en uno de los muros. Ben, estaba delante de él. Albish lo miraba con desden, tenía los brazos cruzados en su pecho. Tomé mi charola y me moví sin quitar mis ojos de ambos. ¿De que estarán hablando?

— ¿Estás emocionado? —Samuel me preguntó al sentarme junto a él.

Lo miré pensando en por qué debía estar emocionado.

Me encogí de hombros y negué con la cabeza.

— ¡La Cosecha! —grito.

—No, es decir, es trabajo, más del que tengo normalmente en la Huerta, ¿por qué debo estar emocionado?

—Pues por que vamos a irnos a casa más pronto, ya extraño mi casa —Asentí, mirando a Albish.

—Tal vez eso es lo único bueno.

Me marche a la Huerta luego de haber comido un par de sándwiches de queso fundido. Mientras me acercaba a la casita, visualice a los chicos. Samuel estaba sentado en la acera, Zarth aún lado de Kyle, más alejados de la casa.
Mike apareció a mi lado.

— ¿Qué tal estas? ¿Ya estas listo? —me empujó con el codo y yo sonreí.

—Si señor —deje salir.

Albish salio de la casita y nos miró a todos de una pasada, y luego posó su mirada en mi un momento mientras me acercaba.

—Creo que ya todos sabemos por qué estamos aquí —Bajo la mirada y se limpio las manos en el pantalón—. Vamos a empezar con las labores de la Cosecha.

La verdad era que antes me parecía mucho más extraño que ahora.

—Vamos a separarnos. Jason y Mike quédense aquí en la Huerta, Samuel, tu quédate en la casa y comienza a limpiar todo lo que te traigan... —Echo una mirada al resto—. Kyle y Zarth, al lado izquierdo de la Arboleda y Jonathan —Sus ojos recorrieron mi rostro—. Tu te iras conmigo. En la casa encontrarán todo lo que necesiten para empezar a trabajar.

EL CHICO MISTERIOSO© #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora