¿Otra vez? ¿Sirvienta?

Capítulo 11

Después de una semana, mi cuello mejoró bastante gracias a las pastillas y ya no me duele tanto como antes, apenas si puedo mover la cabeza. No supe más del imbécil como si la tierra lo hubiera tragado y Derek está muy ocupado que casi nunca lo veo. Mejor, prefiero ser castigada por cualquier persona menos Derek, da miedo cuando se enoja. No puedo imaginarme cómo sería el castigo de Derek. Últimamente Maddie y Cassie nos miran mucho a nosotras. Siempre me pregunto cómo serían las cosas si Edward y yo nunca nos hubiésemos casado.

- ¡Maddie! H..hay hombres - gritó Elsa asustada.

Fruncí el ceño porque estamos en el baño de mujeres. Cerré el agua, puse toalla alrededor de mi pecho apurada y abrí la puerta. Estaban cuatro hombres acercando a Elsa y a Flor, se veían atemorizadas porque estaban con una toalla y en cualquier momento ellos aprovecharían de ellas. Luego se voltearon hacia mí, tenían una mirada de lujuria porque salí de la ducha rápido y estoy muy mojada. Mi pecho llamaba mucha atención, intento subir la toalla para cubrir más mi pecho y grité enojada.

- ¡¿Se puede saber qué están haciendo acá?! El baño de hombres está en otro pasillo y será mejor que se vayan antes de que empeoren las cosas - les amenacé.

- Oh, hay una gatita más. Tres cuerpos bonitos, pero el tuyo... Es de ensueño. Mirá, estas piernas... Listas para mí, mujer - dijo uno embobado mirando mis piernas y no pude evitar sentir asco.

- Elsa, dónde está la ropa? - pregunté esperanzada y ella negó la cabeza.

- No encontramos nada de ropa. ¿Qué hacemos? - preguntó nerviosa Elsa retrodeciendo para evitar que la toquen.

- Niñas, es imposible salir por estas puertas porque no les vamos a permitir. Voy por esa gatita - dijo uno mencionandome mientras los otros tres se acercaban a Flor y Elsa.

Maldita sea, tengo que hacer algo para que una se escape y que pida ayuda. Pero estoy con una toalla, no puedo mover mucho. Piensa, Allisson, siempre fuiste inteligente. Corrí hacia al fondo, él corría detrás de mí alcanzándome y cuando llegué donde está la ducha. Me atrapó agarrando mi hombro, luego me giró para quedar enfrente de él y agarré bien la toalla para que no me arranque con facilidad. Me acorraló contra los azulejos bien fríos, puso su pierna en el medio de mis piernas rozando su parte íntima con la mía mientras olía mi cuello perfumado por el jabón. Intento alejarme de él apoyando mi mano en su hombro. Grito en voz bajita porque me mordió mi hombro cerca del cuello para que me quede quieta y me quedé quieta. Sentí su mano cerca de mi pecho, bajé la vista para ver si tengo oportunidad pero él agarró mi barbilla apretando mis pobres mejillas. Estampó sus labios en los míos buscando mi lengua, intento cerrar la boca pero fue inútil, mordió mi labio superior obligándome abrir la boca y logró meter su lengua. Quité mi mano que estaba agarrando la toalla, empecé a rasguñar su brazo que estaba más cerca y soltó un quejido de dolor en mi boca. Sentí su mano apretar mi pecho encima de la toalla delgada, sin querer gimo de dolor porque me lo apretaba con mucha fuerza y en cualquier momento me quedará marca roja. Sentí que su cosa se ponía dura. ¡Ahora es el momento! Dele una patada bien fuerte para se quede sin hijos.

- Te metiste con la mujer equivocada, hijo de puta - le dije mientras golpeaba mi frente contra su boca.

Retrocedió bruscamente mientras tocaba su boca, aproveché a darle una patada y gritó muy fuerte. Luego cerré mi mano en un puño y le golpeé en su mandíbula dejándolo inconsciente. Respiraba muy agitada, no tengo tiempo para pensar que fui manoseada por ese hombre y corrí hacia donde están las chicas. Espero no haber llegado tarde, veo que todavía no le hicieron nada porque las chicas lograban correr para que no le atrapen. Menos mal, soy la menos afortunada. Corrí hacia un hombre que estaba de espaldas, no se dió cuenta de mi presencia y tenía piernas abiertas. Aproveché a darle una patada bien fuerte en su cosa y cayó al suelo gritando de dolor.