La dejadez

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La dejadez

-Llevó mucho tiempo intentando dártelo pero nunca encontraba el momento, ya veo que he llegado tarde, cójelos si quieres, vete con quien quieras, ya da igual.

André estaba devastado, aún no se creía lo que veía, aún no se creía lo que le estaba pasando. Luis preparando todo eso y él se lo devolvía acostándose con Sergi, se sentía sucio y rastrero. Simplemente quería volver el tiempo atrás a su llegada a Gijón y hacerlo todo bien, nunca ver a Sergio como algo más, nunca más cometer el error de iniciar esa relación, por mucho que le quisiera.

-No, no, no, Luis escúchame.- Le colocó ambas manos en los extremos de su cabeza y le obligó a mirarle.- Luis por favor, yo quiero ir contigo, te lo juro, yo quiero ir contigo.- Luis volvió a mirar hacia otro lado.

-¿Cuando pasó?

-El día que discutimos.- André seguía llorando intermitentemente desde que se le había rodó la taza.- Yo solo iba para hacerle compañía, te lo prometo, pero el me beso cuando yo estaba dormido, no estaba completamente despierto, casi no sabía lo que estaba pasando Luis.- Claro que lo sabía, esa noche André sabía perfectamente lo que pasaba, pero en esa situación, era incapaz de reconocerlo.

-André ¿Todo lo que me dices es verdad?

-Si, te lo juro. Luis te lo juro.- Estaba increíblemente nervioso… y desesperado.- Luis mírame por favor, en serio, te lo prometo. Por Dios perdóname, olvidemos esto. Vayámonos a Roma, tú y yo solos. Por favor.

Como se temía, Luis fue incapaz de no perdonarle.

Ambos decidieron que lo mejor era hacer como si nada hubiera pasado. André salió por la puerta del apartamento sabiendo que cuando entrara esa misma tarde para que Luis le explicara el plan del viaje harían como si nada hubiera pasado.

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Tenían el vuelo en una semana. Madrid-Roma, así que viajarían en Alsa en la capital y en el aeropuerto cogerían un vuelo directo hasta Italia. Una semana en Roma para recorrerse la ciudad entera, más bien para que André la recordara. Se quedaban en un hotel en una de sus céntricas callejuelas y Luis ya había reservado en restaurantes por toda la ciudad para ir a cenar a uno distinto cada dia. Todo era completa y absolutamente perfecto.

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“André por favor, tienes que hablar con Sergi, es muy importante.””André responde en serio, necesito que vayas a hablar con él.””André se que me estás leyendo, Sergi no se merece esto, por favor, no puedes hacer como si nada ha pasado”

Julia llevaba escribiéndole toda la semana, no se podía dar por vencida, no podía permitir que dos personas que se querían tanto como ellos dos acabaran con las personas equivocadas.

“Julia, para. No voy a ir a verle, no quiero abrir una herida que ya esta cicatrizando. Me voy a Roma mañana. Segi ya ha salido del hospital y le he escrito para preguntarle qué tal estaba, me ha dicho que muy bien, que feliz de estar recuperado, la conversación ha terminado allí. Verle en persona es innecesario y supongo que muy doloroso para el. Lo siento pero esa historia ya a terminado, ya no quedan más capítulos que escribir en esta historia” (Mentira).

Julia no se lo podía creer, como André se había autoconvencido de esa manera, era surrealista. Los dos se querían y no era capaz de entender como André realmente creía que todo estaba bien, que era feliz con Sergi. Sintió por dentro que tenía que hacer algo, algo para cambiarlo.

-Dígame.

-Sergi estas en tu casa.

-Sí señorita.

-Voy para allí tengo que hablar contigo.

-¿Para?

-Llego en 5 minutos, te lo explicaré todo.

Cuando llegó a la casa de Sergi su madre le abrió con una sonrisa, Sergi estaba viendo Cómo conocí a vuestra madre tumbado en el sofá. 

-Bueno os dejo hablar de vuestras cosas.- Dijo la madre de Sergi que se fué a su habitación.

Cuando se quedaron solos Julia se quedó mirando a Sergi, de pie, esperando que este apagara la tele, estaba en pijama y eran las 6 de la tarde, tenía el pelo completamente despeinado. Sergi miró para ella y resignado apago la TV.

-Dime, que quieres.

-En primer lugar me encantaría que te ducharas, te vistieras y mantuvieras un mínimo de sanidad en tu cuerpo.

-Pero que dices, si estoy perfectamente.- No estaba perfectamente, llevaba esperando a que André pícara a la puerta 5 días enteros y mientras esperaba, no le apetecía hacer nada más.

-Tienes que ir a ver a André.

-Ya te he dicho que no.

-Sergi tienes que ir.

-¡Qué no!

-Mañana se va a Roma con Luis, y sabes quién debería coger ese vuelo: Tú. Así que levanta tu puto culo del sofá, dúchate, vístete, peinate y vete a casa del jodido André a decirle que fue el el que quiso seguir en tu jodida habitación de hospital.

-Déjame en paz Julia.

-¡Dios! Puede alguien por una vez en la vida hacerme santo caso.

-Julia: No-quiere-verme si quisiera, habría venido a despedirse.

-Sabes que, quédate en el sofá, sigue viendo Cómo conocí a vuestra madre, pásate una semana sin ducharse y un mes sin salir de casa. Pero que sepas, que estás cometiendo un grave error, así que si quieres irte a la mierda, vas por buen camino Sergi, por muy buen camino.- Julia abrió la puerta y salió dando un portazo.

Sergi encendió la tele y siguió viendo su serie favorita en la TV. Dos horas después apareció en el salón su madre.

-Levántate, dúchate y vístete.

-¿Qué dices mamá?

-Lo que oyes, Julia tiene toda la razon del mundo, como sigas así dentro de poco esta casa va a ser un pozo de mierda y no lo voy a permitir.

-Tú no lo entiendes.

-No, no te entiendo. Te obligo a que te levantes de ese sofá, ya. Quiero que salgas de casa de una santa vez, y no te confundas, no quiero que vayas a ver a André, pero quiero que rehagas de una vez tu santa vida, busca a otro chico de tu edad en algún bar y pásatelo bien.- Sergi hizo como que no la escuchaba. Ella se acercó a él, le pegó un fuerte tirón del brazo tirándolo del sofa. 

-¡Mamá!.- Entonces su madre apagó la tele. Probablemente Sergi pudo comprobar en ese momento la mirada más aterradora y amenazante que le habían dirigido en su vida.- Vale vale, ya voy.

El color del amor (LGBT) *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora