El color del amor (LGBT) *Completa*

El error

El error

Sergi se despertó a las 4 de la mañana y vio a André durmiendo frente a él. Al principio le dio rabia hasta que comprendió lo que eso significaba. Por mucho que no quisiera que la gente perdiera tiempo con él en el hospital, y menos André, apreciaba que éste estuviera ahí, con él. 

Había llegado ahí cuando él ya estaba dormido, una pena, con las ganas tan enormes que tenía de hablar con él. Se quedó con los ojos entreabiertos mirándole dormir, con su pelo rizado sobre la mesita de la cama y una sudadera rosa de nike que él mismo le había regalado. 

Le entraron unas ganas tremendas de besarle, por muy dormido que estuviese, por muy poco consciente de ello que fuese. ¿Lo debía hacer?¿Pasaría algo?¿Qué más daría? 

El cerebro de Sergi le amenazaba con volver a desconectarse si hacia esa locura, pero no se podía resistir a André, lo había intentado y siempre, siempre recaía. Por que el uno para el otro Sergi y André, siempre, seguirán siendo como una droga.

Se acercó poco a poco a él, muy muy lentamente, sin hacer ruido, tuvo que sentarse en el borde de la cama para llegar. Le besó y André, que siempre había sido lobo feroz pasó a ser bella durmiente que se despertó con el beso del príncipe.

Sergi sabía que lo que hacía estaba mal, se arrepintió en cuanto entró en contacto con André y su cerebro dijo inmediatamente “Te lo dije”. Pensó en Luis y se sintió rastrero, arrancándole a André de los brazos cuando él estaba indefenso. La última vez que había besado a alguien había sido a Lia, que ni siquiera había ido a verle después de que hubiera despertado. Nadie sabia donde estaba, había desaparecido y quizás no la volverían a ver.

Cuando André tomó conciencia de lo que pasaba reaccionó como un recién despertado que aunque se entera de lo que le rodea no es consciente de la repercusión de sus actos.

Sergi vió que sus ojos se habrian y se separó inmediatamente. 

-Perdón, lo siento, ha sido un error, olvidalo.- Y trás decirlo rezó porque André se volviera a dormir y a la mañana siguiente nadie se acordara de ello.

-La última vez Sergi, demonos una última vez.- Volvió a acercarse y le beso, no se quedó en un beso, pero todo lo que pasó en esa habitación de hospital, siempre se quedará con ellos.

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Lia estaba en la autopista, veía el sol salir tras las montañas de la sierra de León, justo después de salir con sus padres.  Se mudaba con sus padres a Madrid, “una nueva vida” decían, pero cómo iba a crear una nueva vida si tenía pesadillas sobre su pasado.

Sus padres habían comprado un piso a las afueras dos días después de que el juicio se cancelara, su sueño era vivir allí, pero no de esa manera, no atormentada.

Como decisión final, única y desesperada decidió llamar.

-¿Lia?

-Julia. Julia escuchame, estoy de camino a Madrid.- Comenzó a llorar, no recordaba ya lo mal que sentaba tener sentimientos.

-¿Qué dices Lia?¿Por qué me llamas?- Julia no entendia por que tan gratuitamente, por qué a las siete de la mañana, despertándola.

-Me mudo a Madrid. Solo llamo para decir que lo siento. Siento lo que te he hecho a ti, lo que les he hecho a todas las demás. Lo que le he hecho a André. Lo que le he hecho a Sergi, sobre todo lo que le he hecho a Sergi. Siento haber desaparecido, aparecido y jodido. Siento haber destruido parejas, siento no haber llorado, siento no haber ido a verle después del accidente. Siento no haberme despedido de nadie, ni siquiera de ti. Siento lo que os he hecho a todos, tanto daño. No volverás a oír hablar de mí, os lo debo, es lo único que puedo hacer para compensarlo. Díselo a todos por favor.- Y sin dejar contestar a Julia colgó. 

Lloro el resto de camino hasta Madrid, con sus padres callados escuchando la radio y ella con los cascos puestos escuchando a Michael Jackson.

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Cuando se despertaron a las 8:00 como hacían todas las mañanas las enfermeras André se encontraba dormido de nuevo sobre la mesita, y Sergi frente a él en la cama. Por un momento André se asustó, ¿Había sido todo un sueño o había sido real?¿Cómo lo sabría? 

No podía preguntarle a Sergi, entonces se fijó en que su cinturón estaba en el suelo junto a la mesita, y ese mínimo detalle le hizo comprender que no había sido un sueño.  Se sintió aún peor. Lo recogió con disimulo para que las enfermeras no lo vieran y fue al baño a ponérselo mientras ellas despertaban a Sergi. 

¿Cómo podía haber hecho eso, cómo podía haberle hecho eso a Luis? Recordó todo viendo el cinturón, recordaba el beso y el resto de la noche. Pero no recordaba quien había iniciado el efecto dominó de después, quien había pedido ir más allá. Al haberlo dicho justo al despertarse, aun adormilado, André borró de su cabeza el recuerdo de haberle pedido a Sergi que continuará. Se acercó a su compañero y espero a que las enfermeras salieran.

-Fue un error.- Dijo Sergi, adelantándose.

-Lo fue.

-Es mejor que te marches, todo está bien ¿Vale? Pero tu lugar ahora es con Luis, no conmigo, yo ya perdi mi oportunidad. 

-Lo siento, siento que pasara. Siento haber creado ideas equivocadas. Pero ahora…

-Ahora estas con Luis y le quieres. André si no puedes estar conmigo estoy seguro de que el es él mejor con el que puedes estar. No te preocupes por mí.- Ese “Si no puedes estar conmigo” retumbó en la cabeza de André.

André caminó hacia la puerta de la habitación, dando la conversación y todo ese error por terminado. Pero necesitaba resolver una última duda que le mataba por dentro. 

-Sergi.

-Dime.

-¿Quien inicio todo lo que pasó anoche?¿Quien fue el que quiso continuar?

-¿No te acuerdas?

-No.

Sergi tomó una decisión importante esa mañana, una que después de mucho tiempo pensaba en los demás y no solo en él. Si André no se acordaba, lo mejor era que no supiera la verdad. Sabía que si se lo decía sería incapaz de continuar hacia delante con Luis y su vida, sería incapaz de ser feliz sabiéndolo. Sergi mintió esa mañana y nadie nunca jamás supo la verdad, fue una de esas mentiras que aunque lo sean hacen el bien, buscan un futuro mejor para el destinatario.

-Fui yo, tu te apartaste y yo te pedí una última vez.- Dijo Sergi, convencido.- Tú estabas medio dormido, lo siento, prácticamente me aproveche de tí y me doy asco por ello.- Se le daba muy bien mentir. Miró directamente a André.- No te sientas mal por ello André, la culpa es mía.

André salió de la habitación. Se sentía culpable, pero le tranquilizaba que hubiera sido Sergi el que había querido. No sabía si decírselo a Luis o no, suponía que debía y a la vez sabía que era mejor no hacerlo. Debía disculparse por la discusión, pero disculparse por haberse acostado nuevamente con Sergi era quizás demasiado.