VEINTIUNO

613 45 2
                                    

El miércoles nos dieron tiempo de sobra entre clases para poder hacer nuestros proyectos finales atrasados, por supuesto.

Me planteé en un sitio en la biblioteca, en la orilla para ser exacto. Busque un par de libros de historia con el tema en sí para hacer mi ensayo.

Las cosas eran normales, todo el estrés se sentía en el ambiente, pero era normal en la última semana de clases.
Albish se acercó a mí en silencio y se sentó a mí lado. Lo miré un poco mientras escribía en mis hojas blancas, pero el se dedico a hacer sus cosas.

— ¿Que estas haciendo? —pregunte en silencio.

—Mi tarea de Biología —musitó en voz baja—. ¿Y tú?

—Mi ensayo de Historia —le echo una mirada a las hojas que tenía regadas por todas partes.

—Jonathan Septién —Leyó mi nombre de la hoja principal.

Se volvió hacia su cuaderno sin más y la tensión se volvió evidente de pronto. Pasó un momento largo en el que ninguno dijo nada. Recordé los momentos en lo que la conversación se malograda de un segundo para el otro y se alejaba de mí sin decir nada más, lo que era diferente, era que no se había alejado.

Me mordí mi labio inferior y me volví a él.

— ¿Que ocurre? —le dije. Estire mi brazo hacia el y lo atraje un poco a mi para tenerlo de frente.

Me analizo la mirada, vaciló un poco.

—Necesito que seas honesto conmigo —rogué—. Quiero que me cuentes todo lo que ocurre para poder entenderte.

—Me recordaste algo, eso es todo...

Suspiro. Se volvió a de nuevo a la libreta y se puso a seguir escribiendo.

—Albish —me irrite un poco. Pensaba en que no había querido decirme nada sobre el asunto que iba a hacer en el sitio al que nos invito al salir de clases, y ahora, ¿que sucedía?

—Es una conversación muy complicada, lo suficiente como para que quieras salir corriendo de mi —La mirada que me dio reflejaba un frustración.

De nuevo estábamos pasando por esto. Apenas había pasado una semana desde que los dos nos confesamos respecto a lo que sentíamos y se que estábamos saliendo más que como amigos, pero el seguía pensando que pese a lo que el me contará sobre su vida yo iba a salir huyendo de él.

No dije nada más y solo me puse a terminar mi ensayo lo más rápido que pude.

Paso una media hora desde que había llegado a la biblioteca, y cuando terminé, llevé los libros de regreso a su sitio, levante mis cosas y espere un momento para ver que me decía.

— ¿Estas molesto? —pregunto sin verme.

—No —mentí—. Ya terminé mi ensayo, iré al comedor, ¿Quieres venir?

Tomo la libreta de la mesa y se levanto encaminadose hacia mi. Paso un momento en silencio mientras nos movíamos hacia las escaleras por el pasillo.

—Un hombre, Septién, era su apellido... El fue responsable del incendio que mato a mis padres —me soltó de pronto antes de llegar al comedor.

Nos detuvimos un momento. Analice su expresión, el dolor se reflejaba en sus ojos. Era obvio que le dolía hablar de ese tema. Me sentí muy mal por presionarlo de esa manera.

Bajo la mirada despacio al suelo. Lo tomé de la mano y lo arrastre conmigo en dirección al jardín. El sendero de concreto descendía unos metros hacia la bodega de los Jardines. Fuimos hacia el sitio más alejado entre los árboles. Me detuve y me volví a verlo, se quedó quieto mirándome, analizando mi expresión.

EL CHICO MISTERIOSO© #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora