El día cero

122 15 4
                                    

El día cero

Se sentaban en una mesa a un par de metros de la barra, sonaba música de los 80' y Sergi y Jimena bailaban, de mala manera, en el pequeño espacio que tenían para ello. Esta vez ninguno de ellos estaban extremadamente borracho, contentos más bien. Saray y Naiara hablaban con André. Lia mantenía una conversación acalorada sobre cuál de los camareros merecía más la pena con Julia, sin embargo no le quitaba el ojo de encima a André, le tenían miedo.

-¿Eh chicos, os apetece jugar a La Botella, con chupitos?.- Dijo André, y todos, como las moscas a la miel, aceptaron. Ya tenía la aplicación en el móvil la encendió y comenzaron a jugar.

Todo iba bien, verdades comprometidas, retos interesantes, todos se reían, alguno que otro bebía. Julia y Lia fueron especialmente crueles con Sergi, sabían que había preguntas que no respondería y por ello, como siempre, al pobre le tocó beber más que a los demás.

-André te toca, ¿verdad o reto?
-Reto
-..... Besa a alguien de la mesa .....- Se leyó en su iPhone X.
-Uuuuuuuuu.- Dijeron todos a coro. En realidad esa pregunta ya había salido unas 5 veces más, pero el hecho de que le tocará al nuevo y este tuviera que escoger, les daba morbo.

André se levantó y bajo la atenta mirada de todos en la mesa y algún que otro chico en la barra que prestaba atención a lo que pasaba, miró a Lia.

Ella le miró, le decía con las pupilas que de una vez besara a Sergi y por un momento pareció que le hacía caso. André miró entonces a Sergi, se giro, y contra toda pronóstico le dio un corto beso a Lia.

Todos en la mesa se quedaron anonadados, si hubieran apostado por ello todos se habrían arruinado apostando por Sergi. Lia, le miró con gesto severo, enfadada, mentiría si dijera que no le había gustado, pero su amistad con Sergi ahora era más importante. Nadie entendía por qué, pero esta vez, tras el beso, no hubo risas, ni aplausos, ni mucho menos coros.

Sergi se encontraba confuso. Por un momento lo había visto claro, había visto a André besándole, se sentía estúpido por haberlo hecho. Ahora solo sentía celos, celos de Lia, que últimamente no hacía más que joderle psicológicamente, y cabreado, con André, porque le miró antes de hacerlo, como si lo supiera, como si se sintiera con el poder de vacilarle, de hacerle daño. Lo peor, lo tenía, tenía más poder que ninguna otra persona en ese momento. Eso le ponía, no sería sincero si no lo asumiera, le volvía loco, pero en ese momento, en ese momento le había puesto furioso.

-Bueno chicos yo tengo que irme ya, tengo que llegar a casa pronto.- Sonó a disculpa, y lo era, aún quedaba una hora para que su padre volviera del bar. Su cara era un poema, él tampoco se había reído, al contrario, probablemente en ese momento era el que tenía la cara más seria, más aún que Lia.- Adiós.

Se levantó y sin decir más se marchó.

-Como no vayas a disculparte ahora mismo te juro que no te vuelvo a hablar en la vida.- Dijo Lia, una vez Sergi ya no les oía.
-Tranquila, está todo controlado, y le dio un beso el la mejilla. Nadie sabía que pasaba, solo Lia, con la cara enrojecida, por ese santo beso en la mejilla.

André se levantó y fue tras él, a la velocidad justa para alcanzarle justo después de que saliera del bar.

-Ey, para.- Le agarro del hombro, suavemente.- Estás bien?- Su voz era grave, más de lo habitual. Sergi se giró, tenía los ojos algo rojos, húmedos.

-No, no pasa nada, lo siento tengo que irme a casa.- Se volvió a girar y siguió caminando.

-No, no tienes que ir.- Sergi se giró por propia voluntad, le miro a los ojos y esta vez fue a André al que se le paró la respiración ¿Y si todo lo que había planeado le salía mal? Entonces André tuvo miedo.- ¿Dime que te pasa?

-Si me has seguido hasta aquí es porque lo sabes, no me avergüences, no juegues conmigo vale, no tiene puta gracia.-Una lágrima descendió por su mejilla, no se la seco.

André se acercó a Sergi, mucho. Fue él el que le limpió la lágrima, suavemente, con el pulgar y aprovechando para acariciarle la mejilla. De cerca, Sergi, era mucho más guapo de lo que André pensaba. Sergi, que hasta el momento le había aguantado la mirada la bajo.

-Lo siento.- Dijo en voz baja, casi susurrando André.

-No pasa nada.- Respondió Sergi, aún más bajo.

André le agarró del mentón, de esa manera Sergi le volvería a mirar a los ojos. Así lo hizo y a ambos se les aceleró el pulso.

-Los besos en juegos no valen nada. Estos son los que de verdad tienen sentimiento.

André guió con su mano la cabeza de Sergi y finalmente le beso. Fue rápido pero intenso. Cuando se separaron ambos sonrieron. Entonces sonó el teléfono de Sergi. Descolgó el teléfono, y escuchó a la persona al otro lado de la línea.

-No os mováis, ni se os ocurra abrir la puerta, dile a mamá que coja un cuchillo de la cocina, que haga lo que le enseñé si es necesario, no tardo nada, tranquilos.

-¿Qué... qué pasa?- Preguntó André.

-Mi padre. Ha llegado antes de tiempo a casa.- Estaba pálido, lo dijo mientras empezaba a correr. André noto la gravedad de lo que acontecía, Sergi no estaba borracho, tampoco estaba completamente sobrio. No le podía dejar solo.-Voy contigo.- Y André empezó a correr tras el.

El color del amor (LGBT) *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora