El último intento.
Segi salió de su casa de noche, hacia el Indian, con la intención de conocer a alguien, aunque fuera casi imposible. A cada paso que daba se convencía aún más que tenía que cambiar de trayectoria, tenía que ir a ver a André, una última oportunidad, arriesgar por última vez el poco orgullo que le quedaba. Sin embargo siguió hacia delante, hasta llegar a la puerta del Indian. Era incapaz de entrar, solo podía ver en su entrada su primer beso con André y se dio cuenta de que merecía la pena luchar una sola vez más.
Comenzó a caminar hacia la casa de André. Probablemente estaría ya dormido o no quería verle. Todo saldría mal, lo sabía, pero sí existía una mínima posibilidad de que algo saliera bien, tenía que intentarlo. Una de esas casualidades que les habían rodeado durante toda su historia. Uno de esos gritos del destino para que continuaran juntos.
Cuando llegó a la puerta, como siempre que llegaba a la puerta de André, dudo si llamar o no y como siempre hacía, llamó. Le abrió su padre, mala señal.
-¿Hola, está... está André?
-No... lo siento cariño.- La madre de André era probablemente la persona más amable con Sergi.- Se marchó más o menos hace una hora, viaja por la noche a Madrid para llegar allí de madrugada y coger el vuelo a Roma. Supongo que te lo habrá dicho.
-Si si, ya me lo había comentado, una pena... Bueno, muchas gracias de todas maneras.- (No, no se lo había comentado).
-Lo siento mucho cielo.- Se notaba realmente en sus ojos que lo sentía, que ella quería que su hijo estuviera con el que acababa de picar en la puerta.
-No pasa nada, buenas noches.
-Buenas noches.- La madre de André cerró la puerta con tristeza.
Resulta que el destino, exhausto de mandarles señales para que convencerlos y la vida, agotada de proporcionarles casualidades para mantenerles juntos, se cansaron.
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Luis arrancó su mercedes y se pusieron en marcha.
-Puedes dormir si quieres.
-Y dejarte 4 horas solo conduciendo hasta Madrid, ni de coña.
-Ay de verdad, que tozudo eres.
-Yo soy asiiii y aasi segireee, nunca cambiareee.- Comenzó a cantar André, a Luis le entró un ataque de risa.
-No te rías.
-Vaaale.
Continuaron hablando durante el camino. Una hora después el teléfono de André vibró en su bolsillo.
"Mamá: ¿Qué tal el viaje? Acaba de pasar Sergi por casa preguntando por ti, llámame cuando puedas para preguntarle qué quería. Un beso." Y mientras lo leía, la cicatriz en su corazón, se volvió a abrir por un extremo. Había ido hasta su casa a las 11 de la noche para verle y el no estaba ahí para recibirle.
-¿Pasa algo?- Preguntó Luis.
-No no, mi madre preguntando que tal el viaje.
"Yo: El viaje genial nos queda aún bastante por delante pero todo muy bien. Llamaré a Sergi mañana para para preguntarle, no te preocupes. Un beso." Pero por dentro sabía que no lo llamaría, que eso le haría demasiado daño y era lo último que quería durante ese viaje. Lo mejor era olvidarlo todo y centrarse en Roma y en Luis.
-Bueno entonces sígueme contando cosas sobre Roma.
-Que ya no me acuerdo de más... que era muy pequeño.
-Venga ya, no te creo.
-Bueno está bien... creo recordar que una vez visitando El Vaticano con el cole...
Durante todo el viaje estuvieron hablando sobre la infancia de André. Se dio cuenta de que no se acordaba de casi nada porque nunca, nadie, lo había hecho, menos Luis.
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Una vez intentado, una vez gastado su último ápice de orgullo, el Indian era su mejor opción. Así que con ánimos de derrota deshizo el camino que había seguido minutos antes hasta llegar a la cervecería. Esta vez no tuvo ningún recuerdo, o si lo tuvo, lo obligó a esfumarse. Entró cabizbajo, pidió una cerveza y se fue a una de las mesas que había al fondo del establecimiento. El lugar era bastante oscuro y allí, Sergi, quedaba en penumbra. Se sentía poderoso en ese lugar, los veía a todos, pero a él, solo lo vería quien se quisiera fijar y poca gente lo haría.
Solo había bebido una cerveza cuando vio a un posible candidato entrar por la puerta. Llegaba por unos amigos y por el exceso de chulería y testosterona, su amigo guapo con jersey de cisne tenía que ser el gay que compensara toda esa masculinidad.
Sergi no estaba acostumbrado a hacer eso, pero había aprendido que creyéndose que sabía hacerlo la mitad del trabajo estaba hecho. Espero a que el chico del cuello de cisne le mirara y una vez lo hizo solo aparto la sus ojos de el con cuidado y sonrió. Volvió a mirar y este también había sonreído. Era un truco que había escuchado a un viejo amigo y como le había dicho, nunca fallaba, si el otro sonreía, el trabajo estaba hecho.
Cinco minutos después y tras otras cuantas miradas decidió que era momento de ir a por otra cerveza. Se levantó y fue a la barra, justo al lado del chico, rozándose. Sergi estaba increíblemente nervioso, no lo podía negar, no había nacido para ligar, nunca le había salido bien hacerlo. Cuando el camarero le sirvió la cerveza comprendió que era el momento.
-Hola.- Le dijo tímidamente. El chico le miró de arriba a abajo.
-Hola.- Sonrió.
-Uy uy uy Álex, que tienes, una nueva amiguita, ¿Nos la presentas?- Álex, que así se llamaba se giró para que su amigo contestara.
-Cállate tío, no digas tonterías.- Como no, con la suerte de ese dia, Sergi se había fijado en el único gay en el armario de todo el bar. Pero no se podría dar por vencido, tenía que terminar bien la noche, se lo merecía después de todo.
-Diles a tus amigos en cinco minutos que te vas al baño, te espero afuera.- Le dijo en voz baja Sergi y en cuanto terminó salió a tomar su segunda cerveza fuera.
Fueron probablemente los cinco minutos más largos de su vida hasta que al fin, al minuto 8 el supuesto Álex salió. Era un chico de la altura de Segi aunque más delgado que él, tenía los ojos verdes y destacaban con su color de piel moreno. Tenía el pelo castaño oscuro un poco rizado y un barba de unos días.
-¿Por fin te han dejado en paz?- Preguntó Sergi mirando a través de la ventana a sus amigos.
-Sí, y menos mal, sin duda he encontrado mejor compañía.
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El color del amor (LGBT) *Completa*
RomanceLa historia de André y Sergi comienza el primer día de André en el instituto. El primer día en el que se ven. El primer día en el que Sergi se enamora a primera vista. Los dos son daltónicos, ven la vida del mismo color pero ¿Será esto suficiente pa...