La sorpresa

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La sorpresa.

-Julia puedo contarte algo, ¿Cómo en los viejos tiempos?- Antes de todo lo que había pasado con Lia Julia y Sergi eran prácticamente mejores amigos.

-Claro, ¿Qué pasa?

-André y yo nos besamos anoche, de hecho hicimos incluso más cosas que besarnos.- Julia simplemente se quedó en silencio porque no sabía que contestar así que Sergi se vió obligado a seguir hablando.- Le dije que olvidaría todo, el es mucho más feliz con Luis que conmigo.- Otro silencio.- Pero yo le sigo queriendo muchísimo y es algo que no puedo evitar. ¿Qué hago Julia?¿Qué cojones hago? Solo me queda quedarme callado en esta puta habitación como cuando estaba en coma y esperar a que mágicamente vuelva aunque nunca lo vaya a hacer.

-¿Quien besó a quien?

-Yo le besé primero, pero luego él quiso seguir cuando yo me aparté.

-Entonces qué problema hay, eso significa que el sigue enamorado también.

-El no se acuerda, no se acuerda de que fue el que quiso seguir y yo...

-¿Tú que?

-Le dije que había sido yo el que se lo había dicho.

-Eres imbécil.

-Ya lo se, pero ¿Que querías que hiciera?¿Volverle a arruinar la vida como llevo haciendo desde que me conoció?¿Volver con él para que la próxima vez que me caiga del puede le lleve conmigo?

-Volver para que la próxima vez que te caigas de un puente él esté ahí para salvarte.

-Da igual Julia, él es feliz con Luis, no voy a meterme por el medio, es lo que me toca y no puedo hacer nada para cambiarlo.

-A pesar de lo que ha pasado sigues siendo más bueno con el resto de las personas que contigo mismo Sergi, y no sabes el daño que eso te hace.

-Si lo sé, pero ya ha quedado más que claro, que cuando pienso en mí, ese daño, se lo hago a otras personas.

_____________

En cuanto salió del hospital André volvió a dirigirse al piso de Luis, decidido a contarle la verdad, o por lo menos a comprobar si verdaderamente había olvidado su primer error. Esta vez, cuando Luis le abrió la puerta le beso al verle y eso, le tranquilizó.

-¿Qué pasó con Lia?

-Se muda a Madrid y dejó a Julia de recadera para decirnos que lo sentía.

-Querrá empezar de nuevo.

-Su personalidad no cambiará.

-A veces las personas cambian André. Mírate a tí, eras un cretino prepotente cuando te conocí.

-No utilices palabras de señor mayor.

-¿Señor mayor?¿Como te através?- André comenzó a reírse.

-Luis tengo que contarte algo.-Vio la puerta del estudio de Luis abierta, nunca lo estaba así que fue corriendo a ojear.

Vio un cuadro a carboncillo en uno de los caballete, era el cuerpo de un chico desde la cadera hasta la mitad se su cara. Era él. Reconoció su mandíbula, su sonrisa, sus abdominales un poco definidos, sus pectorales.

Luis salió corriendo tras él para intentar cerrar la puerta antes de que André lo viera.

-¿Soy yo?

-Era una sorpresa.- Dijo Luis con desilusión.

-Es increíble.

-Aún no está terminado, pensaba terminarlo cuando...- Se quedó callado.

-¿Cuando que?

-No, antes tú, qué querías decirme.- En ese momento, feliz, con él, André no se sentía preparado para decírselo.- ¿Qué pasa André?

-Nada olvídalo.

-Vale, pero yo no responderé a tu pregunta.

-Me quedaré con la duda.- Y comenzaron a besarse, cuando le besaba André por fin lograba olvidar al resto, a Sergi y a todo lo que le rodeaba.

André ya les había dicho a sus padres que no dormiría en casa así que se quedó con Luis toda la noche y durmió (lo que pudo) en su apartamento. Cuando se despertó por la mañana fue a la cocina, Luis ya estaba desayunando mientras ojeaba las noticias en su tablet. Entró, saludó con un beso y sin pedir permiso (no lo necesitaba) comenzó a prepararse el desayuno.

Mientras se lo preparaba pesaba las mil y una maneras de contarle a Luis lo que le había pasado con Sergi. "Oye Luis" demasiado frío... "Cielo tengo que contarte" demasiado cariñoso... "Escúchame" demasiado directo.

-André, ¿Sabes qué? Abren una nueva exposición en el Vaticano de obras renacentistas nunca vistas la semana que viene?

-Aja...-Casi no le escuchaba pensando en lo que le esperaba.

-¿Por qué no vamos a verla?

-Qué... qué dices...-No entendía lo que Luis había intentado decirle. Al estar tan en las nubes al sacar la taza del microondas esta quemaba y se calló al suelo, se rompió y todo el líquido se deslizó sobre las baldosas.-¡Joder!.-A André le asustó más el grito de Ándré que el sonido de la taza rompiéndose. En cuanto vio lo que había pasado se levantó para ayudar a André (de nuevo siendo interrumpido antes de decir la gran noticia, de la que André no se había dado ni cuenta).- No no ya lo recojo yo.

André se sentía inútil, estúpido, frustrado y un auténtico imbécil por todo lo que estaba haciendo. Luis aun sabiendo lo que le había dicho su novio decidió recoger un par de trozos que le quedaban cerca de donde estaba.

-¡Que ya lo recojo yo joder!- Y entonces, sin lógica alguna, rompió a llorar y Luis, como acto reflejo, le abrazó, aún agachados ambos en el suelo.

-¿Pero qué pasa cariño?

-He hecho algo horrible.- Ninguno de los diálogos que había preparado mientras preparaba el desayuno empezaba así, con él llorando. Luis levanto a André del suelo mientras aún se abrazaban.- Yo no quería pero él me besó y yo me deje llevar, lo siento Luis lo siento. Soy imbécil y no me mereces, soy estúpido, soy estúpido.- André seguía llorando apollado sobre la encimera de la cocina, con Luis aún abrazándolo.

-¿Qué estás diciendo?

-Sergi.

En cuanto Luis escucho esa palabra se separó de André, no se lo podía creer, no se podía creer que aun habiendo confiado en él lo hubiera hecho. Pero sin embargo le miraba, ahí llorando por lo que había hecho y no se podía enfadar. Le notaba más arrepentido que nunca. Se engañaba a sí mismo si pensaba que realmente se podía separar de André en esos momentos, cuando mejor estaban.

Comenzó a verlo hasta normal, su ex pareja se había caído de un puente por lo que parecía su culpa cuando él aún, muy en el fondo, seguía queriéndolo. Era normal que una dejara persona en su situación extrema se llevar. Sí, definitivamente estaría dispuesto a perdonarle un beso, o lo que fuera si había sido algo más, cosa que ni siquiera quería preguntar. Pero estaba demasiado decepcionado en ese momento, demasiado helado ante lo que André le decía.

-¿Entonces con quién quieres irte a Roma, con el o conmigo?

-¿Qué estas diciendo? - Luis abrió el cajón a su derecha, André miró en su interior. Dos billetes de vuelo para ir a Roma.

El color del amor (LGBT) *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora