El color del amor (LGBT) *Completa*

El día después

El día después

En cuando André vio a los policías corriendo hacia Sergi descendió el puente a la máxima velocidad posible, Lia, inmóvil tuvo que ser ayudada por Luis para continuar tras André. Una vez llegaron abajo un policía les paró y comenzó a hacerles preguntas que, tras la impactante imagen, solo Luis fue capaz de responder. Mientras tanto sonaban los gritos de la madre de Sergi, traumatizada, nadie podría encontrar en ella a la misma persona que regaña ha su hijo por haber perdido a André. Buscaba culpables de lo que su hijo era incapaz de hacer:

-¡Hijos de puta!¡Lo habéis matado vosotros!¡Os vais a pudrir en la cárcel!

Y entre el caos un último grito, el del policía que llegó el primero a atenderlo:

-¡Respira!¡Está vivo!

Porque como la vida está llena de casualidades también fue casualidad que Sergi respirara.

10 minutos después, tras preguntas que en esos momentos no tenían respuesta, la ambulancia llegó. Por mucho que respirara sus amigos contemplaron la camilla entrando en la ambulancia y Sergi no se movía. Por mucho que intentaron acercarse los policías no les dejó.

-¡No os acerquéis a mi hijo, ya le habéis hecho bastante!- Gritaba su madre, ella, a lo único a lo que podía agarrarse era a que ellos tres habían matado a su Sergi, y así lo creyó hasta que se demostró lo contrario.

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Cuando todos desaparecieron, André, Lia y Luis se quedaron solos. Lia llamó a sus padres para que la pasaran a buscar y Luis se vio obligado a explicarles todo lo que había pasado. Cuando ella se marchó, los otros dos se quedaron solos. André llamó a sus padres y les contó todo lo que había pasado, excluyendo a Luis y creando una historia con bastantes errores. Cuando colgó el teléfono André se quedó en silencio.

-No puedes dormir solo en tu casa, te vienes conmigo.

-No hace falta Luis, en serio.

-Claro que hace falta.

Luis y André durmieron en su pequeño apartamento, Luis le abrazaba a cada pesadilla que André tenía, a cada palabra que se le escapaba en sueños, a cada aumento en su velocidad de respiración. Sabía que a partir de ese día los dos iban a sufrir una auténtica pesadilla.

Cuando André se despertó Luis ya había preparado el desayuno.

-He llamado al hospital, Sergi está en observación pero no me han podido decir más.- El teléfono de André volvió a sonar, le había cogido miedo a las llamadas de su móvil, nunca traían buenas noticias.

-¿André? Soy Luís el hermano de Sergi. Se que mi madre no quiere hablar con vosotros por eso os llamo.

-¿Está bien?- Dijo André preocupado.

-Sergi está en coma.- La voz de su hermano se quebró y así mismo lo hizo la respiración de André.- Tiene un par de huesos rotos pero los médicos dicen que el mayor problema es conseguir que despierte. Se que vosotros no fuisteis pero mamá cree que sí, acaba de ir a comisaría a poner una denuncia.

-¡¿Qué?!

-Le dije que no lo hiciera pero no me ha hecho caso. Lo siento.

-No… No pasa nada, no es tu culpa.

-Supongo que quieres verle, Mamá se marcha cada poco y me deja a mi al cargo de vigilarle, si quieres te llamo cuando se vaya a ir bastante tiempo y así puedes verle.

-Sí, sí, gracias. Muchísimas gracias, no se como agradecértelo.

-Cuelgo, ya ha vuelto.- Y el hermano de Sergi colgó el teléfono.

-¡Joder!- Grito André desesperado, miro a Luis.- Sergi está en coma, no saben cuando va a despertar. Su madre nos ha ido a poner una denuncia esta mañana, cree que nosotros tiramos a Sergi por el puente.

-¡Qué! ¿No entiende cómo Sergi ha podido hacerlo y nos echa la culpa?

-Sergi no se tiro por ese puente, al menos no queriendo.

-André, se intentó suicidar, está claro. Entiendo que estés dolido pero no puedes negar lo evidente.

-Luis, tu no conoces a Sergi como yo lo hago, jamás sería capaz de hacerle eso a su madre y a su hermano.

-Pues no lo sabremos hasta que despierte.- “esperemos que desperté” se calló para sí.-André, tranquilízate, no nos van a llevar a juicio, no tienen pruebas necesarias y no tentemos antecedentes.- André hizo un gesto.- ¿Tienes antecedentes?

-Sí, en Francia.- André se había metido en una pelea que acabó bastante mal hacía años, todo llegó a la policía y como él había sido el principal agresor, quedó marcado en su expediente. Si André tenía antecedentes, era prácticamente seguro, que fueran a juicio.

-Mierda.

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Sus padres habían insistido a André para que no fuera ese Lunes al instituto. Pero él quería ir, aunque se arrepintió de ello. El patio estaba vacío sin Sergi, a primera hora su tutor, Luis, les comunicó que su compañero estaba en coma y todos en shock menos él, que ya lo estaba desde la noche del sábado.

Para dar esa noticia Luis tuvo primero que hablar con la dirección del centro, no dijo porqué estaba con André en su casa y por supuesto no contó la verdad, se jugaba su trabajo. Solo rezaba porque Sergi se despertara antes del juicio, sabía que en su trabajo podía mentir, pero en un juzgado era delito hacerlo.

Todo el mundo le preguntaba a André como estaba, le miraban con pena, incluso en ocasiones le miraban con miedo y eso hacía sentir aún peor. No habló con nadie aunque muchos intentaron hablar con él, no quería, se sentía culpable aunque no tenía porqué, era una bola de sentimientos a punto de explotar.

Cuando André salió de clase vio que tenía una llamada perdida del hermano de Sergi. Cuando le llamó este le explicó que su madre no estaría durante las mañanas en el hospital. Por eso André guiado por remordimientos y por culpabilidad faltó al instituto todos los días que quedaban de curso hasta el juicio. Les dijo a sus padres que no se sentía con las fuerzas suficientes como para volver allí aunque en realidad solo quería hablarle a Sergi hasta que despertara. Luis fue el amante y amigo más comprensivo que pudo tener, y acepto que André pasara las tardes en su apartamento, viendo series, atiborrándose a palomitas o haciendo lo que a André más le apeteciera hacer.

Por otra parte Lia dejó de ser humana, encerró sus sentimientos finalmente en un cajón y comenzó a actuar como un robot. Tenía amigos, logró hacer más de los que se imaginaba, pero por dentro se forzó a no cogerles cariño, a establecer sus relaciones sociales como una mera forma de supervivencia.

El resto de grupo de amigos, Mar, Julia, Saray, Naiara, Jimena... tomaron conciencia de que todo había cambiado, comprendieron que sin André, Lia y Sergi todo era más aburrido y distinto. La Revoltosa ya no tenía sentido sin ellos, ni el Indian, ni salir a tomar cervezas. Todo se acabó y se rompió en mil pedazos.